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Por: Redacción Revolución / 25 junio, 2015
(25 de junio, 2015).- La afectación de la inseguridad y violencia que se vive en Guerrero ya ha generado el cierre o desplazamiento de empresas de todos los niveles.
Grandes o pequeños negocios todos están siendo afectados por la grave situación que se vive en el estado generada por la delincuencia organizada y la falta de acción de las autoridades que en gran parte de los casos se coluden o ya forman parte de los cárteles.
Las extorsiones y secuestro continúan a pesar de la presencia de militares o Policía Federal.
Representantes de cámaras empresariales indican que no solo grandes empresas han comenzado a desplazarse o a cerrar.
También en gasolineras, restaurantes, farmacias, tiendas de abarrotes, joyerías, y un sinfín de negocios de pequeña y mediana empresa han cesado sus actividades.
Se calcula que al menos 300 empresas han debido cerrar o migrar de la entidad
Ahuyentadas por la inseguridad, los empresarios que cuentan con los recursos han empezado a migrar hacia Puebla, Morelos y Querétaro, sin embargo los pequeños negocios no corren la misma suerte.
Para los inversionistas Guerrero ya no es viable para generar capital, como en el caso de una cadena de gimnasios que evaluaba la instalación de sucursales pero que ante la situación decidió buscar otra entidad.
Pero en el caso de los negocios como tiendas de abarrotes, farmacias o negocios pequeños no se cuenta con el dinero suficiente para mirar a otro sitio.
De hecho estos se instalaron en su momento precisamente para generar el sustento de las familias, hoy, cerrados, sin poder dar servicio y sin ingresos.
En un principio en las zonas controladas por la delincuencia se cobraba la cuota por el derecho de operación sin ser molestados, pero con forme ha ido avanzando la rivalidad entre los cárteles la violencia ha aumentado.
La presencia de militares genera tensa calma porque tampoco son una garantía de seguridad.
Recientemente desde el pasado lunes, las fuerzas especiales de grupo de la Policía Federal destacamentada en Coyuca de Catalán y Ciudad Altamirano huyeron de la región ante el miedo.
El equipo completo de policía abandonó a la ciudadanía tras haber sido amenazados por no cumplir con un trato hecho con delincuentes.
Ante la salida de la PF, Elementos del Ejército Mexicano debieron ingresar a Ciudad Altamirano para resguardar las calles y hacer los patrullajes que correspondían a la Policía Federal.
Sin garantías de seguridad de tal nivel, los pequeños negocios que no pueden salir de la zona están condenados al cierre y posiblemente a la partida de las familias teniendo que dejar su patrimonio atrás.
En el caso de empresas más grandes, lo invertido comienza a ser una pérdida y deberá generar nuevos espacios en otras entidades.
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