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“En lo personal no estoy de acuerdo en eso porque el Ejército es para custodiar la integridad del territorio nacional y no darle tareas de policías y si nosotros le damos poder a los soldados corremos el peligro de que este país se militarice”, afirmó el obispo Salvador Rangel en Chilapa.
Criticó “a los gobernadores que no cumplen con su responsabilidad en realizar acciones para prevenir y combatir la violencia e inseguridad pública que provoca el crimen organizado”. Señaló que “la responsabilidad (de tomar acciones contra la inseguridad) es de los gobernadores y no del Ejército Mexicano ni de la Marina”. Además, durante una entrevista tras oficiar una misa en la catedral de Chilapa, localidad que desde 2014 mantiene un despliegue de fuerzas federales y estatales, aseveró que sigue siendo una comunidad golpeada por las bandas de la delincuencia organizada, Rangel consideró inadecuado que !el Congreso de la Unión apruebe las iniciativas de ley para que se legalice la presencia de las fuerzas armadas en las calles para cumplir tareas de seguridad”.
Además exigió a los gobernadores de los estados que vayan tomando su responsabilidad y sean los encargados del orden. “Los soldados tienen que regresar a sus cuarteles y los gobernantes se tienen que hacer responsables de la seguridad”, expuso.
“Porque esa responsabilidad es de los gobernadores no del Ejército ni de la Marina”, declaró. Sobre la violencia que existe en Guerrero, el obispo dijo que “es difícil que la situación en esta entidad se normalice”. “En Guerrero, hay mucha corrupción, hay mucha impunidad, hay muchos compromisos y simplemente yo hago mis buenos deseos para que se corrijan las cosas”, afirmó.
Además, dijo que los asesinatos, los secuestros y las extorsiones van en aumento en la entidad. En cuanto al tema donde se habla que el Ejército Mexicano en destruir los sembradíos de estupefacientes en diversos municipios de Guerrero (Leonardo Bravo y Chilpancingo), el obispo dijo que él “está acuerdo en lo que hacen las fuerzas armadas”.
Sin embargo, dijo que “con las acciones que realiza el Ejército de destruir los cultivos ilícitos en zonas de alta marginación de Guerrero se van a crear graves conflictos sociales. Yo siempre he dicho que el hambre es la madre de todas las guerras”, afirmó.
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