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Por: Redacción Revolución / 2 septiembre, 2015
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(02 de septiembre, 2015).- Con 68 muertes en agosto, Tijuana, Baja California, volvió a los tiempos negros de 2010, cuando se registraban dos y hasta tres muertes diarias, en promedio. En la actualidad, alarma que a la fecha la ciudad fronteriza ya supere las 460 ejecuciones por lo que empresarios y organizaciones civiles exigen solución a esta nueva crisis de seguridad.
Zonas presuntamente resguardadas, como el centro de la ciudad, y colonias conflictivas vuelven a ser escenario de los enfrentamientos entre las células del narcomenudeo que se enfrentan por el control de la plaza.
Ya no son los grandes cárteles como el de los Arellano contra el del Chapo, ni de sus segundos de a bordo que quisieron dominar el trasiego de las drogas, como Teodoro García Simental El Teo y Raydel López Uriarte, El Muletas. En la escena hay nuevos actores.
A lo largo de los 16 meses de gobierno municipal del alcalde Jorge Astiazarán, de diciembre de 2013 en que tomó posesión a marzo de 2015, se registraron 646 homicidios, de acuerdo a la Procuraduría de Justicia, y la cifra va en aumento.
Su gobierno, nacido débil por una disputa de 80 millones de dólares de oscuro origen, se ha caracterizado por una Policía Municipal marcada por las detenciones arbitrarias, por la corrupción y por el nombramiento de jefes inexpertos.
Pero la violencia vuelve pues la Policía Municipal se dedicó a montar retenes para detectar carros irregulares y extorsionar a sus conductores.
Según informes estadísticos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), en los primeros siete meses de este 2015, se han reportaron en Tijuana, 323 ejecuciones lo que representa casi un 20% más de las que acontecieron en el mismo periodo de 2014.
Durante 2010 Tijuana vivió bajo el imperio del terror cuando la disputa por la plaza entre el menguado cártel de los Arellano y capos emergentes como Teodoro García Simental y Raydel López Uriarte El Muletas convirtieron a esta frontera en su campo de batalla.
Los nuevos capos se ganaron sus puestos a sangre y fuego y dejaron tras de sí una estela de más de 400 muertes.
Ante este nuevo embate de violencia por la que atraviesa en estos momentos la ciudad, el presidente de la Coparmex, Gustavo Fernández de León, aseguró que la falta de voluntad política del gobierno del estado tiene que ver con el repunte de estos hechos violentos, argumentado que hay coordinación entre las autoridades en materia de seguridad; sin embargo, recalcó la falta liderazgo del gobernador Francisco Vega.
“Falta voluntad política del Ejecutivo del estado, estamos pidiendo que haya una contundencia en las ordenes del ejecutivo Estatal, para que se combata la inseguridad coordinando al Ejército, a la Policía Estatal, a las Policías Municipales a los Ministerios Públicos y en su momento a la determinación de los jueces”, advirtió.
Otra voz fue la del presidente de la Cámara de Comercio Tijuana, Gilberto Leyva, consideró preocupante la situación, debido a que al presentarse incidentes violentos se viene a la baja la visita de turistas a la ciudad.
Con información de Excélsior
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