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Por: Redacción Revolución / 6 mayo, 2015
(06 de mayo, 2015).- Después de la brutal ola de violencia que sufrió Jalisco el pasado fin de semana, que dejó 15 muertos, policías de dicho estado denunciaron que altos mandos de las fuerzas de seguridad también colaboran con el crimen organizado.
La acusación vino de un miembro de la Fuerza Única de Jalisco, creada en 2014 para reforzar la capacidad del gobierno contra los cárteles de la droga, quien dio a conocer que, tras capturar un sospechoso, se da a conocer a los superiores de quién se trata para decidir, en función del cártel al que pertenece, si se le libera o no.
“Si es del cártel que controla en esos momentos Jalisco, te ordenan que se le regresen las armas y las drogas y se quede sin efecto el reporte o la revisión. Y los elementos continúan (su camino)”, expresó el miembro.
Por su parte otro policía dejó claro el contubernio de los narcos con los altos mandos de la Fuerza Única; “Cuando agarras a un integrante del cártel y llamas por teléfono a los jefes, ellos te dicen ‘aguántate’, y luego dicen ‘sabes qué, déjalo ir, es de la gente’ (…) Por lógica ahí hay gato encerrado”, dio a conocer.
Y concluyó: “El proyecto (de la Fuerza Única) es bueno (…), pero los mandos no sirven para nada”.
Cabe recordar que apenas el pasado viernes hubo un repunte de la violencia; el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) llevó a cabo 39 bloqueos en 25 municipios dejando un saldo de 15 muertos.
Para el gobernador del estado, Aristóteles Sandoval, los acontecimientos fueron resultado de un operativo donde se pretendía detener a un capo de la zona.
Sin embargo en esos “acontecimientos” ocurrieron cosas nunca antes vistas en México: El crimen organizado derribó un helicóptero con armas militares sumamente potentes (RPG-7).
A pesar de que los hechos, del pasado viernes, fueron muy sonados no indican el repunte inicial de la violencia en Jalisco; el 19 de marzo pasado gendarmes federales se enfrentaron al CJNG, el saldo fue de once muertos; cinco agentes, tres delincuentes y tres civiles que no tenían relación alguna con los hechos.
Cuando se dieron a conocer las declaraciones policiales el fiscal estatal, Luis Carlos Najera, indicó que los elementos de las fuerzas estaban delinquiendo al informar primero a los medios antes que a las autoridades.
Agregó también que todas las conversaciones por la radio de la Policía quedan registradas y que si se comunican por vía telefónica “están cometiendo una irregularidad muy grave”.
Indicó que los elementos del estado se someten a la prueba del polígrafo además de exámenes de confianza, mismos que, de no ser superados, ocasionan que sean “retirados de la institución”.
Empero reconoció que hay policías que son amenazados por el crimen organizado y que “los agentes no saben a dónde acudir”.
Y aseguró que “tenemos que dar garantías a los policías, más armamento y más cartuchos”.
Uno de los policías entrevistados también reveló la existencia de un equipo especial dentro de las fuerzas metropolitanas, conocido como grupo “Chipote”, que se encarga de colocar evidencias, por ejemplo, en domicilios, a fin de “justificar detenciones” aunque no haya pruebas.
“Y todo lo que encuentran se lo quedan ellos (los policías). Es pillaje. Como dicen por acá, es botín de guerra”.
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