Culiacán 120 asesinatos en mayo; Sinaloa entre la violencia de delincuencia organizada, policías y militares

Por: Redacción Revolución / 25 junio, 2015

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(25 de junio, 2015).- Según declaraciones del gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, “Traen algunos problemitas por la lucha contra el narcomenudeo; si ustedes ven el porcentaje de rivalidad delincuencial que se da en las ejecuciones andamos arriba de 80, 85 por ciento”

López Valdez incluso defiende, que en 2010, los ajustes de cuentas entre los grupos delictivos por las noches podían derivar en el doble de asesinatos.

Al parecer en Sinaloa, la violencia extrema en la que  viven los ciudadanos es algo ya tan común que se ha hecho parte de su vida cotidiana, hasta el grado de ser minimizado por las propias autoridades.

Tomás Guevara, sicólogo, catedrático e investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa, indicó a La Jornada que “la violencia es cada vez más banal y que hay una normalización del fenómeno haciendo que cada vez más niños recurran a ella para resolver sus diferencias o probar ciertas cosas, como el ingreso en una pandilla”

Se trata de la violencia como un medio para mostrar si puede o no hacer un trabajo ilegal.

Cada vez son más los niños que mueren cotidianamente en Sinaloa. Resalta un caso reciente de 5 personas que iban en una camioneta cuando un grupo rival los baleo desde otro auto. Entre los fallecidos estaba un  niño de 13 años que estudiaba en una  primaria ubicada a tres cuadras del suceso.

Los casquillos encontrados en el sitio daban cuenta de que usaron AK-47 para el homicidio.

Cuando se realizó el sepelio del menor, los rumores de los niños de menor grado indicaban que habían matado “al niño grande”.

Aunque las autoridades no le dieron importancia y aislaron el hecho, ese mismo día otras ocho personas murieron en condiciones similares, según la información de La Jornada.

Además, únicamente en Culiacán,  se han contabilizado 120 asesinatos tan sólo en el mes de mayo de este año, una cifra que rebaza cualquier otro mes del 2014.

A pesar de los niveles excesivos de violencia, la tendencia de normalización no está siendo atendida.

No existe programas culturales, educativos ni sociales en los tres niveles de gobierno que contrarresten el aprendizaje de los niños y jóvenes que  educan en la calle y la escuela, espacios donde la violencia ha penetrado y en donde se reproducen los estereotipos con los que han vendo conviviendo y que forman ya parte de su realidad, una realidad donde ser violento es lo normal.

Si las mismas autoridades minimizan el problema y se refieren a él como “problemita” es difícil pensar en un “proyecto estatal de cultura social para los jóvenes”, como lo indica Guevara.

Mientras que en algunas ciudades aún horroriza la idea morbosa de acudir a un lugar en el que hay cadáveres, en Sinaloa eso ya no atemoriza, por el contrario, acuden a tomar fotos y videos para exhibirlos en redes sociales y la indignación, el temor o el dolor son emociones a los que adultos, jóvenes y niños recurran.

Pero la violencia no proviene de la delincuencia organizada. Los grupos policiacos o el ejército.

El 15 de junio helicópteros de la Marina dispararon contra un grupo de civiles durante un operativo mientras buscaban a Adelmo Niebla González, operador del cártel de Sinaloa.

El saldo fue de dos muertos, dos heridos y cuatro detenidos, todos ellos menores de edad.

Una de las denuncias ante la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos estatal da cuenta del actuar de los marinos.

De acuerdo con información publicada por La Jornada, “Al niño de 13 (años) lo hicieron agarrar una pistola; él no quería agarrarla y le pegaron en la espalda; al niño de 17 lo hicieron agarrar un rifle para que lo disparara y no lo disparó”. A decir de la madre de los dos detenidos, estos fueron enviados al Tutelar de Menores de Culiacán y luego a Tamazula pero fueron liberados por falta de pruebas.

La población Sinaloa parece estar atrapada en medio de la violencia que han hecho común la delincuencia organizada y las autoridades.

Igual que en otros estados del país, la muerte, la violencia, la portación de armas, la ilegalidad se vuelven cada vez más cercanos hasta el grado de formar parte de la vida, algo con lo que socializa y se interactúa con los otros.

Si la gravedad de que la violencia se extienda cada vez más en todo el país es enorme, lo es más que las autoridades sean quienes encabezan esta normalización porque son ellos los responsables de mantener a la ciudadanía protegida.

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