El C-4 ocultó información sobre la noche de Iguala; procuración de justicia del régimen está vendida: especialistas

Por: Emma Martínez / 27 septiembre, 2015

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(27 de septiembre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- “De hecho en Iguala también se han tomado autobuses, pero nunca habíamos recibido este tipo de agresividad, que era… como si fuéramos los peores delincuentes que mereciéramos la muerte, creo que un narco, tratante o un sicario, lo tratan mejor. Nosotros era como si nada, nosotros íbamos por las unidades y nos regresábamos a nuestra Normal”. T. C. Estudiante Normal de Ayotzinapa.

Sobre el caso de los 43 jóvenes desaparecidos se ha tomando en cuenta la latente asociación del Ejército con los hechos, sin analizar de forma directa y con la misma insistencia la participación del C-4 que finalmente es la dependencia que tuvo acceso a los minutos, escenarios y consecuencias del caso durante la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014.

El cuarto informe dado a conocer por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIE) da a conocer que las fuerzas de seguridad de policía estatal, municipal y federal, además del ejército mexicano, cuentan con un sistema de coordinación conocido como C-4 y que dicho sistema estuvo operando la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014, conociendo toda los embates que se suscitaron ambos días.

Si los integrantes del 27 Batallón, incluido el comandante, tuvieron conocimiento de que los jóvenes normalistas habían sido detenidos por la Policía Municipal de Iguala, hecho que fue informado por EM a “su mando”, y luego corroboraron que no se encontraron detenidos en la comandancia, ¿qué hicieron con esta información? ¿Qué acciones urgentes tomaron? ¿Informaron en ese momento a las más altas autoridades del Estado? ¿Qué instrucciones recibieron? En caso contrario, ¿Por qué no informaron? ¿Por qué manejaron información restringida en el C4 esa noche?

Estas eran parte de las preguntas que el GIEI deseaba hacer a los miembros del 27 Batallón y son parte de las indagaciones que hasta la fecha no ha realizado la PGR.

Las diferentes comunicaciones a las que ha podido tener acceso el GIEI muestran que dichas informaciones eran escuchadas por las diferentes fuerzas de forma continua. En dichas comunicaciones puede verse que:

a) La mayor parte de ellas aparecen como comunicaciones de personas que avisan de hechos de violencia o piden ayuda a través del teléfono de emergencias 066.

b) Se dan algunas comunicaciones que señalan la intervención de ciertos agentes de fuerzas estatal o federal en verificar las actuaciones o informaciones existentes.

c) Hay dos periodos en los que no aparecen comunicaciones en el C-4 que ha sido proporcionado al GIEI, durante ciertas horas. Dichos periodos coinciden con el tiempo posterior al primer ataque de la calle Juan N. Ávarez y el tiempo del segundo ataque en el mismo lugar.

Estos datos demuestran ataques consentidos y totalmente abiertos, sin intervención alguna de las autoridad del Estado, que lejos de querer evitar una tragedia, parecía estaban dispuestos a colaborar con ella, según los resultados de las pruebas científicas de los expertos.

“Ayotzinapa sacó a la luz pública una crisis que ya estaba sucediendo en el país, y la colocó ante los ojos de millones, es una situación verdaderamente dramática donde nos seguimos preguntando cómo es posible que un caso así se pueda dar y cuáles son los motivos por los que está sucediendo este tipo de hechos y por qué las autoridades están involucrándose en acciones en contra del pueblo.

Es por ello que la PGR no debió quedarse en ‘analizar’ si incluye estas investigaciones dentro de las suyas, cuando nosotros tenemos la certeza que los hechos sucedieron contrarios a la verdad ellos proponen, lo ideal sería que se hicieran nuevas investigaciones desde otros ángulos, se deben establecer otras líneas de investigación que incluyan a militares y las acciones del C-4, porque ésta y las otras miles de desapariciones son actos tenebrosos, no son problemáticas aisladas por lo cual incluimos recomendaciones para abordar el tema de las desapariciones en México, cuáles son las políticas que deberían haber para la prevención, la búsqueda, la investigación y la atención, se trata de hacerle ver a México que algo le está faltando en la protección de la ciudadanía”, afirma a Revolución TRESPUNTOCERO el miembro del GIEI, Carlos Beristain.

Sobre el tema el editorialista Pedro Miguel, comenta a este medio que “saber de forma abierta la intervención de policías y el conocimiento de los hechos por parte del C-4, demuestra que la institucionalidad de la procuración de justicia del régimen mexicano está vendida, podemos constatar que durante los primeros tres meses la Procuraduría General de la República (PGR), la Secretaría de la Defensa, la policía Federal y el Cisen  ocultaron hechos, involucrados y estuvieron fabricando películas de terror, que buscaban desviar la atención y obstruir la aplicación de la justicia, porque al final estuvieron participando en una acción encubrimiento.

Es imposible negar que con esas acciones el régimen se está cayendo a pedazos, desde antes de la llega de Peña Nieto al poder, el régimen está viviendo su fase agónica, su fase final, por ello veremos procesos de descomposición y situaciones peores que Ayotzinapa, porque cuando un régimen se cae el espectáculo es terrible, las consecuencias son sumamente dolorosas y altamente violentas. Esperemos que pronto le podamos dar cristiana sepultura a este régimen”.

Por su parte el escritor y periodista Luis Hernández Navarro, asegura a Revolución TRESPUNTOCERO que “las conclusiones del GIEI que ofrecen pruebas sobre la intervención de las fuerzas armadas, hacen polvo la verdad oficial del gobierno, demuestran que dicha explicación pretendía ocultar lo que verdaderamente sucedió y alejar la verdad y justicia, sin embargo este informe reencausa la investigación y crea esperanzas para encontrar los verdaderos culpables.

Hoy más que nunca existe una disputa de la memoria contra el olvido, la apuesta del gobierno era dejar atrás la tragedia y proteger a los culpables, que no fueran investigados, ni siquiera descubiertos, a contraposición la apuesta de los padres de familia es que se esclarezcan los hechos, que se presente con vida de los desaparecidos, este informe es un paso hacia delante en esa lucha por la justicia  y  verdad”.

Por su parte el académico y especialista en historia militar, Roberto Cisneros, asegura que “el C4 tuvo conocimientos desde el primer tiroteo sobre la situación que se vivió en todos los puntos donde se encontraban los normalistas, es un insulto a la inteligencia que el gobierno quiera seguir dando excusas, todas las policías, incluido el C-4 debieron no solamente ser investigados, sino destituidos y después sancionados, porque invenciones más e invenciones menos, las fuerzas de ‘seguridad’ del gobierno provocaron la desaparición de los jóvenes, sea quien sea que cometiera el acto, todos esos elementos son culpables directos, porque todos ellos mantuvieron contacto con los 43, fueron parte esencial de la tragedia”.

Cisneros asegura que “el C-4 dirigió una operación donde el principal cometido era eliminar a los vistos como enemigos, los normalistas, que desde siempre han sido calificados como tales, porque el progreso es el principal enemigo de los gobiernos opresores, quien se levanta debe morir; en México desde siempre las fuerzas armadas y los órganos de inteligencia han sido el brazo ejecutor y represor del pueblo y principalmente de las normales rurales, porque son semilleros de líderes sociales que no se agachan ante la voz de los miserables, les tienen miedo porque año con año ‘los’ Lucio Cabañas proliferan con más fuerza y buscan la justicia para los pobres.

Cada normalista está iniciando la revolución de las conciencias y exterminando los escudos de la clase explotadora, es por ello que actos sangrientos e inhumanos como Ayotzinapa, dan cuenta de lo que está dispuesto a hacer el gobierno con tal de sobrevivir, el C-4 seguirá sin sanción absoluta, contrario a ello se redoblará su inteligencia y los espionajes irán más allá, porque ante un pueblo que ya no se calla, la represión se recrudece”.

El C-4 monitoreó la salida de los normalistas desde Chilpancingo a las 6 de la tarde, hasta su llegada a las cercanías de Iguala. Las cámaras de seguridad que forman parte del sistema de vigilancia y coordinación podrían proporcionar información sobre una parte de estos hechos, pero se señaló que estaban inutilizadas y en otros casos las grabaciones existieron y no se proporcionaron a la PGR ni al GIEI.

Sólo imágenes de una cámara pudieron identificar patrullas que llevaban detenidos en la salida a Taxco. Otras imágenes fueron al parecer destruidas, y tres grabaciones de video de la estación de autobuses pudieron rescatarse tras las gestiones del GIEI en mayo de 2015, al final de las cuales aparece presencia policial a pie en la calle Hermenegildo Galeana tras salir los autobuses de la central.

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