“Hace dos años fueron los 43, entonces quién sigue, cuántos más”; “esto huele a castigo del Ejército”

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(27 de septiembre, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- A las 15:40 de la tarde,  grupos de personas ya transitaban por la calle de Génova con dirección el Ángel de la Independencia, su destino era congregarse para exigir justicia  en la acción global  a dos años de la desaparición forzada de  los estudiantes de la Escuela Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa.

 Eran las cuatro de la tarde cuando ya se podía ver a miles de personas  congregadas para dar el espaldarazo a  los padres  de los 43 normalistas  quienes estaban a la  cabeza de la aglomeración. El sonido  local daba  cuenta de los contingentes  que arribaban : Estudiantes procedentes de las diversas facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Politécnico Nacional (IPN) , miembros del  Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM),  los ex trabajadores del Sindicato Mexicano de  Electricistas (SME),  representantes del Frente Popular Francisco Villa Independiente (FPFVI),  así mismo,  procedentes de Acapulco,   integrantes  de Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) se  hicieron presentes.

Si se echaba un vistazo con detenimiento, se notaba la pluralidad de sectores de la población confluentes, niños acompañando a sus padres, adultos de edad avanzada, personas con alguna discapacidad motriz, miembros del colectivo lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual, (LGBTTTI), adherentes a la sexta declaración  de la selva de Lacandona y un mar de medios de comunicación.

Todas las causas, todos los sectores  reunidos en un acto de solidaridad y memoria colectiva. A las  16:15,  daba inicio la protesta que paraba cada  tanto para  reclamar justicia y reagruparse. Los padres comenzaron la  con la consigna “Dónde están, dónde están, nuestros hijos, dónde están” que rápidamente  hacía eco  entre la multitud.

 A las 16:48, cientos de personas  se sumaban  en los carriles laterales de Reforma, o bien, paraban para echar un vistazo o descansar;  “Lolita” como se hizo llamar, es una adulta mayor  que se dedica al hogar y que transitaba por  una de las vías laterales, con pasos cortos y haciendo cada tanto una pausa para tomar aire, su hija la toma del brazo y  le sigue el ritmo,  en un breve descanso, comentó a Revolución TRESPUNTOCERO sus razones para salir a la calle en éste  segundo aniversario de la desaparición forzada de  los 43 normalistas de Ayotzinapa. “Pues mira,  porque soy madre, porque soy ser humano,  porque ya estoy harta, de las injusticias; estoy segura de que no sólo son 43, son muchos más, han sido muchos más” expresó.

Recalcó que “el gobierno no está haciendo nada”,  y que  la sociedad tiene que presionar hasta  conseguir justicia, “esto huele a castigo del Ejército, la presión social tiene que doblegar al gobierno federal, tenemos que” refirió.

Mientras  el sonido se reestructuraba,  y se  trasladaba al camión de los trabajadores del IPN; se sumaron los contingentes  de los macheteros de San Salvador Atenco y una representación de la Universidad  de Chapingo.

Marcaban las 17:38, la procesión llegó al crucero entre  Reforma y Bucareli, lugar en dónde se encuentra el antimonumento en memoria de los 43 estudiantes,  se hizo una pausa y  los padres exigieron la presentación con vida de los desaparecidos, así como el castigo para Tomás Zerón de Lucio por la siembra de pruebas en el río San Juan,  en tanto, algunas gotas de agua se dejaron sentir, sin embargo,  la lluvia no persistió, curiosamente un asistente portaba una pancarta con la leyenda  “Llueve rabia”.

Tras una breve pausa,  se reanudó la movilización entrando en Avenida Juárez, “¿Dónde están nuestros hijos?” retumbó en el grueso de la avenida y sus alrededores. Diana Ramírez, caminaba con su bebé en brazos con el apoyo de un reboso, dice ser ama de casa y estudiante universitaria, dijo  Revolución TRESPUNTOCERO  que marcha porque no le gustaría  que su hijo creciera en un país que comete crímenes como el de los 43; “hace dos años fueron ellos, entonces quién sigue, cuántos más, no me imagino la desesperación  como padre, si tu hijo no llega a tu casa, me preocupa que mi hijo crezca en país que comete esta clase de crímenes” expresó

Cerca de las 18:00 horas,  y  justa al llegar al Eje central Lázaro Cárdenas, una barricada de policías de tránsito  impedían el paso, mientras que los edificios aledaños estaban protegidos por vallas metálicas. La marcha continúo por la calle 5 de mayo,  para arribar a su destino final: el Zócalo de la Ciudad de México.

Entre  las 18:20 y  las 19:00 horas los contingentes se congregaron  a un costado de la plancha del Zócalo que,  era acaparado por una  nave provisional. Ahí el contingente  procedente de la  Escuela Normal “Raúl Isidro Burgos”  levantó la voz por Julio César Mondragón, gritando su nombre  en repetidas  ocasiones, con un fervor que enchinaba la piel.

Ya, en el Zócalo los padres  externaron su  dolor y frustración, “EPN es un maldito que sigue sosteniendo la verdad histórica”  dijo la madre de uno de los estudiantes. Enfatizaron que van a seguir a  hasta las últimas consecuencias por sus hijos, que además, no habrá artimañas capaces de dividirlos y que, ante el  duelo y furor colectivo lo estaban demostrando.

 El mitin culminó  cerca de las 20:10 de la noche,  con la quema del judas de Peña Nieto y un emotivo pase de lista de los 43 normalistas desaparecidos hace dos años.

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