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Médicos en zonas rurales son violados y asesinados por grupos delictivos; gobierno no atiende denuncias

Por:  / 4 julio, 2015
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(04 de julio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- María Teresa Adona Ponce, falleció por asfixia mecánica por ahorcamiento, según el resultado de la necropsia, después de encontrarla colgada en un árbol, de la comunidad Providencia, perteneciente al municipio de León, en Guadalajara. Con anterioridad, ella denunció, según testigos, un intento de allanamiento, pero fue ignorado tanto por las autoridades, como los responsables de la Secretaría de Salud.
María Teresa, era pasante de la carrera de medicina, egresada de la Universidad de Autónoma de Guadalajara, quien realizaba su servicio social en la Unidad Médica de Atención Primaria a la Salud (Umaps), en el municipio de Romita, en la comunidad de Cruz de Aguilar.
Anualmente, poco más de 13 mil  médicos pasantes  inician  su servicio social en el país, quienes en su mayoría pasan 12 meses en comunidades rurales alejadas, cuya principal característica son los altos niveles de violencia y pobreza, los cuales florecen al amparo de la inseguridad y el olvido de las autoridades competentes.
Estos jóvenes con frecuencia viven solos, y en ocasiones enfrentan agresiones que van desde violaciones sexuales hasta la muerte.  Según cifras de la Secretaría de Salud,  hasta 2009 dos pasantes de medicina fallecían cada año Durante el transcurso de su servicio social, número que ha aumentado a cinco o incluso a llegado hasta siete  en los últimos cuatro años.
Sin embargo dichas cifras no son del todo exactas y tampoco se tiene contabilizadas las violaciones y otro tipo de agresiones a los recién egresados que elaboran en zonas rurales,  pero se ha asegurado que son mujeres el mayor número de víctimas.
Según un informe reciente, realizado a nivel nacional y en poder de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, 75 % de los médicos que laboran en una zona rural, han padecido algún tipo de violencia física, extorsión, secuestros, amenazas, asalto a mano armada y en algunos casos ha derivado en homicidio. Es así como los ataques a la integridad de estos profesionales han aumentado hasta en un 200 % en los últimos seis años.
El médico Fernando Irecta, miembro del Movimiento YoSoyMédico17, asegura aRevolución TRESPUNTOCERO, que los recién egresados, que deben realizar el servicio social en zonas rurales, siempre se enfrentan con la posibilidad de padecer algún tipo de delito en su contra, ya que no importando cuál sea su ubicación en el país, las comunidades alejadas, se encuentran sometidas por el narcotráfico y por lo tanto los médicos padecen la nula protección de las autoridades, y el abandono de la Secretaría de Salud.
“Dos son los motivos, por los cuales, la mayoría de las ocasiones los médicos pasantes están sometidos a la inseguridad en las zonas rurales; en las comunidades se ve al médico como una persona con altos recursos económicos, a quien poder asaltar, extorsionar o secuestrar hasta cobrarles una cuota para no ser lastimado, y en segundo lugar, siendo conocidos por todos, al ser pequeñas poblaciones, se les localiza para atender a un paciente con nexos delincuenciales, ya sea en una ocasión o dependiendo del diagnóstico más de dos o tres veces, sin embargo si algo sale mal, ya sea porque la enfermedad era terminal o por las instalaciones inadecuadas y escasos medicamentos, el médico muchas veces es asesinado, sin que estos grupos delictuosos entiendan razones”, asegura Irecta.
En lo que va del 2015, una de las dependencias que mayor número de quejas ha tenido sobre inseguridad en médicos pasantes ha sido Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de las cuales, 50 han sido solicitudes para cambio de sitio de trabajo, por sentirse en peligro en las regiones a las que han sido adscritos.
Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas, Morelos, Guerrero, Estado de México y Michoacán, son las principales entidades donde los médicos han catalogado a las ubicaciones de sus plazas de trabajo, como de riesgo, lo cual no deja al margen a los otros estados, ya que “todas las zonas rurales del territorio nacional están plagadas de delincuencia organizada, quienes trabajamos en éstas, padecemos el riesgo de morir hoy, mañana o en dos días, a manos de grupos delictivos, por la desatención del gobierno ha nuestras constantes denuncias por la alta inseguridad”, comenta Irecta.
Laura Angélica Ávila Aguilar, egresada del Instituto Politécnico Nacional, fue asesinada a machetazos. Según la policía, el asesino testificó que mató a Ávila después de que se negó a atender a su hijo enfermo.
Ella sufrió más de 14 heridas en la cabeza y el cuello, además de la mano derecha y el antebrazo, lo que sugiere que luchó contra su atacante, según los reportes forenses. Ávila, de 26 años, era la única doctora en el pueblo de Huáscato, una comunidad agrícola de mil 300 personas en Jalisco.
La médico pasante Rocío Basoco fue violada y golpeada hasta quedar inconsciente, mientras realizaba su servicio social en la comunidad rural “El Macho”, en Nayarit. Sus cuatro agresores le provocaron la muerte a la joven de 24 años, quien estuvo internada en terapia intensiva, pero no logró salvar su vida.
Por su parte el diputado Miguel Alonso Raya, comenta a Revolución TRESPUNTOCERO que es necesario y urgente que el Consejo Nacional de Seguridad Pública elabore cambios y estrategias en cuanto al mecanismo de trabajo y seguridad de los médicos pasantes, a fin de atender la violencia a la que se enfrentan, de forma que puedan brindarles protección y confianza a los jóvenes.
Al mismo tiempo señaló que mientras mayor atención se le brinde a la problemática, habrán resultados más eficaces, beneficiando al mismo tiempo a las poblaciones desfavorecidas, ya que éstas también se ven afectadas, cuando un médico sufre violencia, ya que son estos pasantes quienes cubren la falta de personal clínico, en esas zonas rurales”.
Lo anterior se puede ver reflejado en los pronunciamientos de pasantes y universidades, quienes en las ultimas semanas, han confirmado su negativa de mantener un servicio nocturno, se encontrarse en clínicas pertenecientes a zonas rurales.
Como es el caso de los médicos del servicio social de Morelos, en donde los pasantes acordaron que irán a realizar sus practicas las comunidades rurales, pero que antes de las seis de la tarde, se trasladaran a hospitales que consideren seguros y regresarán a sus plazas de trabajo al día siguiente, a la par de esto, de encontrarse en una ubicación de constante actividad delictiva, las universidades tomarán la decisión de trasladar a los médicos a otras regiones, dejando sin protección clínica a los pobladores, producto de la inseguridad y el riesgo que corren sus vidas.
Recientemente el movimiento Yo Soy Médico 17, se ha pronunciado por mejores condiciones laborales y de seguridad en zonas de conflicto, ante las amenazas, robos, asesinatos y desapariciones de colegas en todo el país.
Las principales demandas que le realizan a la Secretaría de Salud, es la emisión de un posicionamiento en contra de la violencia que están sufriendo los profesionales de la salud; la creación de un teléfono abierto, como parte de un protocolo de seguridad, donde puedan informar si se está presentando algún problema de inseguridad en su zona de trabajo o cerca de ésta, ya que, el colectivo enfatiza, la violencia contra los médicos va en aumento y sin que nada la frene.
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