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Por: Emma Martínez / 31 marzo, 2015
(31 de marzo, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- “No es normal que en el país haya 22 mil desaparecidos. Tampoco que los responsables de esos crímenes, ni los responsables del crimen de Iguala queden en la impunidad, hay que recordarle a todo mundo que fue el Estado”, ha advertido el candidato a la gubernatura de Guerrero por parte del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), Pablo Amílcar Ballesteros, sobre la constante lucha social entre el gobierno y el pueblo, reflejadas en manifestaciones y acciones en busca de una constante: la justicia.
A esa opinión se suma la de la organización IndyMedia, que afirma “el Estado mexicano es un grupo especial de personas cuya principal tarea es contener y reprimir al movimiento popular para perpetuar la explotación y la miseria de todos los que pertenecen a la base de la sociedad mexicana, la clase trabajadora que busca su bienestar”.
La activista Rosalía Hernández afirma “México vive inminentes momentos de tragedia, el pueblo lo está padeciendo hasta la muerte, esto ha hecho estallar una tensión social que podría llegar hasta una guerra civil. Por más sobredimensionado que parezca, el hambre, los salarios de miseria, la economía desacelerada y la sociedad devastada a diario, son elementos que fijan el termómetro de las luchas sociales, hoy el país está incendiándose, porque las voces no se dejan de escuchar”.
Asegurando, “las terribles acciones contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, se han convertido en un parte aguas contemporáneo, lo que ha derivado en el descubrimiento de una crisis política más intensa y aguda que en varios años. 2012 fue uno de los tantos filtros que nos mostraban a un pueblo que repudiaba y exhibía la corrupción, pero fue 2014 donde se logró visualizar el rompimiento de una parálisis que parecía mantener el pueblo acallado, los 43 estudiantes desaparecidos impulsaron a no tener el miedo de luchar”.
Según la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), en 2012 hubieron poco más de 3030 manifestaciones en la capital (8 diarias), todas ellas referentes a problemáticas federales, teniendo mayor insistencia el Sindicato de Electricistas Mexicano (SME), los maestros de Oaxaca y el movimiento estudiantil #YoSoy132.
En 2013 se duplicó. Según informes la cifra fue de 7 mil manifestaciones, sin embargo, en 2014 se triplicó el número de marchas, ascendiendo hasta poco más de 10 mil, siendo organizaciones civiles y estudiantes,-y casi para el final del año- padres de familia de los jóvenes desaparecidos en Ayotzinapa, quienes lideraron las cifras.
Hernández “si la protesta social está históricamente entrelazada con el fortalecimiento de la democracia, hoy se puede observar que en medio de la opresión del sistema capitalista, gubernamental y militar, las manifestaciones posibilitan la deliberación, el consenso y la resolución sobre cuestiones sociales, económicas y políticas, es así como se logra trasparentar las determinaciones del Estado y sus afectaciones al país”.
Tlatlaya y Ayotzinapa dinamitaron la acción colectiva y plasmaron en el espacio público los requerimientos de sectores sociales que carecían de una gran desventaja, que sin este mecanismo y la insistencia del pueblo, sus historias y tragedias no hubieran salido de sus territorios. Hoy la lucha los ha llevado a ser reconocidos mundialmente”.
En los últimos 6 meses, el país ha sido escenario de más de 9 mil movilizaciones sociales, según informes de organizaciones civiles, con la participación de más de 9 millones de personas, mencionando que es la capital del país donde existe mayor número de detenidos y violaciones a derechos humanos.
El Comité Cereso dio a conocer por medio de su conversatorio Violencia en México: desapariciones forzadas y represión, que en 2014 se documentaron 427 casos de personas detenidas por motivos políticos en las protestas que se llevaron a cabo en la Ciudad de México.
“Siendo los infiltrados y provocadores en las movilizaciones la arma fuerte de Enrique Peña Nieto, éstos fueron más evidentes a partir del 1°de diciembre de 2012 en el DF, así como en manifestaciones del 10 de junio, 1° de septiembre, 2 de octubre del presente año; si olvidar uno de los más atroces momentos de Enrique Peña Nieto, el 13 de septiembre, día en que la policía federal desalojó el plantón que la CNTE mantenía en el Zócalo. Éstas no han sucumbido ante la opresión y han sido un punto fundamental para la caída en las encuestas de Enrique Peña Nieto, porque mientras su popularidad y aprobación baja, el despertar de México crece, lo que se puede ver en las calles”.
En 2015 se ha dado a conocer que Peña Nieto ha recibido la peor calificación de la ciudadanía. Solo el 39% de los encuestados aprueba la forma en cómo el presidente está haciendo su trabajo, siendo un 57% quienes consideran que no está trabajando correctamente, ni haciendo lo necesario.
Al evaluar el desempeño presidencial los ciudadanos consideraron que el crimen (referente a la inseguridad, narcotráfico, delincuencia, asesinatos y secuestros) y la economía (desempleo, alza de precios y situación económica) son los principales problemas en el país durante la administración de Peña Nieto. Por su parte los líderes de opinión desaprueban en un 82% la gestión del presidente, otorgándole una calificación de 3.5 puntos de diez a su gobierno.
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