- Obtener vínculo
- Correo electrónico
- Otras apps
Featured Post
- Obtener vínculo
- Correo electrónico
- Otras apps
El albañil vasco que puso de rodillas al City Bank: “Jamás
ha habido un ser humano decente en el poder”. Tomado de Resumen
Latinoamericano /RT / 25 febrero 2017 .-
Lucio Urtubia, próximo a los 90 años de edad, sigue siendo un militante. Urtubia repite sin descanso que todo cuanto hizo fue producto de un trabajo colectivo, a pesar de su esfuerzo personal. No se cree un héroe, porque “los gestos heroicos van de la mano de errores graves y cuando se mitifica a una persona se tiende a santificar incluso sus errores”.
Lucio Urtubia, el albañil anarquista que a mediados de los
80 era uno de los hombres más buscados del planeta, sigue empeñado en cambiar
el mundo a sus casi 90 años de edad. Urtubia ha sido en esencia un albañil. Uno muy particular,
un obrero de la construcción que ejecutó una hazaña que lo visibilizó en el
planeta entero como un héroe al estilo ‘Robin Hood’: puso de rodillas al First
National City Bank, falsificando cientos de ‘travellers checks’ (cheques de
viajero) que, entre enero 1980 y diciembre de 1982, inundaron Europa y varios
países de América Latina.
Pero Lucio Urtubia no es un ladrón, sino un militante
libertario, un eslabón en una larga cadena de militantes revolucionarios que se
valieron de “operaciones de recuperación de dinero” para apoyar a quienes
luchaban y a los que necesitaban. Finalmente, el poderoso City Bank, tratando
de evitar la quiebra, entabló un tratado de paz con el albañil, como los que
suscriben las partes al final de una guerra.
Urtubia convirtió su casa en ‘L’espace Louise Michel’ (el espacio Louise
Michel) donde cientos de personas acuden cada año a charlas, conferencias,
debates, exposiciones y proyecciones cinematográficas.
RT: Lucio, en la actualidad ¿se puede dar un golpe al
capitalismo como el que usted dio al First National City Bank?
Lucio Urtubia: ¡Claro que sí! Todo puede hacerse, pero debe
tener una intención. Quiero dejarte claro algo, yo no estoy en contra de las
riquezas, porque nadie es más que nadie, somos diferentes. Hay gente que es
capaz de crear y otra que no. Hay gente que aunque les des lo que quiera, no
hará nunca nada. Pero sí estoy en contra de la utilización que se le da a la
riqueza. Si el dinero sirve para humillar a las personas, para bombardear a los
pobres en África y en todos los sitios, entonces sí estoy en contra. Ojalá que
todas las riquezas sirvieran para hacer escuelas. Aquí en Francia hay un
gilipollas que se llama Manuel Vals, que constantemente repite que había que
crear más cárceles, y yo no deseo prisiones ni para mis enemigos.
RT: ¿Qué destino tuvo el dinero robado al First National City
Bank?
L.U.: Jamás fue para beneficio personal. Yo no necesito eso
para vivir. Cuando se es pobre, uno aprende a vivir y a crear con poco. Ayudé a
muchas personas que luchaban (vascos, tupamaros, montoneros, etc.). Y en
aquella época ese dinero sirvió para socorrer a presos, a sus familiares, para
crear infraestructuras. Pero llega cierto momento en que tienes que calmarte
porque ya no puedes continuar, porque tus enemigos están muy presentes. Para mí
el honor y mi riqueza es poder tener mi puerta siempre abierta.
RT: ¿Qué atesora usted?
L.U.: Nada. Aquí donde yo vivo (rue des Cascades, París),
podría tener un restaurant, un garaje, una tienda, pero no. Yo soy más rico y
me veo con una riqueza única, no necesito nada de nadie porque tengo mi pequeño
retiro y mi hogar. Aquí mismo funciona el espacio cultural ‘Louise Michel‘. La
puerta siempre está abierta. Hoy, por ejemplo han venido colombianos, después
unos vascos, luego más gente. Yo creo firmemente en compartir, porque eso no es
una cuestión económica, no es riqueza solo lo económico. Las riquezas son otras
también y esas son las que hay que repartir.
RT: En una sociedad como la actual, ¿el anarquismo tiene
posibilidades?
L.U.: Hoy más que nunca el anarquismo tiene posibilidades de
realización, y es una necesidad. Porque en el anarquismo hemos creído en la
gente, en lo que es capaz de hacer la gente. Yo no soy creyente a nivel de la
jerarquía religiosa, pero hay religiosos que son muy buenos y que hacen cosas
muy buenas, yo no puedo estar en contra de eso. El individuo es lo que hace.
Hoy la gente quiere hacer cosas grandes con los otros y eso
no es el centro del problema, hay que empezar por uno mismo. Este mundo carece
de ejemplos, pero los ejemplos tienen que venir de cada individuo. Yo creo en
los pobres, que no tenemos confianza en nadie y que dudamos de todo. Pero no
nos damos cuenta que somos nosotros los creadores de todas las riquezas.
RT: Lucio ¿qué significó para usted ser el hombre más buscado
por la gendarmería mundial del capitalismo?
L.U.: ¡Un honor! Y eso lo digo a donde quiera que voy. Por
ejemplo, han hecho mil emisiones sobre mí, y casi siempre me preguntan si me da
vergüenza haber robado. Yo siempre les digo que fue un honor y que creo que el
99 % de la gente si pudiera hacer lo que yo hice, lo haría. Yo lo hice y era un
ignorante, un inocente, pero supe rodearme de personas que sabían más que yo en
todos los aspectos. Me junté con mucha gente inteligente, con muchas buenas
personas. ¡Qué placer haber estafado al mayor banco del mundo! Un desgraciado
como yo… por eso digo que fue un placer y un honor.
Es lo que preconizo: no hay que tener respeto a lo que no lo
merece.
RT: ¿Qué opinión le merece la victoria electoral de Donald
Trump?
L.U.: Yo creo que es un hombre muy bruto y que hace las cosas
que le salieron bien para crear una empresa. Pero una empresa no es nada comparada
con un mundo, este mundo es otra cosa y Trump no es alguien que dé ejemplos.
Trump es un hombre que se cree grande y yo no creo en esas grandezas. Yo creo
en la gente humilde que lleva a cabo acciones pequeñas que son las que se
vuelven grandes. Los árboles crecen, los animales crecen, un encuentro casual
puede ser determinante para cambiar algo en nosotros mismos. “El individuo es
lo que hace”, repite como un mantra Lucio Urtubia
RT: ¿Cómo le va a la España actual?
L.U.: La España de hoy está bastante mal. Hace unos días estuve
reunido con mi amigo vasco Arnaldo Otegui y le dije “¡No hay que correr!” El
desastre, por ejemplo, del amigo Pablo Iglesias ha sido el poder. Él ya está en
el poder y ¿qué es lo que hace una vez allí? ¡Nada! El individuo cuando llega
al poder ya no tiene que hacer nada. Somos nosotros, desde abajo, los que
tenemos que hacer. ¡Jamás, jamás ha habido un ser humano decente que haya
llegado al poder! Hubo uno, (Salvador) Allende, una buena persona ¡Ya sabes que
era anarquista! Pero los poderes estropean a la gente.
RT: ¿Entonces no hay opciones?
L.U.: Si las hay, tenemos que dar. Venimos al mundo sin nada,
no tenemos nada. Creo que lo que debemos hacer es dar, compartir. Hacer para
dar. Si uno da, recibe. Si no das no eres nada, eres un miserable. Todos,
incluso los pobres podemos dar.
RT: ¿Qué ha significado para usted envejecer?
L.U.: Envejecer es la vida. De la única gente que tengo celos
es de la juventud. Es que me gustaría ser joven porque este mundo se puede
cambiar, estoy más convencido que nunca que este mundo se puede cambiar. ¡Y
claro! Yo querría ser joven para beneficiar a los jóvenes de mi historia de
lucha, decirles todo lo que se puede hacer.
RT: ¿Envejecen las ideas?
L.U.: ¡No! Yo tengo 86 años y estoy cada vez más convencido que
este estado de cosas se puede cambiar, pero hay que tener la paciencia y darle
continuidad a lo que se piensa, y uno piensa lo que ha vivido. Yo aprecio que
en este mundo vivimos al revés, hacemos lo contario de lo que deberíamos.
Vivimos de una forma tan engañada, tan burra, tan inútil en todos los aspectos.
Cuando digo que el mundo puede cambiar es porque es una necesidad y en cierta
época yo no tenía ni pan ni alpargatas, pero ahora hay todo, y aun así todo
está por hacerse.
RT: ¿Tiene usted un mensaje para la juventud de ahora?
L.U.: Que hay que luchar, que las cosas no caen del cielo. Que
la juventud puede hacer mucho y cambiar el mundo. Hay que empezar por lo poco,
y las pequeñas acciones una vez que se han sembrado, pueden resultar muy
eficaces. Además hay miles de cosas que vivimos y que no determinamos, es el
universo y uno no sabe ni por qué, pero sin la lucha no se hace nada.
A los jóvenes que me visitan les digo: “uno es lo que hace”.
Si uno vive sin hacer nada, únicamente comer, beber y dormir, entonces actúa
como un animal. Te repito, yo tengo 86 años, si mañana me muero, solo me iría
celoso de la juventud, porque ellos pueden vivir, pueden luchar y pueden
seguir… pero estoy contentísimo de haber luchado.
El caso es hacer, hacer y hacer. Me repito: hacer para dar.
Todos podemos, incluso los pobres. Cuanto más pobres, más podemos dar.
RT: A sus 86 años, ¿sigue siendo albañil?
L.U.: ¡No!, ahora ya no puedo trabajar, soy un ‘viejico’. He
salido esta mañana del hospital porque debo operarme del corazón el 14 de
marzo. Pero sigo ayudando con lo que puedo. Tengo 20 conferencias programadas y
cuando esté recuperado empezaré de nuevo a hablar, porque estas cosas que
hablamos son una necesidad. A mi edad no tengo odio a la gente rica, solo me da
rabia que no sepan utilizar lo que tienen. En vez de malgastarlo en bombas, en
guerras, en humillaciones, habría que gastarlo en educación y cultura ¡La
cultura y el conocimiento son la fuerza!
¡Dale Like, comparte y deja tus comentarios!
¡Comenta, debate y comparte!, ¡Romper el cerco informativo, crear conciencia y promover el cambio verdadero, está en tus manos.
¡No te pierdas y comparte mi canal youtube
Por cierto, ¿Ya hiciste tu contribución económica?, ¡Espero tu apoyo para www.tiraderodelbote.com http://ow.ly/qbLIv
- Obtener vínculo
- Correo electrónico
- Otras apps