Por criticar a relator de #ONU; 'retroceso en #PolíticaExterior hacia #DerechosHumanos en México': #ONG

Por: Redacción Revolución / 8 abril, 2015

(08 de abril, 2015).- Si el gobierno de México pensó que no habría mayor repercusión ante su desaprobación a los comentarios del relator de la ONU, acerca del crimen de la desaparición forzada como un mal generalizado en el país, estaba muy equivocado.

Una carta abierta, del día de ayer, dirigida a Enrique Peña Nieto por parte de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) clasificó a los señalamientos  de Juan Manuel Gómez Robledo, subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, como “poco profesionales y poco éticas”, y significan un “cambio negativo en la política exterior de México”.

Cabe recordar que la FIDH agrupa a 178 organizaciones en 110 países y, en su misiva, advierte a Peña que las declaraciones de Gómez Robledo, que además son respaldadas por el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, son “un importante retroceso en la política exterior relativa a los derechos humanos en México”.

Además también se apuntó que la negativa del gobierno de Peña Nieto, a trabajar con el relator Méndez, debido al señalamiento de este último respecto a la situación de “tortura generalizada” que está en el país, sólo contrasta “drásticamente con la contribución de México a la agenda internacional de los derechos humanos, en particular en la ONU”.

La carta también le recuerda a Peña el papel “influyente” que ha tenido México ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, además de que “tiene una fuerte tradición de cooperación con los mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas, siendo uno de los primeros países en haber extendido, en 2001, una invitación permanente a todos los titulares de mandatos especiales”.

También le recuerda que los relatores de la ONU se guían por los principios de “universalidad, imparcialidad, objetividad y no selectividad, diálogo constructivo y cooperación internacional”, por lo que los comentarios de Gómez Robledo, que a su vez fueron respaldados públicamente por Meade, “van en contra de estos compromisos (de México) de larga data”.

Se señala que, debido a la difícil situación actual que atraviesa México “es crucial que el país adopte una posición de principio en su política exterior de derechos humanos”, además de reconocer “la dimensión de los desafíos” que figuran en esta materia y, conociéndolos, tendrá las condiciones para “hacerles frente y permitir el pleno respeto, protección y realización de los derechos humanos en el país”.

A su vez se hace un llamado a Peña “a cooperar plenamente y de buena fe con todos los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, y adoptar todas las medidas necesarias para implementar sin demora todas las recomendaciones y observaciones finales del relator especial sobre tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, y del Comité contra la Desaparición Forzada, respectivamente”

Peña es exhortado a asumir las recomendaciones de “los diferentes mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas que han visitado el país recientemente”, y finalmente la FIDH recomienda “permitir que los relatores especiales lleven a cabo un seguimiento de las visitas al país, para verificar la aplicación de las recomendaciones realizadas”.

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