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En #México no existe gente en las esferas del #poder que puedan dar #confianza: exfuncionario #DEA

Por:  / 25 marzo, 2015
Influencia del gobierno estadounidense en la designación de los secretarios de la Defensa Nacional
Banner por Alejandra Alanis 
(25 de marzo, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- A partir de la llegada de Barack Obama al poder se intensificó el nivel de tensión en las filas del gobierno norteamericano, el motivo siempre ha sido la seguridad en México, en donde desde un principio se acusó al gobierno mexicano de no tener control sobre la mayoría de su territorio. El Departamento de Seguridad Interna dio a conocer un “Plan de operaciones en contra de la violencia en la frontera suroccidental de EEUU”. En dicho documento Arizona y Texas exigieron el envío de la Guardia Nacional a la frontera con México.
En su momento el vicepresidente Joe Biden, urgió a México para que siguiera las estrategias militares de Colombia. Finalmente el gobierno americano expresó “las fuerzas armadas de Estados Unidos están listas para ayudar a México en su guerra contra el narcotráfico, Irak y Afganistán deben ser los ejemplos de estrategias a seguir, a manera de combatir vía tácticas de contrainsurgencia en beneficio de ese país y el nuestro”.
Días antes del 1 de diciembre de 2012, fecha en que Enrique Peña Nieto tomara protesta como presidente de México, el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, se reunió de forma urgente con los asesores del político mexicano, el motivo de aquella reunión fue expresar su alarma y desacuerdo por la casi asignación del general Moisés García Ochoa, quien era el ‘elegido’, para fungir como Secretario de la Defensa Nacional.
“Ese era un primer reflejo, no por eso el único, sobre la profunda implicación del gobierno de Estados Unidos en los asuntos de la seguridad mexicana. Su posible intromisión en el nombramiento del gabinete mexicano, pone en perspectiva las tensiones y la desconfianza entre los gobiernos, a pesar de las proclamaciones de cooperación y amistad”, explica el investigador social y especialista en historia del combate, Michael Lugo.
Un ex funcionario de la DEA afirmó, pocos meses después de la llegad de Peña Nieto al poder, “cuando se trata de México, tienes que aceptar que vas a bailar con el diablo, nada es intercambiable, es decir en el país no existe gente (en las esferas del poder) que puedan darte confianza por completo.”
El investigador explica que las preocupaciones de Washington sobre el nombramiento del general García Ochoa, se centraban en las forma en que desarrollaría su capacidad para detener y controlar los flujos ilegales de drogas, armas y lavado de dinero a través de ambas fronteras.
Afirmando “aunque el PRI planeaba a través de Peña Nieto dar a conocer no sólo a México, sino al mundo entero una generación de reformadores, los analistas y consejeros políticos norteamericanos tenían la certeza de que, siendo un descendiente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual gobernó durante más de 70 años, en donde sus bases fueron la corrupción, el asesinato de enemigos, y la opresión, podría obedecer las órdenes del país del norte, aún por encima de su pueblo, pero también era posible que se permitieran los acuerdos con los traficantes de drogas , ‘simulando’ combatir de frente, ‘como lo hizo Calderón’, comentaba el mismo agente de la DEA”.
Según informes de Lugo, el principal motivo por el que el gobierno de Estados Unidos estaba en contra del nombramiento de García Ochoa, era porque conocían su trabajo y pese a que en algunas ocasiones había cuestionado las acciones contra el crimen organizado, la DEA mantenía datos sobre las evaluaciones que le hicieron al militar con respecto a su desempeño en la lucha contra el crimen organizado.
“Aunque, sin miedo, se refirió a la corrupción gubernamental, funcionarios de inteligencia estadounidenses afirmaron que bajo el mando de García Ochoa, mandos militares y civiles brindaban protección a los narcotraficantes”, agrega.
Mientas el general García Ochoa esperaba el apoyo estadounidense para convertirse en el secretario de SEDENA, ese país analizaba los motivos por los cuales Peña Nieto debía cambiarlo por Salvador Cienfuegos, en donde los principales argumentos eran el lavado de dinero y grandes contratos, “como suele pasar, Estados Unidos hizo un análisis exhaustivo de García Ochoa  y descubrió lo poco conveniente que sería mantenerlo dentro del equipo de Peña Nieto, cosa que éste jamás hizo porque ni se le ocurrió. El ejecutivo es la representación de un caso grave de ineptitud, incapacidad e indiferencia”, puntualiza Lugo.
Compartiendo que “Peña Nieto sólo se limitó a ‘compartir las preocupaciones de Wayne, haciendo hincapié en que las acusaciones no habían sido corroboradas, sin embargo, en lugar de realizar una investigación a fondo, él se limitó a poner en el lugar de García Ochoa al general Salvador Cienfuegos Zepeda.
“Dos son los temas importantes en Washington, porque uno lleva a otro: la información de inteligencia y la invasión militar al país; lo anterior surge del objetivo de apropiación que Estados Unidos aún no ha logrado concretar, pero casi lo finaliza, posiblemente podría lograrlo en el sexenio de Peña Nieto, sin ningún esfuerzo mayor del calculado. De todos los gobernantes de éste país, en actual es el que tiene sin duda alguna, el mayor grado de corrupción, nula calidad moral, sin faltar que es un especialista en la hipocresía; porque gracias a esas características ha logrado abrirle paso a Norteamérica, que ha sabido aprovechar y además cuidar sus intereses”, afirma Lugo.
Y agrega “El gobierno de Estados Unidos no es un mando descuidado, la manera en que se maneja la seguridad nacional, la política y los movimientos sociales son acciones que en la medida en que se realizan, protegen su territorio, a sabiendas que México es su escudo en caso de un ataque por parte de cualquiera de sus enemigos.”
Lugo afirma “desde hace varios años Estados Unidos ha hablado abiertamente de la desconfianza que le produce ‘la ineptitud’ del ejército, demostrando que a ellos ese órgano no le funciona, es por ello que sería lógico que buscaran ‘moldearlo’ a manera que les beneficie en algo. Desde su embajada en México el país del norte se ha pronunciado diciendo “existe una generalizada corrupción oficial y la incapacidad manifiesta del Ejército para reunir pruebas que incriminen a sus detenidos” e incluso ha llamado a las fuerzas armadas un ‘rotundo fracaso’, porque según sus informes, el ejército ‘es un enorme grupo de hombres lentos, con nula preparación y resultados ineficaces’”.
Esto basado en los resultados de la ‘guerra’ o ‘combate’ al narcotráfico. Ya que durante el sexenio de Vicente Fox se capturaron aproximadamente a 100 mil personas, acusadas de delitos contra la salud, pero según cifras de la PGR menos del 2% eran líderes o mandos medios de las mafias o siquiera tenían algún vinculo con grupos delictivos.
Poco tiempo después a la llegada de Calderón, y ya abierta la ‘guerra contra el narco’, se impuso una política de ‘desarticulación’ de cárteles (tal como la concibe y ejecuta el gobierno mexicano) la cual lejos de brindar mejoría y resultados benéficos, tuvo tres efectos indeseados, según explica la investigadora social María Luisa Wong: generó o exacerbó ciclos de violencia, multiplicó el número de organizaciones criminales y extendió la presencia de éstas en nuevas zonas del país.
El más lamentable efecto, jamás deseado, pero el único que se obtuvo en la guerra contra el narco fue y es el aumento de la violencia; las ejecuciones han crecido de 2,119 en 2006 hasta 7,841 en 2009. La cifra hasta junio del 2010 fue de 5,524, y para 2011 hubo más de 11,049 ejecuciones. Pese a la detención de mandos del narco de mediana o alta importancia, el negocio del narco siguió y sigue manteniéndose en pie, además las bandas delictivas siguen en aumento.
Recientemente, según un informe de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), los cárteles del narco controlan el territorio mexicano de la siguiente manera:
Los Zetas controlan la mayor parte del país y su zona de influencia va desde el sur y hasta el norte de la nación, del lado del Golfo de México, incluyendo estados como Tamaulipas,  Durango, Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí, Aguascalientes, Veracruz, Colima, Oaxaca, Tabasco, y Quintana Roo. También se sabe que su control llega hasta países de Centroamérica, como Guatemala.
El cártel de Sinaloa se encuentra en las costas del Pacífico mexicano, con presencia en estados como Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Oaxaca, Chiapas y Quintana Roo; Tamaulipas y Nuevo León son plazas disputadas por Los Zetas y el cártel del Golfo; el cártel del Golfo tiene presencia en Nuevo León, Tamaulipas y zonas de Veracruz donde lucha con Los Zetas por el control del territorio.
El cártel de Juárez opera principalmente en zonas de Sonora, Quintana Roo, Durango y Coahuila; los Betrán Leyva por su parte, aún conservan células en Sinaloa, Durango, Coahuila, Nayarit, Colima, Guerrero, Morelos, Estado de México y en zonas limítrofes de Guerrero con Michoacán.
Wong asegura, “el informe de 2010 de la embajada americana asegura que ‘Son los soldados quienes contribuyen a la atmosfera de inseguridad que se vive por medio de asesinatos, tortura, desapariciones, que no tienen nada que ver con un avance hacia el control de narcotráfico’. Wong afirma “un ejército así no le funciona en cuestiones de seguridad a Estados Unidos, por el lado del control del pueblo sí, pero no para asegurar el cinturón fronterizo de posibles ataques, ya que no los encuentra preparados, de ahí su constante atención y su intromisión en el manejo de problemáticas de dicho órgano, porque en un primer momento son quienes brindarían el primer cerco de haber un embate, y es por ello que al no visualizar un ejército preparado, buscan que de manera urgente los marines logren desembarcar, como ya lo han hecho varios grupos de agentes americanos, quien incluso mantienen bases militares en puntos estratégicos del país, como Chiapas”.
Argumentando “México fracasó en la reducción de la violencia, y Estados Unidos lo atribuyó a la ineptitud de los militares, lo que ha llevado a declaraciones donde se afirma que cada vez que México ha logrado atrapar a una de las cabezas grandes del narco, ha sido gracias a la información y colaboración del país del norte y sus agencias”.
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