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El #campo: un rubro más que #EPN está aniquilando; #fuego y #sangre el pago del #PRI a #campesinos

Por:  / 10 marzo, 2015
Acumulación por desposesión y el campo mexicano- las semillas de la rebelión
(10 de marzo, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- “Si el campesino marcha el pueblo no come”, Julio Farfán, productor de manzanas, en Durango. Protesta por la crisis que provocó la libre exportación de dicho fruto, desde Estados Unidos.
“Estamos siendo humillados con los precios del kilogramo de maíz y sorgo”, Jesús Flores. Irapuato.
“A mis 72 años vivo una de las peores tragedias de mi vida, mis sembradíos de café fueron infectados por la Roya, al gobierno estatal no le importó, nos dejó morir”. Pablo Hernández. Chiapas.
La lucha social, los levantamientos, el sufrimiento y los muertos, en la Revolución de 1910, los puso en su mayoría el campo mexicano. Incluso después de las tragedias que lograron el triunfo en aquellos años, fue nuevamente el agro mexicano quien financió gran parte de la industrialización y la modernización en el México urbano. Pasó mucho tiempo antes que el campo pensara en obtener los beneficios que le correspondían, después de sus grandes aportes al país, justo antes de que eso sucediera, llegó el primer vislumbre intenso del neoliberalismo y se ensañó contra los de abajo, aquellos que habían sostenido a la nación cuando estaba en ruinas y en el desamparo. Fuego y sangre fue el pago que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) le repartió al campo a partir de 1980, seguido de la exclusión del medio rural, opina el sociólogo Hugo González Peña.
“El campo, un rubro más que Peña Nieto está aniquilando, cumpliendo así con las características de los priistas, ‘explotadores y estafadores del campesino’. No habrá un México libre, próspero y soberano con la agricultura nacional agonizando, con nuestra alimentación en manos de empresarios extranjeros, en este sexenio no se puede pensar que las familias campesinas tengan justicia y bienestar, quienes seguirán desgarradas a causa de la migración por no poder vivir ya en un campo devastado, al que cada día se busca dejar en el olvido, en beneficio de Estados Unidos. No existirá un agro mexicano sano, rico y productivo, mientras las corporaciones internacionales sigan teniendo a nuestra tierra como su botín, y un presidente mediocre y corrupto que los respalde”, afirma González Peña.
A mediados de 2014 Enrique Peña Nieto anunció que en 2015, los productores del campo mexicano tendrían mayores beneficios, afirmando que “recibirán créditos con menor tasa de interés, a mayor plazo y con menos requisitos. Además el campo tendrá mayor subsidio, ya no tendrán que poner en garantía su patrimonio, sólo su propia cosecha. Para nuestro gobierno el campo no es una actividad económica más, sino un sector clave para un México próspero. Si queremos un país con crecimiento económico, necesitamos un campo que crezca más y genere más riqueza”.
Sin embargo, para febrero pasado, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) anunció un recorte de 7 mil 800 millones de pesos. El programa para maíz y frijol (Pimaf) fue el que tuvo una mayor reducción con 361 millones de pesos menos, el cual beneficia a los productores de autoconsumo de Guerrero, es decir 70% de los 450 mil beneficiarios no recibirá los 2 mil 200 pesos para la siembra de ambos granos.
Al mismo tiempo, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó irregularidades en el Pimaf, como la entrega de recursos a personas fallecidas en Chihuahua, Durango, Guerrero, Chiapas y Tamaulipas; no se justificó la entrega de un millón 820 mil pesos, no se especificó los insumos incluidos en los paquetes autorizados por los 2 mil 200 pesos por hectárea, y 41.6 millones de pesos se repartieron de manera fraccionada.
Sobre el tema el doctor Salvador Mena Munguía, Rector del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), explica “el panorama para el campo es complicado. Los poco más de 92 mil millones de pesos para el agro podrían ser buenos, pero solamente privilegian a quienes cuentan con garantías, tienen más recursos o capacidad de influencia para obtener dichos subsidios. De esta manera el campo no saldrá adelante”.
Argumentando que “las políticas públicas dirigidas al campo deben cambiar y apuntalar a alrededor de 1 millón de campesinos con buena capacidad productiva y que reciben poco menos de 5% de subsidios. Atender también la calidad de vida de 70% de productores, que viven por debajo de los límites de pobreza y que poseen menos de cinco hectáreas. Más que pensar el desarrollo rural, se deberían priorizar los polos de desarrollo, la parte económica de las regiones con estrategias como ‘cadenas productivas bien articuladas’, que partan de las demandas del consumidor; esto redundaría en mayores ganancias al productor, que le permitiría cuidar más la calidad de sus productos”.
“El presupuesto que destinará el gobierno federal para el campo mexicano en 2015, dejará en la indefensión a la mayoría de los productores del país; las actuales políticas de subsidios, impuestas por Peña Nieto, solamente destinaran 60% del capital a cerca de 17 mil productores nacionales, equivalentes al 0.3 % de los agricultores, que aporta 12% de los alimentos”, explica González Peña.
Según Mark Weisbrot, codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), “los estragos que hoy vive el campo mexicano, son en gran medida consecuencia del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), y afirma “el TLCAN tuvo un severo impacto en el agro mexicano, porque Estados Unidos subsidia el maíz y otros productos, acabando así con familias de agricultores en México. Entre 1991 y 2007, hubo 4,9 millones de familias de agricultores mexicanos desplazados; mientras que el trabajo estacional en las industrias de agroexportación se incrementó en cerca de 3 millones”.
Además explica que “esto significó una pérdida neta de 1,9 millones de puestos de trabajo. En los últimos 3 años, el pobre desempeño de la economía mexicana ha contribuido a un aumento de la migración a los Estados Unidos. Entre 1994 y 2013, el número anual de mexicanos que emigran al país del norte se disparó en un 90%. El número de residentes nacidos en México que viven en Norteamérica se duplicó, pasando de 4,5 millones en 1990 a 33 millones en 2013”.
El senador Fidel Demédicis sentencia “la situación actual del campo requiere un gran pacto rural para eliminar la desesperanza, la pobreza y la situación delicada que viven los pobres en México, además de una reingeniería en las políticas públicas para atender la pobreza alimentaria que vive el país”.
Y argumentó “no se busca importar aún más productos, se necesita garantizar la soberanía alimentaria, el establecimiento de un Programa Nacional Alimentario, un presupuesto creciente y multianual, el fomento a la agricultura y economía familiar campesina e indígena; garantizar la seguridad del campo, abrir el crédito rural para la producción de alimentos a tasa cero, sin garantías líquidas y con 3 años de gracias”.
Peña Nieto ha externado recientemente que “las causas de los campesinos mexicanos son justamente las causas del presidente de la República. El campo es prioridad para el desarrollo de México. Y yo estoy para servirles”. Además ha declarado “el trabajo de sol a sol que realizan hombres y mujeres muy curtidos, nos dan de comer. Hacen que México sea el aportador de alimentos número 12 en el mundo. Su organización data de más de 70 años. Ustedes merecen todo el apoyo de su amigo el presidente”.
Sin embargo, Fidel Demédicis indica “en México existe una alarmante dependencia alimentaria, importamos el 95% de soya, el 80% de arroz, el 56% de trigo y el 33% del maíz, es por ello que vivimos una crisis social, el Ejecutivo federal puede evitar una situación de ingobernabilidad en todo el país, sólo necesita dejar de ignorar la realidad del campo. El problema de las autodefensas en zonas como Michoacán no sólo es producto de la inseguridad, sino también, es producto del hambre que se vive a lo largo y ancho de nuestro país”.
“Imposible esconder la situación deplorable del campo mexicano, las condiciones son verdaderamente dramáticas, no podemos seguir siendo un país que gasta más de 30 mil millones de dólares en importación de alimentos, con una población, que según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su último informe, de los 117 millones de compatriotas que somos, 60 millones en pobreza patrimonial, 30 millones en pobreza alimentaria y las cifras siguen creciendo”, comenta Demédecis.
González Peña puntualiza “al pobre siempre le toca perder y siempre lo acribillan. Porque con lo poco que tiene, aunque se quede sin comer, se esfuerza y saca su cosecha, cuando la vende en el mercado, le pagan unos cuantos pesos, que no cubre ni la mitad de la inversión; por ejemplo el kilo de café (en cereza), en 2014 se vendió en 4 pesos, viéndose afectados todos los cafetaleros del país, cuyas plantaciones son de menos de 1000 árboles, principalmente en la zona del Soconusco, Chiapas, mayor productor de café del país, sin embargo la transaccional más importante del país, vende un vaso de café en, aproximadamente, 40 pesos”.
“Hoy los precios de los granos han sufrido una baja estrepitosa, el maíz principalmente, que tenía un precio de 4 pesos con 50 centavos, se redujo a 3 pesos con 50 centavos, y hoy se encuentra a 2 pesos con 50 centavos, pero la tortilla no baja. A veces no nos queda muy claro qué sentido tiene que tengamos una Secretaría de Economía (SE), que no regula los precios, cuando el maíz estaba a 4 pesos con 50 centavos, el kilo de tortilla costaba15 pesos, ahora que está a 2 pesos con 50 centavos el kilo de maíz, la tortilla sigue a 15 pesos”, comenta Demédecis.
“En México existe una grave amenaza para la producción de alimentos. En este país durante el sexenio de Peña Nieto, el precio de la comida se ha ido incrementando sostenidamente. La principal causa, son todos esos permisos y concesiones que el actual gobierno ha otorgado, porque a su llegada las mineras han provocado grandes explotaciones a cielo abierto, provocando contaminación de la tierra y el agua, deforestaciones, los proyectos de mega represas ocupan grandes superficies y desplazan a importantes núcleos de población productores de alimentos. Lo consecuente es que la tierra se quema, se hace infértil, productor de las políticas priIstas neoliberales, entonces llega la escases de productos y estos suben su precio, beneficiando solamente a las transnacionales”, puntualiza González Peña.
Y sentencia “es por esto que los movimientos campesinos e indígenas de México mantienen las armas en alto, como lo hicieron en 1920, y lo han hecho durante varias décadas, es por eso que el campo mexicano muere de hambre o con un arma en la mano, ese ha sido siempre el desenlace de la historia, donde el enemigo de siempre ha sido el PRI y también el Partido Acción Nacional (PAN), causa por la cual Zapata y Villa siguen acompañando en su lucha y sus ideales al agro mexicano”.
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