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Por: Emma Martínez / 5 mayo, 2015
(05 de mayo, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Cada año las editoriales que elaboran libros de texto de preescolar, primaria, secundaria y tele secundaria de todas las materias, envían a la Secretaría de Educación Pública (SEP) su material para que sea sometido a evaluación, de esta forma la Institución decide qué libros, series y editoriales recomendar y al mismo tiempo adquiere miles de ejemplares.
En 2013 la SEP asignó tan sólo a su dirección de materiales e informática educativa -encargada del Programa para la Producción y edición de libros, materiales educativos y culturales-, 250 millones 147 mil 678 pesos del presupuesto de egresos de la Federación; en ese mismo año el órgano educativo contrató a profesionistas para diversas actividades, algunas como ilustraciones, correcciones de estilo y principalmente evaluaciones editoriales de textos.
Sin embargo, de la cifra anterior el 90.24% no se ejerció y en particular lo asignado a ‘otras asesorías’, que sería destinado a la contratación de profesionistas freelances, no reportó el gasto de un sólo peso de los 50 millones etiquetados.
Arturo Rodríguez comenta “a mí un amigo me comentó que la SEP necesitaba de manera urgente evaluadores, le urgía examinar la parte editorial de los libros de secundaria. Un proceso que se ha venido realizando desde 2007 con especialistas externos. Fue un acuerdo bajo palabra porque no hubo ningún contrato por escrito; yo recibiría 6 mil pesos por cada libro que revisara, además adjuntaría un informe con los resultados de la evaluación, mi pago sería de 150 mil pesos. Cuando hice mi entrega me dijeron que me pagarían al siguiente mes, que era agosto, pero no fue así, me cambiaron la fecha a noviembre y de ahí a diciembre”.
“Los profesionistas defraudados somos editores, correctores de estilo e ilustradores, pero también se debe señalar que en una de las tanta juntas a las que fuimos convocados, había un grupo de personas invidentes, quienes iban acompañadas de su familiares y algunos con sus perros guías. A ellos tampoco les habían pagado y participaron en la revisión de material en braille”, afirma Carlos Arzate Zaragoza.
“A otros profesionistas les deben poco más de 180 mil pesos, o hasta dos millones de pesos. A la universidad de Morelos le deben aproximadamente 2 millones de pesos, no solamente le adeudan a personas, sino también a instituciones y a algunas asociaciones”, agrega Arturo Rodríguez.
“El 30 de septiembre de 2013 a las 17:00 hrs. tuve una entrevista de trabajo para la contratación de mis servicios con Rosario Núñez Mendoza, con el cargo de validador-coordinador perteneciente a la Dirección de Evaluación, Difusión y Distribución, que a su vez forma parte de la Dirección General de Materiales e Informática Educativa, ella me solicitó realizar los trabajos consistentes en la revisión, validación y comentarios de 12 libros de texto, el trabajo lo entregué el 18 de octubre de ese año y me dijeron que mi pago saldría en noviembre, de ahí en adelante una serie de retrasos se sumaron, sin que nos dieran una fecha exacta de pago”, afirma Arzate Zaragoza.
“La falta de pago nos ha afectado de muchas maneras, lo económico es la parte principal y grave, porque yo pedí un préstamo para hacer el trabajo, ya que debido a la urgencia con que me pidió SEP los resultados, dejé de lado mis otras actividades laborales y me concentré exclusivamente en eso”, declara Rodríguez.
Agregando que “a mediados de diciembre de 2013 cambiaron a una nueva respuesta ‘se está tramitando el monto’. Yo le pregunté directamente a quien era la Directora General en aquel entonces, Laura Athié, y hoy labora en el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, cuándo me pagarían y me afirmó que sería en marzo de 2014. Ella se fue y el caso quedó impune, porque para este proceso de evaluación se destinan entre 60 y 100 millones de pesos. Y para el de dictaminación de libros el presupuesto estimado es de 300 millones, sin embargo, nunca se supo dónde quedó, porque no solamente a los evaluadores de libros de secundaria no nos pagaron, tampoco a los de primaria, preescolar y telesecundaria”.
Cabe señalar que en el transcurso del proceso de desarrollo de los proyectos, hubo una serie de deficiencias en cuanto al trato con el personal, al que cambiaban repentinamente y de manera constante, provocando así confusión y desinterés por parte de algunos profesionistas, quienes decidieron abandonar sus actividades, argumentando “falta de seriedad”. Aun así muchos otros continuaron dentro hasta finalizar la entrega, como fue el caso de Paulina.
“Hace casi ya 18 meses estamos solicitando un pago que SEP no nos ha querido retribuir. Yo entré a trabajar como dictaminadora freelance de los libros de secundaria en julio de 2013, me tocó entrar con un grupo de personas que finalmente despidieron en septiembre de ese año. Con un nuevo equipo comenzamos de cero, reacomodamos lo ya hecho y se volvió a entregar, con la promesa de que nos pagarían en diciembre, pero llegada la fecha se hizo un silencio y nadie nos dijo nada”, relata Paulina.
Y agrega “estuvimos insistiendo y nos mandaron a llamar a mediados de diciembre, nos dijeron que Hacienda les había retirado el dinero porque no lo ejercieron y por ello no existía capital para pagar. Durante todo el 2014 el argumento principal fue que no tenían recurso alguno. Acto seguido iniciamos manifestaciones afuera de la SEP, porque las evasivas siguieron, de la promesa de pago en marzo, pasó a abril. Hoy se sabe que no llevan ni el 20% de los tramites terminados para poder pagar”.
Arturo Rodríguez comenta “en 2013 el dinero destinado a dichas actividades desapareció, incluso se podría hablar de un desfalco. A nosotros nos dijeron que ese capital no se ejerció, pero de ser así dónde está, yo dudo mucho que no se haya pedido, sino más bien que se solicitó y fue destinado a otras cuestiones desconocidas. La principal responsable es la actual directora de la Dirección de Evaluación, Difusión y Distribución de la Subsecretaría de Educación Básica, María Antonia Chávez, ella ha estado en ese puesto desde que nos deben, e hizo un trámite para promover pagos atrasados, pero jamás hizo el procedimiento adecuado, entonces hasta el momento entre ella, Laura Athié y el administrador actual Edgar Tafoya no han logrado pagarnos”.
“Si el pago de más de 300 trabajadores ha quedado sin solución, es porque nadie pide rendición de cuentas, no solamente se convierte es un problema de corrupción, sino de impunidad. Nos están dando largas yo llevo entregando mis documentos en 3 ocasiones, con todo mi expediente integrado, he ido a firmar más de mil páginas a la SEP, dos veces un contrato, hemos estado protestando, haciendo manifestaciones afuera de la secretaría. La última vez el director de materiales educativos recibió nuestras encomiendas y prometió que nos pagaría en abril, ya es mayo y siguen sin pagarnos”, dice Rodríguez.
Y puntualiza, “un problema más que se ha sumado son las represalias, yo he trabajado mucho tiempo para la SEP, hace poco solicitaron mis servicios y cuando llegué me dijeron ‘pero tú eres de la gente que está protestando porque no se les paga’, y a partir de ahí ya no me contrataron”.
Margarita Pérez afirma, “un domingo fui contactada como a la una de la tarde, vía correo electrónico, mi contacto me informó que en SEP necesitaban un corrector de estilo de manera urgente, pero como no podía en ese momento, asistí a la cita pasada la una de la madrugada del lunes a las oficinas del órgano, pero como se fue la luz, María Antonia Chávez nos llevó a su casa y nos quedamos a dormir y al otro día nos llevó a SEP a trabajar, en un horario continuo que terminó hasta el otro día a las seis de la mañana.
Y comenta, “nuevamente me volvieron hablar, entré a las 12 del día de un miércoles y salí el jueves a las 6 o 7 de la mañana. Trabajé en la corrección de estilo de los dictámenes de los libros de secundaria. Durante todos estos meses hemos estado yendo a juntas, a firmar documentos y nos han dicho ‘sean conscientes, comprendan que no hay dinero para pagar’. Pero no toman en cuenta que tenemos gastos, colegiaturas que saldar, comida que comprar, y nadie se va concientizar con nosotros”.
Arzate Zaragoza relata que en enero pasado se presentaron en Reforma 122 y solicitaron la atención de algún superior del licenciado Edgar Tafolla. Quien los atendió fue Ernesto López Orendain, Director General Adjunto de Materiales Educativos de la Dirección General de Materiales e Informática Educativa, a él le solicitaron una fecha de pago y se comprometió que el 6 de febrero les daría una fecha. Y los citó el 16 de ese mes para dar inicio a la firma de convenios, asegurando que todo se finiquitaría en abril.
Y enfatiza, “Desde entonces y hasta la fecha he ido incontables veces a entregar documentos y pedir informes sobre el estatus que guarda el proceso y no he conseguido nada. Nos hemos manifestado en distintas ocasiones frente a la SEP para presionar y que nos reciban, ya lo han hecho en tres ocasiones pero al final el discurso es el mismo, “estamos trabajando en ello y ya casi sale el pago”.
El colectivo ‘SEP Págame’ mantiene un registro de 300 y 350 autores que entregaron su trabajo en octubre de 2013 y que, desde entonces, han padecido decenas de veces el cambio de fecha para obtener su pago. Los adeudos varían, el monto mínimo es aproximadamente de 4 mil pesos, y el máximo sobrepasa los 300 mil pesos por persona.
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