Armando Saldaña, reportero de Veracruz, fue torturado “por venganza” a su trabajo; fiscalía de Duarte no quiso investigar

Por: Emma Martínez / 21 agosto, 2015

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(21 de agosto, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- La realidad del pasado inmediato y el presente de México solamente es escrita por periodistas que mañana estarán muertos, producto de la exhibición y denuncia de un Estado sicario que ha convertido a la sociedad en enemigos en el proceso de beneficiar intereses particulares de las esferas del poder, el gran capital y el narcotráfico, una triada que a su paso ha devastado una soberanía ya de por si ‘ligera’.

Aunque 2011 fue el año que pareció intensificarse la muerte de periodistas en Veracruz, a partir del 2013 los reportes de homicidios se vivieron con mayor frecuencia. Todos ellos se relacionaron por medio de una de las siguientes características: habían denunciado algún actor político, grupo criminal e incluso los nexos entre ambos, o la inseguridad y la débil o nula intervención de las autoridades.

En aquella entidad dichos homicidios no solamente ocurren con tanta frecuencia, también con facilidad y una latente impunidad, que echa por tierra la idea de que existen indicios de democracia en el país. En los últimos años el día de la libertad de la expresión se ha convertido en el día de las burlas de Javier Duarte, a decir por periodistas de distintos medios de comunicación, quienes afirman que el ‘pórtense bien’ y ‘andaba en malos pasos’, son nada más ejemplos de su frecuente ‘humillación hacia los periodistas que no aceptaron venderse y besarle los pies.

“Cada vez que se conmemora una fecha relacionada con el periodismo, los que seguimos en pie (sociedad civil, académicos y periodistas críticos), recordamos a los periodistas caídos y les gritamos a las autoridades, en una serie de constantes discursos, los hostigamientos, las cifras vergonzosas y escalofriantes de reporteros, fotógrafos y comunicadores sociales asesinados, el 100 % de ellos, en la más absoluta impunidad…

Porque también la impunidad es parte del odio del gobierno estatal y federal; no necesitan ser los autores directos u ordenar las muertes para convertirse en parte fundamental del aumento de crímenes en contra del oficio y de quien lo ejerce, no solamente por lo que publica, sino también por lo que calla, por temor a que lo dé a conocer”, afirma aRevolución TRESPUNTOCERO un reportero independiente, colaborador de medios de Oaxaca y Veracruz, quien ha preferido mantenerse en el anonimato.

La fuente comenta que “para los periodistas que vivimos en la línea que divide a Veracruz de Oaxaca el peligro es doble, no sabemos de dónde vendrá el ataque y al final sea o no el homicidio en Veracruz, queda con mayor facilidad impune, ya que uno le echa la culpa a otro gobernador y nadie hace nada porque asegura ‘no le compete’, tienes que cuidarte aún más, no firmar nuevamente tus notas, aunque eso sea una inocentada, un momento de ingenuidad que nos hace tomar un respiro, aunque sepamos que así no funciona…

A ti te matan porque saben lo que estás preguntando, a la gente que se lo estás preguntando y para qué lo estás haciendo, la idea es evitar que lo hagas, si pasas desapercibido, el propósito cambia y la cuestión es que dejes de hacerlo, en ambos casos la solución es la muerte”.

Pero asegura que ante la cruda realidad aunque los periodistas pasan, sus acciones, letras y verdades perduran; recuerda a Armando Saldaña Morales, el comunicador radiofónico, de 53 años, hallado muerto en una carretera del municipio de Cosolapa en Oaxaca.

El cuerpo de Saldaña fue encontrado, en mayo pasado, en una furgoneta blanca con cuatro disparos en la cabeza, fue torturado antes de morir, según informaron las autoridades de la región. “Lo silenciaron asesinándolo. Los torturaron por venganza, por odio, por haber dado a conocer información donde denunció con fundamentos sólidos, la presencia y operación en esa zona de grupos criminales dedicados al robo de combustible vía la ‘ordeña’ de ductos propiedad de Petróleos Mexicanos (PEMEX), actividad que afirmaba Saldaña combinan con el secuestro, el trasiego de drogas, el abigeato y el tráfico de personas…

Todo aquello era un golpe certero al narcotráfico, gobierno estatal y federal, todos ellos tuvieron motivos para abatirlo, porque en Veracruz saltamos del ‘no pasa nada’ al ‘estaba metido en el narco’, y la realidad es que se tiene que aceptar que el Estado, a comparación de lo que te enseñaron, no protege, el Estado es el asesino que elimina a quien lo denuncia y denuncia su complicidad con el narcotráfico…

Hacer periodismo en México, puntualmente en Veracruz como emblema de la violencia homicida contra periodistas, es acostumbrarte a ser vigilado, hostigado y mentalizarte a que puedes ser el siguiente torturado y asesinado, por gobierno estatal y gobiernos municipales, quienes usan el narco como arma”, puntualiza quien también conoció a Saldaña y asegura “era un hombre de principios y convicciones más grandes que el miedo a la muerte y al gobierno represor”.

El 4 de mayo del presente año uno de los periodistas que labora en Tierra Blanca recibió una llamada solicitándole datos sobre el hallazgo de un cadáver en una zona ubicada entre Acatlán y Cosolapa, en Oaxaca,  lo primero que hizo fue marcar de inmediato el número de Armando Saldaña, para saber qué datos tenía él, pero “Saldaña ya no contestó”.

Ese día, por la tarde, unos campesinos que trabajaban sus tierras vieron una camioneta que les pareció abandonada dentro de sus predios, al acercarse encontraron el cadáver del comunicador. Su identidad se confirmó cuando los policías que cercaron la zona en espera del personal del ministerio público y periciales, encontraron una identificación a nombre de Armando Saldaña Morales.

Sus compañeros aseguraron que “era un periodista muy frontal, daba información veraz muy fuerte, no se mordía la lengua”. Por encontrar el cuerpo del periodista en Cosolapa, Oaxaca, las autoridades de procuración de justicia de este estado fueron las encargadas de abrir una investigación en torno al caso. Por su parte, la Procuraduría del estado de Veracruz afirmó que no le correspondía investigar homicidio.

Hasta hoy, ni el gobierno de Veracruz, ni el de Oaxaca, ni la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), se ha acercado a su familia para darles información o alguna pista sobre el motivo por el que asesinaron al periodista.

“Veracruz es un estado prostituido por un gobierno nefasto y vil, que al sentirse vulnerable y/o expuesto a una denuncia, uno o más de sus tentáculos (la triada cómplice gobierno estatal-municipal- narco), pone en marcha la peor de las torturas y da una muerte cruel al periodista, al periodismo, posicionando así su terrorismo de Estado criminal”, comenta su colega.

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