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Por: Redacción Revolución / 4 abril, 2015
EdoMex 3.0/Laura Aldana
(04 de abril, 2015).- El pasado 25 de marzo la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó un amparo a la madre de Mariana Lima, para reabrir el caso de la muerte de su hija asesinada en 2010, pero de quien la procuraduría del Estado determinó un suicidio como la causa de muerte. A su vez se determinaron las pautas para que se investiguen los homicidios de mujeres con perspectiva de género y no como simples homicidios o incluso suicidios. En el caso de Mariana Lima, la Procuraduría del Estado de México, cometió un gran número de irregularidades en la investigación, omitió pruebas visibles de homicidio cometido por de su esposo Julio César Hernández Ballinas, en ese momento policía judicial, quién ya había amenazado de muerte a su esposa, misma que se negaba a denunciar los golpes y humillaciones que recibía en su hogar, debido a su desconfianza en el sistema de impartición de justicia.
En la investigación se omitieron protocolos importantes para determinar un posible homicidio, ya que el cuerpo de Mariana presentaba señales de golpes y la escena en la que supuestamente su cuerpo fue hallado por su esposo, fue alterada por él mismo. Entre las pruebas aceptadas por el Ministerio Público para la determinación de la causa de muerte, fueron 2 cartas suicidas, presentadas por el esposo cinco días después de la muerte de Mariana, mismas que en ningún momento fueron encontradas por los peritos que acudieron al lugar, otra prueba fue un cordón de 5 milímetros de grosor con el que supuestamente Mariana se quitó la vida, pero que por ningún motivo hubiera resistido el peso de la mujer.
Tras la muerte de Mariana, su madre, Irinea Buendía, ha luchado incansablemente para que el caso de su hija no quede impune, los testimonios de los familiares y amigos cercanos a Mariana coinciden en que fue Julio César quien asesinó a su esposa tras el anuncio de que ella iba a dejarlo y a denunciar los golpes. Mariana recibió en varias ocasiones golpizas propiciadas por Ballinas en las que incluso ella resultó lesionada de gravedad, tras un empujón por las escaleras sufrió lesiones que nunca se atendió por el miedo a declarar ante el Ministerio Público cómo se había lastimado.
El caso de Mariana es una muestra más de la forma en que la violencia contra la mujer ha sido relegada como una causante de homicidio. Es decir, no se investiga el contexto de violencia en que una mujer vive previamente, se determina la obviedad de la escena, cómo en este caso, pudo más la supuesta influencia del policía y las pruebas entregadas por él, para la determinación de la causa de muerte un suicidio. El caso de Mariana Lima, sentó el precedente para que las autoridades del Estado de México reabran el caso, pero que esta vez se investigue y se tomen en cuentas las pruebas reunidas por la madre de Mariana para fincar responsabilidades en contra de Julio César, así como a los responsables de la impartición de justicia Alfredo Castillo Cervantes y Miguel Ángel Contreras Nieto.
La violencia hacia la mujer implica a la sociedad en general, así como, a las autoridades encargadas de procurar justicia en el Estado, mismas que en su mayoría de las veces minimizan los casos de agresiones en contra de mujeres y provocan la desconfianza a la hora de denunciar.
Hasta el momento el gobierno federal se ha negado a lanzar una alerta de género para el Estado de México a pesar que durante el periodo de 2005 a 2010 el OCNF tuvo el conocimiento de 922 homicidios que se pueden catalogar como feminicidios. De 2011 a 2013 se registraron 600 homicidios contra mujeres en la entidad, y durante los años 2011 a 2012 se registraron 1258 casos de desapariciones de mujeres del Estado.
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