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La Auditoría Superior de la Federación (ASF), informó que aun cuando Pemex logró satisfacer el ciento por ciento de la demanda nacional de petrolíferos, “registró un déficit de siete mil 808 millones 951 mil 800 pesos por la prestación de los servicios”.
Además, detectó que, “en el 2016, Petróleos Mexicanos importó 60.8% de las gasolinas y 46.5% del diesel que vendió en todo el territorio nacional, luego que en nueve años —de 2007 a 2016— la producción de las refinerías nacionales cayó en 28.7%, mientras que la importación de gasolina creció 200% en ocho años”.
Detalló que “la Secretaría de Energía otorgó el año pasado un total de 183 permisos para importar gasolinas y ocho para exportarlas, así como 103 para importar diesel y cuatro para exportarlo. De los 183 permisos de importación de gasolina, 181 fueron para particulares y dos para Pemex”.
“Del 2015 al 2016, el número de permisos para la importación de dichos combustibles concedidos a los particulares se incrementó de 36 a 283 y el volumen que les fue autorizado a importar aumentó de 35.1 a 161 mil 857.6 millones de litros de gasolina y de .4 a 41 mil 767.6 millones de litros de diesel”.
La ASF informó que “Pemex logró satisfacer el ciento por ciento de la demanda nacional de petrolíferos, pero registró un déficit de siete mil 808 millones 951 mil 800 pesos por la prestación de los servicios de almacenamiento y transporte de petrolíferos, incluidos gasolinas y diesel, al erogar 47 mil 793 millones 533 mil pesos y obtener ingresos por un monto de 39 mil 984 millones 581.2 millones de pesos”.
Como parte de la auditoría practicada a Petróleos Mexicanos sobre sus cuentas de 2016 y que entregó en el primer informe de avances a la Cámara de Diputados, la Auditoría Superior de la Federación detectó que “Pemex tiene carencias en sus sistemas de control de costos en materia de transporte, almacenamiento y comercialización de gasolinas, así como la falta de mecanismos para la contabilización del volumen y las pérdidas económicas provocadas por las tomas clandestinas”.
La Auditoría Superior de la Federación explica que, “de acuerdo con los diagnósticos del gobierno federal, del 2007 a 2015 la demanda de gasolinas y diesel aumentó 7.3%, al pasar de 358.4 a 384.7 millones de barriles diarios, mientras que la producción en el Sistema Nacional de Refinación disminuyó 17.8%, lo que ocasionó que el volumen de importación de gasolinas creciera en 200% y, en consecuencia, se acrecentó la dependencia del país hacia el exterior”.
Además, destacó que la Comisión Reguladora de Energía otorgó y supervisó mil 488 permisos, de los cuales el 48.3% fue para el expendio de estaciones de servicio; el 33.7% para el transporte; el 9.2% para la comercialización; el 8.4% para la distribución y el 0.4% para el almacenamiento de gasolinas y diesel; sin embargo, “no contó con mecanismos propios para sancionar las posibles irregularidades de los permisionarios, lo que limita su capacidad para asegurar que se aplique la regulación emitida y fomentar la competitividad del sector”.
Se suma que “no estableció mecanismos ni procedimientos para aplicar efectivamente las sanciones correspondientes cuando identifique incumplimientos en todas las disposiciones para fomentar la competencia en el sector y los beneficios de la liberación de los precios”.
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