Descalabros a migrantes y amenazas de muerte, motivos del cierre de Centro de Atención al Migrante en GDL

Por: Cecilia Balderas / 31 julio, 2015

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(31 de julio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Luego de cinco años de labor y acompañamiento a través de asistencia humanitaria a migrantes centroamericanos y nacionales en su paso por Jalisco, y año y medio de constantes agresiones y amenazas, la Asamblea Operativa de la organización FM4 Paso Libre, decidió cerrar el Centro de Atención al Migrante (CAM), ubicado en Guadalajara; el mismo personal de la institución alerta sobre la vulnerabilidad a la que los migrantes quedarán expuestos en su trayecto rumbo a la Unión Americana, mientras las autoridades estatales no den respuesta a la solicitud de implementar una estrategia integral de seguridad para preservar la integridad de viajeros y voluntarios.

Santiago Aguilar, coordinador del área de Atención y Servicios de la organización informó en entrevista con Revolución TRESPUNTOCEROque desde hace 18 meses han podido documentar constantes amenazas hacia el personal que colabora de manera voluntaria en el comedor instalado en la zona metropolitana de la capital jalisciense.

“Hacia los migrantes hubo agresiones físicas en las que descalabraron a algunos de ellos, golpearon a otros, e hicieron amenazas de muerte hacia los voluntarios…sabemos que el más vulnerable sigue siendo el migrante, al no haber una organización que le pueda dar apoyo, se les deja en indefensión para ser violentados o que se les involucre en actividades ilícitas por medio de la intimidación”, detalló Aguilar.

Un grupo de personas en situación de calle que mantiene presencia constante en la zona y pernota en las inmediaciones del centro de atención, es identificado como el responsable de los ataques; sin embargo, la problemática presenta otro elemento de fondo: la venta de drogas.

“Las agresiones tienen que ver con la situación que se está viviendo en el estado; tienen que ver con el crimen, por ser una zona un poco abandonada, se prestaba para la distribución de drogas; el migrante es visto como una mercancía en su paso por México, se lucra con ellos desde el 2006, con la guerra contra el narco, por la situación de invisibilidad y vulnerabilidad que tienen”, sostuvo el coordinador, al señalar que es posible que a presencia de la organización “disgustara” a los grupos que pretenden mantener el control en la región.

“El punto de quiebre fue un desalojo que se llevó a cabo en las inmediaciones del comedor, de las personas que ahí vivían; nosotros manifestamos que no estábamos de acuerdo si no se ponía una estrategia integral, que con el desalojo nos ponían en una posición de mayor vulnerabilidad porque se entendía que a partir de los diálogos que habíamos tenido con la autoridad, se tomó la decisión de desalojarlos y esas personas podrían ejercer algún tipo de represalias en contra de nosotros”, agregó.

Municipio, sin capacidad para solucionar el problema

Tras varios meses de padecer las agresiones constantes, representantes de la organización buscaron entablar diálogo con autoridades municipales. Hablaron con el presidente municipal de Guadalajara, con su secretario e incluso con el comandante de la Policía Municipal para exponer su situación; sin embargo, dichas autoridades se excusaron de dar solución a sus peticiones, al argumentar que no tenían la capacidad de diseñar y ejecutar la estrategia de seguridad requerida. Luego de tres meses de conversaciones, terminó el diálogo.

La organización tomó la determinación de escalar los niveles de gobierno para buscar solución a la problemática descrita, por lo que presentaron su solicitud ante la Secretaría de Gobierno de la entidad, además de enviar su caso, para conocimiento de la dependencia, a la Secretaría de Gobernación (Segob), encabezada por Miguel Ángel Osorio Chong.

La solicitud al gobierno de la entidad, encabezado por Aristóteles Sandoval, no solo contempla la presencia de elementos de la policía en las inmediaciones del comedor, sino la puesta en marcha de una estrategia de prevención de agresiones y reintegración de las personas en situación de calle que prevalecen en la zona.

“Seguimos en diálogo con las autoridades estatales, aunque hasta ahora no hemos tenido una respuesta; esperamos, en breve, poder concretar los acuerdos para seguir con esta labor. Les pedimos que nos ofrezcan una estrategia de seguridad integral que pueda salvaguardar nuestra integridad y la de los migrantes”, reiteró Santiago Aguilar.

La organización está consciente de la posibilidad de que no haya condiciones para reabrir el comedor en la misma área que había ocupado; sin embargo, tiene la firme convicción de que para pensar en considerar un nuevo espacio, el Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad de migrantes y colaboradores, misma que abarca acciones emergentes ante incidentes, así como acciones de prevención.

En los cinco años que llevaba trabajando el comedor, había atendido a 19 mil migrantes y contado con la colaboración de más de 600 voluntarios y 400 donadores, actualmente había 75 personas que prestaban servicio en el centro.

Migrantes cambian de ruta

En los últimos meses, la organización notó que el número de migrantes que llegaban al comedor disminuyó significativamente al pasar de más de 20, en promedio, a únicamente siete personas.

“Esa cifra se fue mermando en los últimos meses por la implementación del Plan Frontera Sur, la vulnerabilidad que se ha incrementado a raíz de este programa y la situación de los migrantes sigue latente, el tránsito, las cuestiones de violencia que vive Centroamérica que sigue expulsando migrantes”, detalló Santiago Aguilar a Revolución TRESPUNTOCERO.

Explicó que la ruta de occidente que recorren los migrantes es más larga en comparación con las otras, por lo que el tránsito se vuelve más complicado físicamente para mujeres y niños -por la ubicación del desierto al norte de Sonora- por lo que históricamente ha existido un bajo índice de presencia de este tipo de población migrante en la zona.

Sin embargo, y ante la ola de violencia de grupos de la delincuencia organizada en la ruta del tren La Bestia por el Golfo de México, cientos de migrantes centroamericanos han optado por cambiar su trayecto, por lo que “la ruta ha tomado relevancia en los últimos tiempos; hemos notado un incremento en la presencia de migrantes, aunque todavía no en la magnitud de las rutas del tren. Se ha incrementado a raíz de la inseguridad y secuestros sistemáticos a migrantes en las otras rutas”, sostuvo Aguilar.

La mayoría de la población migrante que llegaba al comedor de Guadalajara provenía de países como Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador, aunque también había una presencia importante de mexicanos que buscaban llegar a Estados Unidos o bien de paisanos que habían sido deportados a territorio mexicano.

Además del servicio de comida, en las instalaciones del centro los migrantes podían tomar un baño, recibir atención médica, medicamentos, ropa, orientación jurídica, acompañamiento a la salud y la oportunidad de hacer llamadas a sus lugares de origen.

Además de brindar ayuda humanitaria, la organización FM4 Paso Libre promueve la defensa de los derechos humanos de los migrantes, desarrolla investigaciones sobre el fenómeno migratorio y genera vínculos con otras organizaciones, escuelas, universidades, juntas de colonos o iglesias que quieran colaborar con la labor altruista.

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