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Por: Redacción Revolución / 2 marzo, 2015 REVOLUCIÓN3.0
(02 de marzo, 2015).- Los sitios en los que vivió Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, estuvo antes de trasladarse a Morelia, fueron la Sierra de Aguililla en una casa construida a base de madera y cartón, y Tumbicastío en un lugar conocido como La Cueva del Diablo.
De acuerdo con las autoridades federales, los puntos específicos donde se ocultó el líder de Los Caballeros Templarios, son los municipios de Huayana, Tumbiscatío, Arteaga y Apatzingán.
Luego del operativo del pasado viernes, en el que elementos de la Policía Federal (PF)detuvieron a Gómez Martínez, el día de ayer se realizó un homenaje a 12 elementos de la División Antidrogas que fueron secuestrados, torturados y asesinados por una célula de La Familia Michoacana, en julio de 2009.
En consecuencia, se colocó una cruz en el kilómetro 188 de la carretera Lázaro Cárdenas-Nueva Italia, para recordar a los 12 agentes muertos. “Cumplimos, les cumplimos”, dijo el comisionado general de la PF, Francisco Galindo Ceballos.
2011. Galindo recordó que la estrategia gubernamental consistió en mandar agentes encubiertos para adentrarse en la organización criminal de La Familia Michoacana para poder desarticularlo.
“Trabajaron muchas semanas y fueron detectados incluso por el propio Servando Gómez, él los detiene, y hace primero, digamos, un trabajo de interrogatorio fuerte, duro, muy duro para los policías. Empieza la Policía Federal a buscar a nuestros compañeros y aparecieron aquí, el 13 de julio de 2009”.
Asimismo, destacó que estos municipìos antes carecían de seguridad, pero ahora todo era distinto. No obstante, se tuvieron que montar fuertes dispositivos de vigilancia para “contrarrestar” a las células criminales que aún quedan.
Construcción mediática de un enemigo: “La Tuta”
Previo a la captura de Servando Gómez, en los medios de comunicación se avivó la imagen del personaje siniestro de “La Tuta”, el mismo que asesinó a los 12 agentes. Situación que se reforzó con la emblemática figura que difundía videos en YouTube sobre sus próximas acciones criminales o sobre la colusión de políticos con el narcotráfico.
Del mismo modo, las autoridades federales se empeñan en personalizar el crimen organizado en Gómez Martínez o el criminal en turno. Tiempo atrás fue El Chapo o el Z-40, y la lista es larga, pero la consigna es la misma, fue un “golpe fuerte al crimen organizado y todo se pacificará”.
Sin embargo, en los últimos ocho años, lo que ha perdurado es el incesante crecimiento de la violencia, producida por enfrentamientos entre cárteles de la droga y autoridades federales.
Esto, porque lo único que ocasiona la “captura” de un capo del narcotráfico es la atomización de las protestas que circulen en ese instante, acallar las quejas de la población por medio de “resultados”.
Fotos: Víctor Camacho
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