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Por: Redacción Revolución / 12 marzo, 2015
Ilustración: Pe Aguilar / @elesepe1
(12 de marzo, 2015).- En un hecho sin precedentes pero que refleja la realidad que existe, respecto al pensamiento de Estados Unidos en contra de la situación actual de México, se llevó a cabo la detención, sin imputar cargos, y posterior interrogatorio de más de 500 niños en EE. UU.
Lo anterior va dentro de un plan que inició en mayo del año pasado surgido a raíz de que agentes de Aduanas y Protección Fronteriza que 78 por ciento de quienes auxilian a que migrantes entren al país de las barras y las estrellas son mexicanos que no pasan de los 18 años y que además son contratados por cárteles.
Cabe señalar que, anterior a este plan, los detenidos en la frontera eran deportados de inmediato y ahora 536 niños fueron retenidos por hasta 75 días.
Supuestamente en esos tres meses de detención los niños recibían clases de inglés además de “turistear” por Texas.
A esas actividades “recreativas”, que bien pudieran ser para generar confianza, se les acompañaban constantes cuestionamientos de las autoridades acerca de los lugares donde la delincuencia organizada esconde droga para transportarla a ciudades estadounidenses.
Dichas resoluciones por parte del gobierno norteamericano han generado serias preocupaciones a organizaciones encargadas de defender los derechos humanos.
Principalmente cuando un joven dio datos de un grupo delictivo y al volver a México miembros de un cártel asesinaron a dos familiares con el pretexto de culpar al joven de que su grupo armado había sido víctima de redadas por los datos revelados.
Por su parte Maureen Meyer, especialista en México de Washington Office on Latin America (WOLA) señaló: “El tema aquí, donde hay preocupación, es en el proceso de cuestionar a esos niños sobre sus actividades delictivas, si es para protegerlos o para sacarles información”.
“Si el programa es para intervenir y ver a los niños como víctimas y ver cómo sacarlos de ese ámbito, podría estar bien. Pero hay que ver cómo es el proceso de cuestionamiento sobre las actividades delictivas y ver qué sucede cuando vuelven a México. Podría haber represalias a ellos por las sospechas”.
A su vez Clara Long, especialista de Human Rights Watch, indicó que las leyes internacionales están obligadas a obrar en el mejor interés de los niños y el programa estadounidense no refleja esta premisa: “El programa podría funcionar para proveer protección y tratar a los chicos como víctimas (de tráfico de personas). Eso sería una mejora, pero no estoy segura que ése sea el caso”, declaró.
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