Nosocomio niega atención quirúrgica a estudiante lesionada por granaderos; familiares sin recursos

Por: Cecilia Balderas / 8 agosto, 2015

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(08 de agosto, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Mónica Itzel Zúñiga, la joven que resultó con fractura en cuatro huesos del pie, luego de que granaderos de la Ciudad de México encapsularan la marcha de estudiantes que no obtuvieron algún espacio en universidades públicas, y quien fue trasladada al hospital Rubén Leñero para recibir atención médica, se mantiene hospitalizada sin que hasta ahora haya sido ingresada a quirófano con el argumento de que “hay más personas antes que ella”.

Sus familiares, carecen de seguridad social del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y aunque cuentan con Seguro Popular –programa impulsado durante la administración del panista Felipe Calderón, quien también declaró la “guerra contra el narcotráfico”- el área administrativa del nosocomio afirma que “no cubre una intervención quirúrgica”.

Ana Karen Romero sostiene que “desde que salimos del Ángel de la Independencia vimos que los responsables de seguridad le pusieron mucha atención a nuestra manifestación. Cuando llegamos, había un mitin de los antorchistas al que ni le prestaron atención”.

Conforme avanzó la manifestación vieron que más personal del tránsito se incorporó a la movilización y luego comenzaron a llegar los granaderos que la encapsularon.

“No pretendíamos afectar a los usuarios de las avenidas, pero, desconfiando de la palabra del estudiante, mandaron a los granaderos…desde ese momento empezó a surgir un ambiente de tensión entre los estudiantes, era la indignación de que Gobernación no permitió que fuéramos escuchados…la indicación para los uniformados era intimidarnos…había actitudes agresivas entre los Policías Auxiliares, de Tránsito y granaderos; mientras nosotros lanzábamos consignas, ellos insultaban el movimiento”, recuerda Karen.

Pamela, fue testigo de la agresión a Mónica, se encontraba a su lado. En entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO, narró que a la altura de avenida Juárez, cuando la manifestación de los estudiantes prosiguió su marcha en dirección a las oficinas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ubicadas en la calle de República de Brasil, en el centro histórico, vio cómo varios granaderos comenzaron a empujar a sus compañeros. Uno de ellos, de nombre Luis, no retrocedió y fue agredido por los granaderos.

Junto con Luis, cayó Mónica. Los demás estudiantes que eran agredidos a patadas se dieron cuenta por el gritó que exhaló. “Noté que ningún granadero se acercó a ofrecernos ayuda aunque es su trabajo, poco a poco se iban haciendo para atrás, se desentendieron del problema. Somos un movimiento que se manifiesta por un derecho que le corresponde, a ellos les pagan por mantener el orden, lo entendemos, pero hay formas…es una clara muestra de que los granaderos nos querían reprimir; es una clara muestra de cuánta prepotencia existe contra los estudiantes”, declaró Pamela.

El movimiento de estudiantes es consciente de que si pudieran entablar un diálogo directo con las autoridades educativas, ninguna necesidad tendrían de salir a marchar por las calles para exigir sus derechos; el derecho a la educación, consagrado en la Constitución, que el Estado mexicano no es capaz de hacer valer.

Al ver que los granaderos retrocedían, varios integrantes del Comité de Lucha se aproximaron a Mónica. Un estudiante de medicina que acompañaba la movilización le pidió que se quedara quieta; una señora que se dijo quiropráctica también fue en su auxilio. La ambulancia tardó varios minutos en llegar a la zona.

Las paramédicas discutían con los policías

Martha, una joven de pelo corto y expresivos ojos, argumenta que el movimiento se ha fijado como objetivo ampliar la matrícula del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Creemos que la educación a nivel licenciatura es un derecho, no tenemos por qué pagar por un derecho que debe garantizarnos el Estado. Con este movimiento, exigimos ese derecho”, señala.

Además del encontronazo en Juárez, hubo otro en la calle de Belisario Domínguez. Los varones que participaban en la movilización, acordaron armar una valla para proteger a las mujeres. Mientras avanzaban, se hacía más visible la presencia de uniformados quienes les exigieron marchar sobre las banquetas.

“Nuevamente nos querían encapsular, pero los compañeros del Comité de Lucha no lo permitieron, las mujeres tuvimos que correr para que no nos hicieran nada. Esa es una calle muy estrecha, si los granaderos nos agredieron en un espacio mucho más grande, ¿qué podía ocurrir en esa calle tan pequeña? Nosotras corrimos, mientras lo hacíamos, seguimos gritando consignas”, contó a Revolución TRESPUNTOCERO, Martha.

Melissa Romero participó activamente en la pasada huelga estudiantil que promovió la comunidad del Politécnico Nacional.

“Mientras estuvimos ahí, mucha gente se acercaba y nos decía que su hijo no se había quedado en la escuela, cosas que uno como estudiante no ve, no atiende las problemáticas de fondo. Después me uní al Comité de Lucha, empezamos a apoyar al Movimiento de Estudiantes no Aceptados y a conocer la problemática. Muchos de ellos son rechazados y no es porque sean burros o porque no tengan conocimientos o capacidades, sino por las políticas del gobierno”, declaró la joven.

Romero cuenta que “cuando llegó la ambulancia me tocó escuchar que las paramédicas discutían con los policías, les decían que no, que no podían hacer eso, ellos les pedían algo pero ellas no quisieron aceptar. En la noche, una de las compañeras que se fue a acompañar a Mónica en la ambulancia, nos dijo que las paramédicas le comentaron que el policía, a quien identifican como Neptuno, y que dijo ser el jefe de los granaderos del Distrito Federal, les pidió que echaran la ambulancia contra los compañeros que estábamos con la compañera. Las paramédicas no lo dejaron, por eso discutían”.

Por el derecho de estudiar

“Hay una situación de rabia social porque el Estado no nos garantiza educación superior. Al finalizar la educación media, estás capacitado para acceder a la superior. El examen ni siquiera debería existir, tenemos derecho a una educación de calidad…la situación social está candente, el Movimiento de Estudiantes no Aceptados, es una gota más para que el vaso se derrame”, sostuvo Álvaro Soto, quien fungió como parte de la Comisión de Seguridad en la marcha del pasado jueves.

El joven narra que sobre avenida Juárez, los granaderos les taparon el paso y se colocaron enfrente del vehículo en el que llevaban el equipo de audio: “nos empezaron a aventar hacia el carro, estábamos en la valla y sentíamos las patadas de los granaderos por atrás, sentíamos sus golpes”.

Tras el grito de Mónica, los granaderos comenzaron a replegarse. Algunos incluso, fueron hacia las marquesinas de los edificios para resguardarse del sol.

El joven sostiene que con las agresiones, el Estado pretende amedrentar al movimiento, pero consigue todo lo contrario; el enojo e indignación de los jóvenes contra el sistema, cada vez es más.

Cristian Medina, estudiante de la Faculta de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, explicó a Revolución TRESPUNTOCERO, que una de las premisas del movimiento es la idea de que todo joven tiene derecho a recibir educación superior, aunque por años el gobierno ha “vendido la idea, el discurso oficial”, de que la educación es pública y gratuita.

“Dicen que únicamente los mejores pueden acceder a ella, utilizando el pretexto del examen de admisión para decir que quienes no se quedan es porque no se prepararon. Para nosotros el examen es un filtro que ayuda a justificar la política de exclusión en la que viven la mayoría de jóvenes. En la zona metropolitana, más de 200 mil jóvenes son rechazados de la universidad, son relegados a la categoría de ‘ninis’ para que el Estado mexicano justifique el nulo interés que tiene en resolver la problemática”, argumenta Medina.

El joven estudiante recuerda que desde la llegada de Peña Nieto a Los Pinos, prevalece en la SEP, una política de cero diálogo con los movimientos de estudiantes rechazados; sin embargo, esta es la primera vez que el GDF se enrola en la misma lógica que la dependencia federal.

“Responsabilizamos a los mandos del cuerpo de granaderos, al GDF y a Miguel Ángel Mancera, como responsables de las lesiones de nuestra compañera. Nos preocupa que la agresión vaya a ser una constante dentro de las manifestaciones y que en próximas ocasiones que nos movilicemos seamos recibidos por policías…me llamaron la atención algunas frases de los uniformados, nos decían: ‘si los venimos encapsulando es por su seguridad’, quien estaba al mando del operativo hizo mención, en reiteradas veces, que nos teníamos que replegar porque si resultábamos golpeados o lesionados, iba a ser por nuestra culpa, por no seguir sus órdenes de no manifestarnos”, denunció el estudiante.

El pliego petitorio que los estudiantes entregaron a la Secretaría de Gobernación (Segob) y a la de Educación Pública, incluye los siguientes puntos: establecer una mesa de diálogo, con el objetivo de que el gobierno federal, dé respuesta a la problemática; aumento a la matrícula del IPN y de la UNAM, así como una propuesta de reducción de los sueldos de altos funcionarios de la SEP y de las universidades públicas.

Los estudiantes sostienen que esos recursos podrían ser canalizados a la ampliación de la matrícula en las universidades.

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