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Soldado levanta a joven por golpearlo con la pelota; PRI sigue siendo el asesino por antonomasia: madre

Por:  / 2 septiembre, 2015
Desaparición Forzada
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(02 de septiembre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Los levantones son viejas prácticas delincuenciales que en la época de los setentas se implementaron en México, catalogados como “una innovación en las técnicas criminales”, fue atribuida a las organizaciones armadas clandestinas, aunque desde aquellos años también era usada por las fuerzas armadas y la policía.
Hoy ambos grupos mantienen el flagelo de los llamados levantones como acto básico que deriva en muerte o desaparición forzada. A principios del siglo XXI los levantones se convirtieron en un tema casi nuevo para la sociedad mexicana, reconocida como una variante del secuestro, dándose con mayor fuerza en el norte del país.
Con frecuencia ambos problemas era confundidos por civiles y autoridades como un rapto por el cual llamarían en cualquier momento para fijar un monto a cambio de la persona privada de su libertad, pero la diferencia era que quienes son raptados llaman para exigir un rescate, los levantados saben que no hay negociación y que existía mayor probabilidad de ser torturados, mutilados e incluso asesinados, antes que dejarlos ir, así es como finalmente sus restos se disuelven en ácido o se esconden en fosas clandestinas y actualmente se presume que hasta se incineran.
Migrantes levantados de los que nunca se supo nada (centenares de ellos, reclaman activistas y defensores de Derechos Humanos); niños en situación de calle en estados como Tamaulipas, Sinaloa, Sonora, que desaparecieron sin explicación alguna; turistas que fueron levantados en carreteras, como el caso de aquellos provenientes de Michoacán que desaparecieron apenas pisaron Acapulco. Analistas afirman que todo levantón es seguido de muerte (la más violenta de todas), ‘ajuste de cuentas’, carne de cañón, falsos positivos, los resultados de una guerra contra el narcotráfico que nació pérdida.
Pedro Faro Navarro, Director del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, afirma a Revolución TRESPUNTOCERO que México se ha convertido en una cueva de criminales, donde la única intención es el cinismo de la ganancia a costa de la seguridad y vida de todos los ciudadanos de este país. Esto derivado de un Estado que no  garantiza en ningún momento la protección de los millones de mexicanos, por el contrario forma parte de los peligros, ejerciendo la desaparición forzada, la cual se incrementó con la salida del ejército a las calles desde Calderón y ahora con la continuidad de Peña Nieto, lo cual a su parecer, demuestra su custodia a los grupos criminales.
“Los levantones deben ser considerados como un problema grave que ha sido la base de la crisis humanitaria que estamos viviendo; aún los datos oficiales son bestiales, las cifras reales lo son mucho más, ellos hablan de 23 mil ‘personas no localizadas’, los llaman así porque no serían capaces de afirmar que son ‘desaparecidos forzosamente’, porque aceptarían la gravedad en la que se encuentran los Derechos Humanos…
En todo el país los casos aumentan rápidamente, tan sólo en Chiapas tenemos registrados 37 desapariciones forzadas, que son hechos impunes, que son provocados ya sea por conflictos armados internos, represalias del crimen organizado o por autoridades, porque narcotráfico y gobiernos municipales, estatales, ejército mexicano y la Marina están ligados y todos por igual cometen este tipo de actos”, asegura Faro.
El Director del Frayba expone que se vive una situación nunca antes padecida con tal intensidad (tanto en nivel de violencia, como de número de víctimas), por lo que considera que se vive un Estado de emergencia nacional, en donde el mexicano se encuentra desprotegido ante los levantones de los grupos delincuenciales, como los cometidos por fuerzas armadas u otras autoridades que conforman el aparato gubernamental.
A diario cientos de personas son ‘levantadas’ en sus casas, en la calle, afuera del trabajo, en un restaurante, “pero el gobierno no detiene la problemática, forma parte de ésta, porque la profundiza practicando dicha acción o por medio de la impunidad y el encubrimiento de estos hechos, que no son simples ‘levantones’, sino que incluyen tortura y muerte, que no son investigados y mucho menos obtienen justicia”, comenta Faro.
Asegura que lo anterior se corrobora no solamente con los 43 normalistas desaparecidos, sino también con los miles de desaparecidos que ni siquiera entran en las cifras ‘oficiales’, actos que han llevado a pueblos como Ostula a levantar la voz porque han padecido los levantones de sus familiares, y “no les ha quedado de otra que organizarse para defenderse no solamente de los Caballeros Templarios, sino de gobierno municipal, fuerzas armadas y gobierno federal, porque nuevamente se puede observar que todos estos grupos están coludidos y se protegen en conjunto”, afirma Faro.
Producto de esta unión entre Estado y delincuencia, Faro asegura que todos los aparatos de investigación e impartición de justicia también se bloquean, pese a que existen los elementos y herramientas para poder realizar búsquedas y actuar de forma pronta para localizar las personas que se denuncia como desaparecidas, no se hace porque no se dedican a averiguar, ni a recabar pruebas, ese papel ha sido cubierto por las mismas familias, quienes hacen búsquedas exhaustivas que comprenden desde el uso de espectaculares, pasando por el volanteo en las calles, hasta la excavación de terrenos, en donde han sido muchas las ocasiones donde se han localizado cadáveres, al suplir la responsabilidad del Ministerio Público.
“Tanto del presidente de la República, como de los municipales y gobernadores estatales, todo el gabinete, mantiene un discurso lleno de Derechos Humanos pero con un contenido totalmente evasivo. El concepto de la protección y cumplimiento de los derechos de los ciudadanos se han desfondado, lo vemos en el actuar de cada una de las instituciones donde sea creado un discurso demagógico que intenta acallar a medios nacionales e internacionales, bajo la farsa que la situación está controlada, lo cual no es cierto, lo demuestran las fosas clandestinas que se han encontrado en zonas como Guerrero, Sinaloa, Nayarit y Jalisco, por mencionar alguna, las cuales son brutales…
Pero ante ello, los mecanismos de promoción de justicia e investigación parecen no existir, quienes deberían estar demostrando que esos cadáveres pertenecen a quienes en un primer momento fueron levantados y hoy son los desaparecidos que engrosan las listas, pero que en principio son seres humanos a los que el gobierno los dejó desprotegidos y no garantizó su vida”, explica Faro.
La madre de uno de los miles de desaparecidos en el país afirma a Revolución TRESPUNTOCERO que a su hijo lo levantó un militar, tenía 14 años y estaba jugando futbol con sus amigos afuera de su casa, en aquellas zonas los operativos del Ejército y Marina son frecuentes, “pateó fuerte y directo a la cabeza, luego al carro”.
La situación no debió agravarse, pero los otros elementos comenzaron a burlarse de quien fue golpeado. Se bajó, tomó del brazo a mi hijo y se lo llevó, contaron los testigos a la madre, pudo haber sido detenido por algún delito y llevado a la cárcel, pero no fue así, en principio fue a buscarlo, pero no puso denuncia alguna por miedo, “porque son militares, ni ellos volvieron, ni mi hijo lo hizo”, asegura la madre, quien se unió a un grupo civil cuyos integrantes también perdieron a sus seres queridos y que hoy los buscan en las calles, en los terrenos baldíos, pozos y hasta en la basura, porque ella dice “nunca se sabe dónde los podremos encontrar, dónde los aventó el ejército”.
Ella también asegura que no solamente el narcotráfico levanta y desaparece, el ejército y la Marina también lo hace como forma de encumbrar su poderío, de recordarle al pueblo que ellos mantienen el poder y que nadie puede insultarlos, que deben permanecer agachados frente a un soldado, marino o policía, porque a ellos sí los protegen.
“Aquí, en este país, gobierno y narco algunas veces le hacen de verdugos, otras de enterradores, pero el principal culpable siempre será el presidente, porque nunca ha detenido a sus fuerzas armadas, y cómo podría hacerlo, si son sus esbirros, en México existen los levantones gracias al PRI y al monigote en turno, y lo es, porque ante las peores tragedias se ha sabido convertir en ajeno, a él se le resbala el dolor, la angustia y la furia de quien perdió para siempre a su ser querido…
Peña Nieto se presentó como el presidente indiferente, y ha sabido interpretar perfectamente su papel, es un insípido ser humano que no conoce la dignidad, ni siquiera el amor propio, por eso genera los levantones, porque si no los ordena, los encubre, demostrando que el PRI sigue siendo el asesino por antonomasia en un país donde habita una gran parte de sociedad pasiva, que navega entre el cotidiano ‘ni me entero y ni mi afecta’, estamos ardiendo en medio de graves tragedias de categoría ‘emergencia nacional’ y Peña Nieto solamente contempla cómo nos va eliminando”, asegura la madre.
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