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(24 de agosto, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Eran las siete de la mañana del miércoles 17 de agosto cuando a bordo de un camión de transporte público de pasajeros que circulaba por la avenida Primero de Mayo y Periférico Norte, cuatro asaltantes despojaban de sus pertenencias a los pasajeros.
Sin saberlo los criminales, a bordo de la unidad –que se dirigía al metro Observatorio- viajaban dos militares, uno de ellos armado con su pistola de cargo, al considerar que su vida y la de los pasajeros peligraba uno de los servidores públicos sacó su arma y enfrentó a los delincuentes, el saldo fue de dos ladrones muertos; sus cómplices lograron escapar.
Los soldados se entregaron a la justicia militar y fueron absueltos bajo el argumento de que a pesar de estar vestidos de civil ya estaban en servicio por lo que uno de ellos llevaba su arma de cargo. Tras la declaración correspondiente, se decretó que el elemento castrense quedaría libre al acreditarse que actuó en auxilio y en defensa de la ciudadanía.
En otro caso que se registró en julio de este año un frustrado héroe intentó hacer frente a dos asaltantes y como resultado del forcejeo una bala pérdida se impactó en la cabeza de su pequeña hija de cuatro años de edad, los asaltantes se lograron dar a la fuga y la niña murió en el hospital.
Los anteriores son dos casos de los 2 mil 920 que se registraron ante las Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México de junio de 2015 a julio de 2016 por el delito de robo en las distintas modalidades del transporte público de la ciudad, lo que representa 208 robos mensuales o 7 diarios en microbuses, camiones trolebús, taxis, Metrobús y Metro, como en todas los casos la cifra negra es mayor debido a la falta de interés por denunciar.
Durante los últimos 14 meses del año, los asaltos a pasajeros en microbús encabezan las listas de delitos con un total de 914, seguido de los robos en camiones de la RTP, Tren Ligero y trolebús que, en su conjunto, sumaron 728; Sistema de Transporte Colectivo Metro tuvo 610 casos de robo; el Metrobús, 351, y los asaltos a taxis con violencia y sin violencia llegaron a 317 en ese lapso.
Ante este sombrío panorama surge una pregunta, ¿por qué de pronto los casos de robo al transporte parecen dispararse al alza? Amanda Bonner, especialista en psicología criminal y asesora de una agencia de investigación especializada en seguridad patrimonial, análisis de riesgos y estudios de confiabilidad detalla a Revolución TRESPUNTOCERO que el tema es de percepción pues las cifras por lo general son similares a las de los años anteriores inmediatos.
“El hecho de que haya muertes en el transporte lo visibiliza pero los casos más recientes llevan el interés mediático a mostrarlo como algo novedoso y actual, igual mañana podrían voltear a los suicidios en el Metro, por ejemplo, y parecería que aumentan pero en realidad solo están poniendo más atención mediática en algo que sucede todos los días de manera común.
“Parte de este incremento de visibilidad tiene que ver con las muertes de los pasajeros, no tanto de los ampones, esta situación se desarrolla en un clima de creciente intolerancia al robo, la gente está cansada de sufrir el despojo de sus pertenencias de forma tan simple, tan sencilla y con un manto de impunidad por la ineficiencia de las autoridades.
“De entrada una persona decide afrontar a un ladrón armado por supervivencia, parece contradictorio pero no lo es, la necesidad de sentirse a salvo y seguro supera el miedo a la violencia interpersonal. El pensamientos de convertirse en víctima de un criminal es el motivante, más si se porta un arma”.
Analizan el crimen en la capital
En julio pasado la vicepresidenta de la Comisión de Derechos Humanos en la Asamblea Legislativa, Rebeca Peralta, exigió –desde la tribuna- al titular de la Secretaría de Seguridad Pública local, Hiram Almeida Estrada que “reforzará la vigilancia en el transporte público de la Ciudad de México”.
En entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO señaló que los datos más recientes indican que el sistema de transporte público de la capital es el segundo más inseguro en Latinoamérica, especialmente para las mujeres (el primero es el de Bogotá, Colombia) y uno de los más peligrosos en el mundo.
“Hace poco una agencia de noticias internacional realizó un sondeo en quince capitales algunas las más importantes del mundo: Nueva York, Nueva Deli, Lima, Moscú, Paris, varias ciudades grandes, y concluyó que la Ciudad de México tiene el sistema de transporte más inseguro, en donde las mujeres sienten mayor temor de viajar principalmente al caer la noche.
“La Ciudad de México con sus 21 millones de personas fue la peor cuando se preguntó a las personas sí corrían el riesgo de sufrir algún delito. Más de seis de cada 10 encuestadas dijeron que habían experimentado algún tipo de violencia en el transporte público”, detalló.
Los comentarios se confirman, en el caso de la Ciudad de México, con los resultados de un análisis sobre el robo a transporte público que realizó la asociación México Evalúa Centro de Análisis de Políticas Públicas. El pasado 11 de agosto la organización informó que la situación de la seguridad en el transporte público, con base en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (Envipe) y de un análisis geoespacial, se logró identificar las zonas de la ciudad con mayores niveles de denuncias de robo en transporte público.
Sin contar los asesinatos dolosos –según datos del Envipe- una cuarta parte de los delitos en la Ciudad de México suceden en el transporte público y hasta el 94 por ciento son robos. México Evalúa logró identificar las zonas de la ciudad con mayores niveles de denuncias por hechos delictivo -con y sin violencia- en el Metro, microbuses y taxis.
El primer punto es que las denuncias de asalto en microbuses representan 6 de cada 10 robos en el transporte público, en términos generales, los asaltos se han reducido entre 2012 y 2015 en todos los modos de transporte excepto en el Metro donde se experimentó un repunte durante los dos últimos años.
Por delegación
Según los datos de México Evalúa el mayor número de denuncias en microbús se ubican en la delegación Gustavo A. Madero, en el los municipios colindantes con Tlalnepantla y Ecatepec, en el Estado de México, en la lista siguen las demarcaciones de Iztapalapa, Iztacalco y Xochimilco.
Entre las delegaciones Gustavo A. Madero (GAM) e Iztapalapa se concentra en promedio el 50 por ciento de todas las denuncias de robo en microbuses de la Ciudad de México. Por su parte Iztacalaco y Xochimilco enfrentaron un mayor número de denuncias en 2015 que en 2012 con aumentos del 13 y 9 por ciento respectivamente).
Sobre el robos en taxis las delegaciones donde se reportan mayores robos son Cuauhtémoc, Benito Juárez, Gustavo A. Madero e Iztapalapa. En el caso del metro las denuncias por robo están concentradas en la delegación Cuauhtémoc, la cual registra el 52 por ciento de todos los casos entre 2012 y 2015. “Este dato es más alarmante si consideramos que esta delegación cuenta con solo el 22 por ciento de las estaciones del Sistema Metro”, concluye México Evalúa.
Amanda Bonner, especialista en psicología criminal y asesora en análisis de riesgos afirma a Revolución TRESPUNTOCERO que es posible tomar medidas de prevención , pero eficientes para no ser víctimas de un delito en el trasporte público.
“Es recomendable que si sucede un asalto cuando viajas en algún transporte público, se evite poner resistencia: entregar los objetos de valor más visibles suele ser suficiente para evitar que te hagan daño, evita traer cosas ostentosas y que usen broches complicados, con los nervios puedes olvidar cómo abrirlo y el ladrón creerá que no estás cooperando.
“En caso de viajar en un camión es preferible no ir llamando por teléfono celulares o hacer uso de tu computadora u otros artículos electrónicos; además intenta verificar que al momento de abordar un taxi, los datos del conductor estén a la vista, sean legibles y concuerden con el conductor, si una unidad no cuenta con dicho tarjetón en alguna de las ventanillas traseras, no lo uses”.
Finalmente la especialista recomienda no dormir en los trayectos y cambiar de rutas cotidianamente, utilizar sólo las paradas de autobús que estén bien iluminadas y trasladarse por rutas que no atraviesen zonas peligrosas.
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