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Cantante De La Voz México, En Los Días Que Sufría Tortura, Estuvo En Casa Del Secretario De Seguridad De Javier Duarte

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Mussio Cárdenas, en su columna “Caso Gibrán, crucial para hundir al falso general”, mencionó que Gibrán Martiz, cantante de la Voz México, estuvo en la casa del hijo del ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita cuando fue atacado, y después asesinado.
Su localización fue establecida mediante el GPS de su celular, lo que es un elemento clave para para acreditar que Bermúdez Zurita incurrió en desaparición forzada.
El padre de Gibrán, Efraín Martiz, también acusa a Bermúdez.
“Mi hijo —señala— estuvo 13 días detenido ilegalmente en la academia de policías de El Lencero —municipio de Emiliano Zapata—. Hay pruebas en el GPS de su teléfono y no fueron consideradas por la Fiscalía con Luis Ángel Bravo” alias “Culín”.
“Culín” desestimó, o congeló, u ocultó la evidencia para no proceder contra el capo del Cártel de Duarte. Lo suyo fue eso: encubrir a la pandilla duartista, sus negocios en el lado oscuro, sus vínculos con el crimen organizado, su actuar como un nuevo cártel” – escribió Cárdenas.
Añade que Martiz relató que su hijo y un amigo, sufrieron un levantón en el departamento de Ferrocarril Interoceánico 124, colonia 7 de noviembre, en Xalapa, y asesinados el 18 de enero de 2014. Se les encontró en un lugar apartado en el municipio de Puente Nacional, en un escenario montado, armado para simular que murieron al producirse un enfrentamiento entre dos bandas delincuenciales.
Los dos tenían el tiro de gracia y golpes por todas partes, huesos fracturados, y evidencia de que se les torturó con descargas eléctricas.
El delito sucedió luego de que Gibrán se reunió con su amigo Luis Eduardo Caballero, quien era originario del municipio de Alvarado, el cual discutió en un antro con “El Pimpón”, hijo del secretario de Seguridad, Arturo Bermúdez.
“A Luis Eduardo le dieron un tiro en la cabeza y a mi hijo y a su acompañante los privan de su libertad; se los llevan solamente por haber presenciado los hechos”.
Este caso se une a las demandas de colectivos hacia la Fiscalía General de Veracruz, las cuales piden acciones y resultados, saber dónde quedaron sus hijos, sus esposos, sus sobrinos, sus amigos.
“Su palabra se impone. Su exigencia vulnera. Sus gritos, su reclamo, que el fiscal Winckler los escuche y les resuelva, precipitan una estampa inédita: como puede, el personal de la Fiscalía improvisa y comienza a despachar en plena calle” – relata el periodista.
Tras el plagio de los jóvenes, testigos que identificaron las patrullas en que se presentaron en el edificio donde vivía Gibrán, difundieron las fotografías que hicieron circular por las redes sociales, lo que  desencadenó la aprehensión y enjuiciamiento de siete policías: Felipe de Jesús López Domínguez, Uriel Pérez, Manuel Ortiz Alarcón, José Luis Pérez Vela, Iván Cortés Espíritu, Mauricio Rodríguez Santiago y Abel Bruno Martínez.
Sin embargo, quedaron libres gracias a un amparo. Depositaron una fianza de 5 mil pesos cada uno y desde el 18 de diciembre enfrentan su juicio en libertad.
Actualmente, Efraín reveló que el abogado del Congreso de Veracruz, Vito Lozano Hernández, también está involcucrado, ya que con un soborno de 25 mil pesos habría negociado la libertad de los policías plagiarios. Y habría embarrado al juez de control, Florencio Hernández Espinoza.
“Hay fotos —agrega Efraín Martiz— que (Vito Lozano) entra a la oficina del juez. Hay fotografías. El juez me saca del juicio porque me dijo que el delito contra los policías era por abuso de autoridad y que mi hijo era el único que podía estar presente. Yo le dije que lo habían asesinado y me contestó que entonces le enseñara el acta de defunción”.
Añadió que Erick Lagos, entonces secretario de Gobierno, se habría quedado con entre 3 y 5 millones de pesos que Javier Duarte dispuso fueran entregados como indemnización a la familia Martiz.
“Duarte ofreció como ayuda un pago, yo que aceptaría siempre y cuando fuera bajo un esquema legal, no como si me dieran dinero en efectivo para callarme. En ese inter, gente de Marlon Ramírez (subsecretario de Gobierno) señala que el último que vio ese dinero fue Érick Lagos, entonces secretario de gobierno” –  acusa Efraín.
“No fue un soborno. No se negoció la memoria de Gibrán. Fue una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, número 14/2015, en la que exhortaba a Bermúdez a que su tropa no incurriera en ese tipo de abusos.
Fue un crimen, desaparición forzada, tortura, muerte con tiro de gracia, montaje para simular que Gibarán y Sergio “N” habían sido víctimas de un enfrentamiento entre bandas delincuenciales, y la CNDH sólo recomendó que los policías asesinos de Bermúdez no lo volvieran a hacer. Algo así como decir: pórtense bien, muchachos, y no lo vuelvan a hacer” – consideró Mussio.
“Culín” desapareció las pruebas. “O sea, obstrucción de la justicia, encubrimiento, incumplimiento de un deber legal”.
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