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Fuerzas armadas y policías utilizan al “Cártel de los testigos falsos” contra gente de escasos recursos

Por:  / 8 julio, 2015
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(08 de julio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Hace dos años llegué a trabajar a Matamoros y me establecí en una colonia donde los robos y las peleas se daban con frecuencia, yo trataba de saludar a todos y no meterme con nadie, tenía miedo que me asaltaran.
Un día me animé a salir por la noche, estuve un buen rato afuera y regresé ya llegada la madrugada, tal vez iban a dar las tres, cierto había bebido demás, subí y me quedé dormido tal y como llegué, no sé cuánto tiempo pasó antes de escuchar un escándalo afuera del cuarto que rentaba, me querían linchar, me acusaban de querer violar a una menor que yo ni conocía.
Ese día mi destino estaba decidido, morir quemado o ir a la cárcel, pasó lo segundo y hoy este será mi hogar durante 15 años, aunque pedí al abogado de oficio que se me practicara cualquier tipo de prueba, yo estaba muy dispuesto, pero el caso solamente se definió basado en los testimonios de tres testigos que dicen que me vieron, todo el proceso estuvo viciado, pero tampoco tengo el dinero para la asesoría de un abogado externo. René C.
“Vivimos en un país donde se es culpable si las autoridades lo necesitan de esa manera o tienen pereza de ahondar en el caso, también si eres pobre y sin estudios es peor, la culpabilidad también llega cuando no hay dinero para la defensa, se es culpable cuando los policías juegan a la ruleta rusa con la sociedad y detienen al primero que se les ocurra, se es culpable si eres analfabeta, eres acreedor de gran cantidad de culpabilidad cuando las fuerzas de seguridad y jueces quieren obtener un premio por numero de condenas y detenciones y están faltos de casos, también se es culpable ‘porque sí’, y esto se logra fácilmente, de formas distintas, pero en el primer lugar de la lista, por declaraciones de cualquiera que se haga nombrar ‘testigo’”, sostiene la abogada Alhelí Toledo, miembro del colegio de abogados penalistas.
Francisco Jasso Gutiérrez, se encuentra en el centro de reinserción social de la ciudad de Guanajuato. Se le imputa el delito de homicidio en riña, en agravio de Antonio Ibarra. Esto luego que, de acuerdo con la investigación, el día 23 de diciembre de 2012 el primero golpeara con una roca la cabeza de Antonio, durante la celebración de una posada, en la comunidad de Terreros en Silao.
Jasso Gutiérrez, acusó a diversos funcionarios del Ministerio Público de preparar a los testigos antes de la audiencia de juicio oral sustanciada en la causa penal número 1p1413-2 en la ciudad de Guanajuato, por lo que mantiene su reclamo por las afectaciones a su derecho de ser enjuiciado bajo el principio del debido proceso.
El inculpado asegura que, “por el actuar de la autoridad responsable se faltó a la verdad pues se instigó y aleccionó a testigos al mentir con el fin de obtener una sentencia de condena en mi contra”.
A su vez asegura que, la teoría del caso fue confeccionada para acreditar hechos distintos a los que se tenían registrados, en la carpeta de investigación correspondiente. De acuerdo con la carta que Jasso envió a la Procuraduría de Derechos Humanos de Guanajuato, los peritos de la PGJE también fueron instigados y aleccionados para variar las conclusiones periciales dentro de la audiencia.
El inculpado asegura que jamás ocasionó daño a Ibarra, sin embargo y a pesar de que sostiene no haber tenido conocimiento de que se le acusaba se le llamó a comparecer. En ese momento, menciona Jasso Gutiérrez, se le hizo saber que se cumplimentaba una orden de aprehensión en su contra, como probable responsable de la muerte de José Antonio Ibarra.
“Quiero hacer énfasis en cuanto a que en ningún momento se me permitió saber los hechos por los que se me acusaba, sin embargo me trasladaron después de 3 tres horas a las instalaciones del CERESO”, se lee en la carta. Francisco Jasso deberá pagar una sentencia de 9 años, 10 meses y 22 días de prisión.
El testimonio de un testigo presencial, sobre un delito puede ser altamente convincente frente al juzgador, sin embargo, treinta años de estudios en ciencias sociales han probado que la testificación que hace un testigo es con frecuencia “poco fiable”, sin embargo las autoridades mexicanas siguen dando mayor peso a los testimonios, incluso omitiendo otro tipo de envidencias.
En más del 15% de los casos de condenas erradas, un informante testificó en contra del acusado en el juicio. Con frecuencia las declaraciones de personas que reciben incentivos para declarar (en particular aquellos beneficios que no son revelados a la parte dictaminadora) son la prueba principal que condena a una persona inocente, asegura la organización Red Inocente.
“La sociedad mexicana aún está lejos de conocer la magnitud de las condenas equivocas, que son resultado de testimonios erróneos, sin embargo lo condenadamente preocupante no son puntualmente las equivocaciones de los testigos que sí estuvieron en el lugar de los hechos, sino los falsos testigos, esos que son preparados por las defensas de los que de antemano saben que a quien denuncian es inocente, y aún así se esmeran en robarle la libertad y con ello la vida”, asegura a Revolución TRESPUNTOCERO, el abogado penalista Rodrigo Cabezuela, miembro del círculo legal de abogados de Iberoamérica.
“Aun cuando los casos por este motivo suceden a diario, hasta más de 10 veces en 24 horas, en todo el país, no existen investigaciones sobre la fabricación de testigos, por parte de los demandantes o por alguna autoridad; producto de ser un país carente de justicia y respeto a las leyes, en México, la autoridad demuestra la culpabilidad de cualquier inocente, con nulidad de pruebas y basados en testimonios en muchas ocasiones ‘amañados’ y cínicamente errados, y aunque existen casos donde el abogado expone fácilmente la falsedad de los testigos, cuando la autoridad ya tiene un culpable, nada lo cambia, porque no aceptarán su error y porque hacerlo implicaría mayor tiempo en el caso y lo que menos quieren es trabajar en ellos”, puntualiza Cabezuela.
A decir por el penalista, en la última década han aumentado los fallos, que sorpresivamente, terminan en condena, por medio de los testimonios de falsos testigos, aunque existen casos donde se puede lograr una absolución, porque se determina que hay falsos testigos, y por lo tanto se da paso a la reapertura de la investigación, “pocos pueden dar esta batalla, por la falta de recursos económicos que implica la lucha”.
Según Red Inocente, con frecuencia, las personas han sido erróneamente sentenciadas en casos en donde los testigos: han recibido dinero para testificar; han declarado a cambio de su liberación de la cárcel; testificaron en distintos casos, afirmando que tienen pruebas de culpabilidad al haber escuchado una confesión o al haber sido testigos del crimen.
“Las condenas logradas con la ayuda de falsos testigos, que son protegidos por la impunidad y corrupción de las propias autoridades, son historias que jamás se analizan a profundidad, son hechos que el colectivo social conoce como una nota más en la última página de algún periódico, en caso de salir y en caso de que se denuncie que el acusado fue víctima de la implantación de declaraciones ficticias en su contra; pocos son los que mínimamente hablan de tan gran problemática, que no se detiene y para colmo, las cifras las aumentan en su mayoría gente de escasos recursos, porque son las presas fáciles de las policías, de las fuerzas armadas, del Ministerio Público y otras dependencias”, comenta la abogada Alhelí Toledo.
Toledo explica que los falsos testigos, bien pueden ser personas que aseguran haber estado en el lugar donde se llevó a cabo el delito, quienes incluso se ‘rentan’, dependiendo del tipo de juicio, es el precio, también están los amigos que por lealtad y compañerismo acceden a testificar y están los presidiarios, que por un traslado a una cárcel distinta o privilegios dentro de ésta o una nueva celda, son capaces de asegurar que mantienen nexos con el inculpado y que ‘anteriormente le aseguró que cometería tal delito’ y finalmente y los más peligrosos, los policías municipales y estatales, los militares y los marinos, quienes adquieren una credibilidad absoluta, incluso cuando caigan en contradicciones (la mayor parte del tiempo).
La abogada afirma que son las Fiscalías y la parte que juzga quien carga con la mayor responsabilidad de este tipo de actos ‘brutales’, ya que con frecuencia, estas autoridades, a pesar que saben que el testigo no tiene conocimiento de los hechos y lo que declara, son solamente “fábulas generosamente inventadas, éstas son respaldadas y hechas verdades a través de los procesos penales”.
“Las autoridades mexicanas encargadas de impartir justicia también se caracterizan por mantener un increíble exceso de mezquindad y holgazanería, prefieren negociar, antes de dar paso a una investigación, sin dudarlo, una tierra fértil para la generación de falsos testigos, lo cual también se convierte en un negocio, en donde se ha llegado a tal grado de proteger a falsos testigos, desembocando en trágicas creaciones, como lo es el Cártel de los testigos falsos”, comenta Cabezuela.
Reconocido por algunas autoridades, en abril pasado, Tamaulipas es tierra de “informantes falsos”, algunos de los beneficios que obtienen son dinero, tarjetas temporales (green cards) o la reducción de condenas, esto a cuenta de juramentar en falso, sin embargo, el mayor pago es a decir por abogados del estado, la impunidad de la que gozan, teniendo como principal ‘misión’, inventar declaraciones que conforman cientos de fojas de diversos expedientes, que sirven como argumento para, en un primer momento, dar sustento a una detención y después a la condena de algún inocente, que fue señalado para ser inculpado, a fin de desviar sospechas.
Cabezuela agrega, “la cruel y perversa disposición  de mentir en un testimonio, es tan vieja como la humanidad y en un país donde la tragedia de ser encarcelado, es uno de los principales factores de represión gubernamental, el Cártel de los falsos testigos, dio inicio hace diez años, con los llamados paramilitares y escuadrones de la muerte, que finalmente dio estructura a un sistema acusatorio que se amolda a la perfección con dicha práctica, debido a la implementación de ese absurdo ofrecimiento, que considera rebajas de penas y beneficios carcelarios a quienes delaten a otros, esto sumado a que en este ‘país al revés’, esa testificación es ley y las investigaciones ‘tiempo perdido’”.
Sobre el tema, Toledo afirma que hace poco más de una década, se formó un grupo de personajes, principalmente provenientes de Reynosa, que ‘prestan sus servicios’ de informante o testigo, a cualquier delincuente o elemento de las fuerzas de seguridad que busque ‘salir bien librado’ de un delito, vengarse inculpando a un enemigo, u obtener un culpable que los ayude a cerrar un caso.
Es así como “los falsos testigos son la plaga que sigue carcomiendo al ya podrido sistema judicial, y lamentablemente son muchos los condenados basados en testimonios provenientes de esa forma, así en este país se han destrozado miles de vidas, bajo el marco de la impunidad, y es que mientras que en otros países, los testigos, tienen el mismo peso que todas las demás pruebas y  las confesiones de los presos, son consideradas ‘poco fiables’, en este país que emana envilecimiento, corrupción y deshonestidad por parte de quienes aseguran cínicamente hacen justicia, el sistema judicial concede un gran valor a dichas declaraciones, aún con errores, los cuales jamás quedan asentados en las actas y debido a la nulidad de estudios, las cifras de casos son inexistentes”, sentencia Toledo.
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