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En Guerrero, grupo criminal se encuentra a cargo de la seguridad, luego de desplazar a la Policía Comunitaria del FUSDEG

En Guerrero, grupo criminal se encuentra a cargo de la seguridad, luego de desplazar a la Policía Comunitaria del FUSDEG
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“Somos Los Ardillos, somos de la maña”. Así se ha presentado un comandante de ese cártel del narcotráfico ante pobladores y colonos de Petaquillas, comunidad del municipio de Chilpancingo, en diversas reuniones.
De acuerdo a algunos vecinos, probablemente asombrados ante la inusitada presentación, “no sabían cómo entender esa declaración de un hombre joven que lleva un arma, no sabían si se podría interpretar como alguna forma de presión o si representaría algún peligro para ellos y para todos los habitantes de este pueblo, localizado a 10 kilómetros del centro de la capital del estado, y que es la puerta de la ciudad al sur, por la carretera federal”.
Además, “también es la puerta de una de las principales zonas de siembra de amapola y de producción de la materia prima para la fabricación de heroína blanca, llamada en Estados Unidos china white, y aquí conocida como entre los productores como ‘la chaina’, una de las drogas de mayor demanda en el principal mercado del mundo que es el vecino país”, ha informado El Sur.
El medio también señala que, el mismo jefe de Los Ardillos, ha dicho que su grupo es ahora el encargado de la seguridad de Petaquillas, que no extorsiona ni secuestra ni causa daño a los habitantes, que nadie tiene que pagar nada y sólo pide que apoyen al comisario para la gestión de las demandas, como servicios públicos y obras.
El hombre armado, en sus presentaciones ante vecinos y el comisario, no ha pedido reserva alguna sobre la identificación del grupo Los Ardillos, conocido públicamente como uno de los cárteles del narcotráfico que operan en Guerrero, ni de su labor a cargo de la seguridad en Petaquillas. Por eso fue corriendo libremente la información, y un mes después ya todo el pueblo, sus colonias y sus alrededores, saben que Los Ardillos se encargan de esa comunidad.
La información ha circulado sólo como un hecho, “sin alguna intención de denuncia, y en algunos casos surge la pregunta de las consecuencias que tendrá para los vecinos”. Desde semanas antes ya era evidente la presencia en calles de Petaquillas de hombres jóvenes que portaban armas de alto poder y algunos con uniformes y chalecos tipo comando. Se rumoraba que eran de Los Ardillos, el grupo que domina el área de la sierra de Guerrero de los municipios de Mochitlán, Quechultenango, Tixtla y se disputa Chilapa con otro grupo criminal, Los Rojos.
No se ve una presencia directa de hombres con armas de alto poder en un retén en la carretera federal de policías rurales que visten  camiseta azul con un escudo nacional, en las afueras del poblado de Petaquillas, a unos 3 kilómetros de Plaza Galerías, el principal centro comercial y de entretenimiento de la capital de Guerrero.
Sin embargo, el coordinador del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), Salvador Alanís Trujillo, afirma en entrevista que los policías que están en el retén, sí tienen vínculos con Los Ardillos.
El retén está en la entrada a la zona urbana de la capital, donde jóvenes con armas comunes en el campo vigilan el paso de los vehículos que en ese punto tienen que bajar la velocidad hasta detenerse; a veces los revisan –invariablemente lo hacen con los taxis– y tienen un bote para colectar la aportación voluntaria de los conductores. En el retén hay un letrero que dice “policía comunitaria”, pero el comisario, Mario Flores Castrejón, explicó a los medios que ya no es policía comunitaria sino policía rural, o sea, una corporación que depende de la Policía del Estado.
El retén en la carretera federal de Chilpancingo a Acapulco dentro del territorio de Petaquillas, fue establecido por la Policía Comunitaria del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado del Estado de Guerrero (FUSDEG), desde febrero de 2015 hasta octubre de 2016, cuando esa organización fue desplazada y el lugar fue ocupado por otro grupo que al principio no se sabía cuál era.
Debido al conflicto entre el FUSDEG y la Unión de Pueblos y Comunidades del Estado de Guerrero (UPOEG), en octubre de 2016 se formó la Policía Comunitaria Independiente en Petaquillas y en diciembre se integró a la Policía Rural, explicó el comisario en declaraciones a reporteros el martes 7 de febrero, cuando encabezó un bloqueo a la carretera que duró más de seis horas en la que participaron policías rurales, transportistas y vecinos, para exigir la salida de un campamento del Ejército, con el argumento de que los militares y policías federales y estatales que entran a la zona intimidan a los policías rurales y a vecinos.
Cientos de vehículos que salen de Chilpancingo hacia el sur por la carretera federal, a las colonias, los pueblos o a la ciudad de Acapulco tienen que pasar por ese retén. Las autoridades reconocen que Los Ardillos tienen el control de una de las puertas de la capital del estado, pero no lo dicen con nombres. El 26 de enero, el presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, en un recorrido por la ciudad habló ante los medios del repunte de la violencia, y declaró: “Hay que recordar que Chilpancingo está rodeado de un asunto de este tipo de organizaciones criminales, por el lado de Mochitlán (colindante con Petaquillas) hay un grupo muy conocido, por el lado de Tlacotepec (en la sierra) hay otro grupo conocido, por el lado de Leonardo Bravo (Chichihualco) otro grupo conocido, y luego por si fuera poco las policías comunitarias que también están. No es un asunto fácil de resolver”, dio a conocer El Sur.
Los Ardillos tomaron posesión de la puerta sur de la capital después de la desaparición en Petaquillas del FUSDEG, organización que entró a esa comunidad el 30 de enero de 2015 y formó la Policía Comunitaria que se encargó de la seguridad y combatió a la delincuencia organizada que cometía crímenes contra la población. El FUSDEG estuvo en Petaquillas hasta finales de 2016. Se fue debilitando debido a la división interna y del pueblo que se reflejó en la pugna por la comisaría, en la que intervino la UPOEG y después Los Ardillos intervinieron en la salida del FUSDEG, porque obligaron a renunciar a su principal consejero, Alejo Espinoza, explica Alanís.
El FUSDEG llegó a Petaquillas el 31 de enero de 2015. Tomó la localidad con unos 600 policías comunitarios y miembros de esa organización del valle del Ocotito, y ese mismo día se integró una Policía Comunitaria local, que funcionó cuatro meses con ayuda de comunitarios de otros pueblos. Al FUSDEG lo llamó el comisario de entonces, Arquímides Vargas Encarnación, ante las acciones contra los vecinos de un grupo delictivo que dominaba el poblado, que era parte del Cártel del Sur, y que extorsionaba y secuestraba a los comerciantes y cometía asesinatos.
Tres meses después, el comisario hizo un balance. En sus primeros nueve meses como comisario de Petaquillas llevó un registro de ocho desaparecidos y 10 muertos y desde que entró la Policía Comunitaria del FUSDEG “no han ocurrido desaparecidos y muertos”.
Al día siguiente de la entrada del FUSDEG a Petaquillas fueron detenidos los integrantes del grupo de la delincuencia organizada que dominaba ese poblado, con su jefe apodado El Talibán, y les recogieron armas de alto poder, entre éstas un fusil G-36, fabricado en Alemania, cuya exportación a Guerrero está prohibida en ese país porque no se pueden vender armas destinadas a lugares donde se violan los derechos humanos. Con ese decomiso hubo una evidencia de que un G-36 fue a parar al crimen organizado.
Debilidad del FUSDEG
Alanís estuvo al frente de la Policía Comunitaria del FUSDEG en Petaquillas cuatro meses, y después la dejó en manos de líderes comunitarios del mismo pueblo. Para entonces ya estaba en marcha la segunda etapa del plan del FUSDEG en Petaquillas, que era extenderse hacia la ciudad de Chilpancingo. Su plan era crear un módulo adelante del fraccionamiento Río Azul, unos 2 kilómetros hacia el centro de la capital, con 16 colonias que ya estaban organizadas, incluso una de ellas ya tenía su Policía Comunitaria. Pero los dirigentes del FUSDEG del centro los frenaron, y si el centro no estaba bien organizado no podían dar el segundo paso.
El planteamiento del coordinador del FUSDEG era ir avanzando en el territorio para fortalecerse, porque considera que Petaquillas es una frontera muy delicada, por su ubicación al lado del territorio que entonces estaba en disputa entre Los Ardillos y el Cártel del Sur, y también porque es la entrada a la capital y tiene una población importante –más de 16 mil habitantes–, y eso le da mayor interés político. No lo consiguió, y en lugar de crecer, a los pocos meses, de 70 policías comunitarios quedaban sólo 30 y los 48 consejeros se habían reducido a 25. Pero lo que más debilitó al FUSDEG fue el conflicto con la UPOEG.
Alanís dice que la UPOEG desarrolló un plan para desestabilizar al FUSDEG y acabar con éste para ocupar los territorios donde tenía presencia. Durante una entrevista con dicho medio, insiste, como lo ha declarado reiteradamente a los medios, en que la UPOEG está aliada al Cártel del Sur, y después pactaron también con Los Ardillos y el gobierno.
–¿Cómo  se dio la entrada de los que usted identifica como Los Ardillos a Petaquillas? La UPOEG se alía con el Cártel del Sur, empiezan a trabajar de la mano y se fortalecen mucho. Ellos iban a tomar Petaquillas, y para impedirlo, todas las fuerzas del FUSDEG se concentraron en Palo Blanco, pero ese día, en un acto desesperado, los policías comunitarios del FUSDEG piden apoyo a Los Ardillos.
“Los Ardillos ya habían intimidado a los consejeros del FUSDEG de Petaquillas, incluso al líder de los consejeros, que es Alejo Espinoza, lo amenazaron, lo obligaron a renunciar y lo obligaron a irse, entonces Alejo nos abandona, se va y no nos dice  ni una palabra, simplemente nos manda una renuncia por Whatsapp y era extraño, ¿cómo era posible que un hombre con toda la entereza que él tenía y ese compromiso social se vaya nada más así?”.
El 23 de octubre, en medio del conflicto con la UPOEG, que pretendía entrar a Petaquillas, Alanís declaró a El Sur que el sábado anterior (22 de octubre), en una asamblea en Petaquillas había renunciado el consejero del FUSDEG, Alejo Espinoza, debido a que recibió amenazas de muerte.
El FUSDEG investigó lo que estaba pasando, y encontró que Los Ardillos habían amenazado al consejero Alejo y lo habían hecho renunciar. En entrevista explica: “Esa noche misteriosamente hicieron una reunión del pueblo y obligaron  a Alejo a ir y renunciar ante la asamblea. Alejo llegó y tomó el micrófono y lloró y renunció. Nosotros ya teníamos una estrategia de cómo  íbamos a repeler la agresión de aquella gente y decíamos que  al día siguiente íbamos  a meter a toda la fuerza del FUSDEG ahí, para no dejar que  nadie se apoderara de ese territorio. Ellos se adelantan  y hacen la reunión y obligan a Alejo a que se presente y ante el micrófono ante todo el pueblo y llora, y renunció, y lo mismo les dijeron a los policías comunitarios del FUSDEG, que tenían que entrar y renunciar.
“Con el líder comunitario y los policías llorando y renunciando en el micrófono ante todo el pueblo, le infundieron pánico al pueblo, le infundieron miedo, y fue ahí donde el pueblo se echó para atrás, y dejó la seguridad en manos de Los Ardillos porque ya no había de otra”.
“La UPOEG ya iba a tomar Petaquillas ese día pero Los Ardillos ya estaban esperando a la UPOEG en Salto Valadez, y cuando los de la UPOEG querían entrar ya estaba lleno ahí de ardillos, entonces mandaron un mensajero para decirles que ahí no iban a entrar porque ya era territorio ardillo, entonces resulta que el que iba al mando de la UPOEG era El Carioca, Marco Antonio Salgado Pineda, y del otro lado venía al mando un jefe de sicarios que le apodan El Chino, originario de Dos Caminos, y empiezan a dialogar y resulta que se conocían, que eran amigos del alma, que eran casi hermanos,  y se dan el abrazo y platican y toman acuerdos esa noche.
Llegó Celso Ortega (presunto jefe de Los Ardillos) y tomaron acuerdos con Carioca donde  Celso les dijo que Mazatlán y Petaquillas era territorio ardillo, y que no se metieran, incluso acordaron que ellos querían  el territorio ardillo hasta El Ocotito, y que no se metieran. “En otra reunión hicieron acuerdos donde dijeron que de Ocotito hasta Petaquillas era territorio ardillo y que de Mohoneras  y Colorada todo hasta Xaltianguis iba a ser UPOEG. Hicieron compromisos, y se aliaron Los Ardillos con los del Cártel del Sur y los de UPOEG, los tres grupos todos para acabar al FUSDEG”.
En ese contexto, dice Alanís que se reunieron en Petaquillas el dirigente de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio, con el alcalde de Chilpancingo, Leyva Mena, y estuvo también el coordinador de Fortalecimiento Municipal del gobierno del estado, Jorge León Robledo, el  16 de octubre, en el restaurante Huamúchil.
–¿Qué pasó con los policías comunitarios del FUSDEG en Petaquillas? A la gente del FUSDEG que quedó en Petaquillas les cayeron Los Ardillos uno por uno, y les dijeron, ahora vas a ser  policía comunitario de tu pueblo, se van a dejar de pelear  con los de Mario (el comisario) y se van a unir, el que no quiera se muere, les vamos a dar un apoyito semanal y van a cuidar al pueblo.
Así que Los Ardillos unieron a los dos grupos que estaban en pleito localmente que eran los de Mario y los de nosotros,  algunos compañeros no quisieron y se fueron de ahí, pero como 12 o 15 se tuvieron que quedar, para no moverse de ahí y sacar a su familia, son policías actualmente de Los Ardillos, les dan mil pesos a la semana, y todo lo del boteo se lo reparten entre ellos.
Alanís dice que al comisario, que estaba trabajando para desplazar al FUSDEG y que entrara la UPOEG, también “lo alinearon”. Dice que en la reunión con Los Ardillos, El Carioca de la UPOEG les pidió que dejaran regresar al comisario (porque el FUSDEG no le había permitido asumir el cargo), y fue uno de los acuerdos.
“Los que están en la carretera son ex policías del FUSDEG y ex policías de Mario Flores, los dos grupitos que se tuvieron  que unir están en el retén, y a ellos les dan armitas comunes, pero ellos están ahí para avisar a Los Ardillos que están adentro con armas largas y camionetas blindadas. Ellos ahí tienen dos o tres casas de seguridad”.

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