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Vecinos de las calles Cuarta y Quinta de la colonia Omega llamaron a Fuerza Coahuila para denunciar un establecimiento que de día funcionaba como taller de soldadura y por la madrugada se convertía en un horno que sirve para incinerar perros vivos.
Según la información de Vanguardia, los elementos llegaron de “sorpresa” al taller para clausurarlo luego de que los habitantes tuvieran que soportar el olor a carne y pelo quemados y los aullidos de los animales.
Los denunciantes afirmaron que Abraham González Ortiz, propietario del lugar, capturaba uy torturaba a todos los animales que encontraba en su camino.
Relataron que, por las noches, el ya conocido como “Asesino Canino” bajaba de su vehículo bultos en donde llevaba a las víctimas. Inclusive, algunos testigos aseguran que se escuchaban los gruñidos y ladridos de los canes echados al fuego.
De igual manera mencionaron que en varias ocasiones trataron de acercarse con el dueño del taller para pedirle que dejara de hacer estas actividades, “pues el olor tan penetrante que esto generaba es sumamente dañino, sobre todo para los menores de edad y personas adultas, pero Abraham González hizo caso omiso y prosiguió con la matanza”.
De esta manera, los elementos de Fuerza Coahuila, acompañados de Protección Civil y Ecología Municipal, llegaron el día de ayer a montar un operativo de investigación en el recinto.
Gracias a este operativo se pudo capturar al dueño del taller, pues este encontraba en el interior del “negocio negro”, donde también se encontró un contenedor que era utilizado como horno, donde se cree que se quemaba a los animales.
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