Sobreviviente del caso Temixco da su versión de los hechos; “Les gritamos que ya habían matado a mujeres y niños, pero a los policías nos les importó”

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Por Redacción Revolución

Carlos, de 17 años de edad, dio su versión de los hechos ocurridos la madrugada del pasado 30 de noviembre, sobre el supuesto enfrentamiento entre sus familiares y siete policías en su domicilio en la colonia Rubén Jaramillo, en Temixco.

“Ya le dieron a mi bebé, mi niña ya está muerta” le dijo Leticia Valdez cuando entró con el cuerpo de su hija de dos meses de edad a un diminuto baño para tratar de guarecerse de las balas de los policías federales.

Esta joven, hija José Valdez Chapa “El Señor de la V”, así como tres mujeres más y un adolescente perdieron la vida en un presunto “fuego cruzado” dentro del domicilio.

Carlos, también hijo del “Señor de la V”, presunto líder del Cártel del Sur, relató que un día antes, su hermana Leticia, junto a sus hijos de dos años llegaron a la casa acompañados de su abuela Faustina, de 65 años de edad.

 Valdez Chapa y su esposa, sus cinco hijos, sus nietos, su nuera y un hermano de ésta se quedaron a dormir en su casa.

De acuerdo con su testimonio, Carlos durmió en el piso con uno de sus sobrinos y su hermana Leticia se quedó en la cama con la bebé. En la otra habitación se quedaron las demás mujeres junto con los niños.

Por la madrugada, se despertaron tras oír un estruendo y su hermana mayor le dijo que varios sujetos armados se habían metido a la casa, rompieron la puerta de servicio del portón, la puerta de la casa y una ventana.

“Yo cargué a mi sobrino y mi hermana a la bebé, pasamos por la cocina, los hombres armados estaban aún en el pasillo, iban vestidos con tenis, jeans y de negro en la parte de arriba con lámparas en la cabeza y algunos en la mano” – relató.

El joven asegura que los elementos policiacos no se identificaron y desde que entraron a la casa comenzaron a disparar.

“Fue cuando le dieron a la bebé, mi hermana se dio cuenta porque la llevaba cargando y la niña sangró, nunca la dejó en el pasillo” – indicó.

En las fotografías del caso que se filtraron, se puede ver a la bebé vestida con mameluco naranja, sin manchas de sangre, en un pasillo sobre el piso, cerca de la puerta del baño donde se encontraron a las otras cinco víctimas.

“Nos metimos todos al baño y adentro me dijo (mi hermana) ‘mi niña ya está muerta’. Ella estaba al fondo del baño, pegada a la pared, del lado de la puerta del baño, cuando la alcanzaron las balas y cayó al piso. Nunca soltó el cuerpo de mi sobrina, se quedó como agachada con la niña entre los brazos” – relató.

“Los policías dispararon directo al baño, porque se dieron cuenta cuando nos metimos ahí, se dieron cuenta por las lámparas que apuntaron directo sobre nosotros cuando corrimos a escondernos, dispararon varias veces sobre la puerta del baño”.

Carlos agregó que “los niños estaban sin ropa porque estábamos dormidos cuando los policías llegaron y los metimos al baño así, los policías nos gritaban que nos iban a matar a todos, les pedimos que nos dejaran salir para ponerles ropa, pero nos amenazaron con que iban a lanzar una granada y si no salíamos en 10 segundos nos iban a matar.”

Asegura que, gracias a una pared, se salvaron su papá, su hermano mayor, su cuñada y sus sobrinos.

“Les gritamos que ya habían matado a mujeres y niños, pero a los policías nos les importó, amenazaron con matarnos a todos. Un hombre entró y gritó que era policía del estado y fue cuando los demás dejaron de dispararnos. Le hablé a un amigo para decirle lo que pasaba, él grabó la llamada, ahí se oye cómo les pedimos que nos dejen vestir a los niños, pero no quisieron. Cuando salimos del baño eran puros hombres vestidos de negro.

“Unos sujetos nos llevaron afuera, a la calle y nos encerraron en una camioneta, uno de ellos nos preguntó que “qué le hicimos a Capella” para que nos tuviera tanto coraje” – expuso sin dar más detalles.

Carlos afirmó que él, su papá y su hermano mayor se dedican a la venta y compra de vehículos y que ignoran el porqué de que Capella los acusa de delincuentes. Agregó que ninguno de sus familiares disparó contra los oficiales porque no tienen armas, lo que contradice la versión oficial.

El joven también aseguró que en ningún momento se les disparó algún gas que les haya impedido respirar o les haya causado irritación en las vías respiratorias, como lo aseguró el comisionado de Seguridad. Asimismo, negó que el enfrentamiento haya durado el tiempo que dijo el responsable de la Seguridad en el estado.

Tras los hechos, quedaron detenidos su papá, su hermano mayor, su cuñada, un amigo de la familia de nombre Gilberto Enrique Sánchez, quien, según el testimonial, se quedó a dormir en una camioneta Audi estacionada al interior del domicilio con otro su hermano Alejandro, de 12 años.

Durante la audiencia, el juez de control encontró anomalías entre la versión oficial de los policías y las pruebas periciales de la propia Fiscalía General del Estado, por lo que los dejó en libertad.

Carlos también fue detenido, pero los magistrados decretaron su libertad al considerar que sus derechos fundamentales fueron violentados.

“Ahora no salimos porque tenemos miedo que Capella nos mande matar” – finalizó.

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