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En México, el enemigo es interno, es el terrorismo de estado: Barreyra; hay contubernio para martirizar al pueblo mexicano: Mora

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(27 de septiembre, 2017. Revolución TRESPUNTOCERO).- Padres y madres de los estudiantes desaparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, a tres años siguen buscando a sus hijos. Este martes, acudieron con el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana en sus oficinas en la Ciudad de México para sumar fuerzas en la búsqueda de sus hijos y construir  otros caminos para romper el muro de la mentira de los gobiernos, indicaron.
“Les pedimos a los maestros, a las amas de casa, a las organizaciones sociales, ONGs, colectivos libertarios y a la sociedad en general que estén pendientes sobre las movilizaciones que se llevarán acabo este día en exigencia a la aparición con vida de los estudiantes normalistas”.
“¿Quién dio la orden de detener, retener desaparecer al grupo de estudiantes? Hace años que la forma de reprimir en México es la misma. Algunas veces convirtiendo a las víctimas en ejecutados, otras en torturados y otras no son ni vivos ni muertos, han desaparecido y el gobierno calla. Tiene una gruesa capa de cinismo, que el mundo entero se vuelva exigiendo justicia y simplemente calla, que es lo que ha venido haciendo Peña Nieto desde aquel 26 de septiembre hace tres años”, comenta a Revolución TRESPUNTOCERO la especialista en Geopolítica, Lenna Barreyra.
Para Barreyra, “en México, el enemigo es interno, es el terrorismo de estado, pero también las constantes y eternas pugnas norteamericanas, elementos que indicaban que tarde o temprano algo de esa magnitud podría pasar con quien mantuviera la idea de revelarse contra el gobierno. Y claro, Guerrero ha sido una de las entidades mayormente vigiladas cuando se conoce como uno de los pueblos con constantes luchas sociales y de igual manera han sido castigados. Como lo fue Lucio Cabañas, como sucedió en Aguas Blancas”.
A propósito de la fecha conmemorativa, la ONU señaló: “A tres años de los dolorosos hechos de Iguala, la ONU-DH México reafirma su solidaridad y reconocimiento hacia las víctimas. Se une al sufrimiento que continúa afligiendo a las familias y amistades de los jóvenes desaparecidos, de los ejecutados y de los heridos. 
Les expresa su admiración por mantener viva la exigencia de justicia, reparación y verdad; les alienta a seguir adelante en la legítima reivindicación de sus derechos; e invita a la sociedad en su conjunto a seguir acompañando la causa de los normalistas y demás personas agredidas en una noche siniestra cuya obscuridad se extiende hasta el presente y alcanza a otras miles de familias que también buscan a sus seres queridos en el país”.
Dicha tragedia se ha extendido por distintos países que se han unido al grito de justicia, principalmente los latinoamericanos y sobre el tema la socióloga y Diputada, Patricia Mora, del Frente Amplio de Costa Rica, indica: “Hoy tres años después de la tragedia de Ayotzinapa vamos a volver a desfilar hacia la embajada de México igual que lo hicimos hace dos años y hace un año, nos presentaremos frente a la sede diplomática y reafirmaremos nuestra enorme protesta y preocupación de que en ese país haya 43 muchachos normalistas que desaparecieron y que la justicia parece que no puede dar con los culpables”.
Agrega que, se debe esclarecer una tragedia, porque “los habitantes dignos de este planeta estamos esperando que nos digan qué pasó; estamos con esos padres, que sabemos que este martes se manifestarían por las calles del Distrito Federal, y les enviamos desde aquí un enorme saludo y nuestro enorme cariño”.
Mora explica a Revolución TRESPUNTOCERO que, lo que sucede en México y parece que ha cuajado, “es un contubernio entre el Estado mexicano y fuerzas que tienen vínculos muy irregulares, que pueden ser señalados. Por eso se ha consolidado una maraña de redes de influencias, de redes de complicidad que le impide al Estado mexicano cumplir con su deber y a ratos parece que termina imperando la ley de la selva. Eso es una enorme alarma para los pueblos del mundo, puntualmente para los pueblos de Latinoamérica”.
Por lo que, desde Costa Rica, señala, se observa no solamente la problemática de las desapariciones forzadas en México, sino también sabemos que existen altos índices de criminalidad, los feminicidios que continúan sucediendo en el país. Esa guerra civil que México vive y que ha sido calificada ya por teóricos como “una guerra civil molecular”.
“Es una situación que se le ha escapado, por lo que pareciera que en México el estado de derecho es inexistente. Porque repito se puede visualizar un aparente contubernio entre distintos sectores que están martirizando al pueblo mexicano y que al mismo tiempo han convertido a ese país en un sitio no apto para vivir”, puntualiza Mora.
En tanto, Barreyra señala que, la doctrina de seguridad mexicana pareciera sacada de un manual hecho por soldados que han estado en las guerras de Afganistán e Irak. Donde los elementos de seguridad (policías o saldados) tienen la firme idea que el civil es siempre el culpable y el enemigo a atacar. “No hay ejemplo más nítido que Ayotzinapa, la manera en la que los persiguen y agreden no es la de intentar detener a alguien que cometió un ‘delito’, sino más bien una operación estratégica para capturar a un enemigo.
No es trillado decir que, las acciones de toda esa noche – madrugada, incluyendo la forma en que desollan a José Luis Mondragón, son las muestras más claras que nos enfrentamos a una guerra irregular, donde el ejército y las demás fuerzas siempre ganan y han convertido a los civiles en los enemigos, todo esto bajo la promesa de protección e impunidad absoluta, por eso es que 43 jóvenes desaparecieron y hoy a tres años, Peña Nieto posiblemente ni se enteró de la serie de manifestaciones. Los mexicanos han sido convertidos en enemigos que ni derechos humanos tienen a comparación de las guerras abiertas en otros países. Pero no se puede esperar más de un gobierno cómplice por lo tanto culpable”.
En cuanto a materia de derechos humanos, la diputada indica, “me ha llamado la atención los señalamientos que se ha hecho desde la Comisión de Derechos Humanos del Senado que pareciera no tienen eco en ningún sitio, no tiene la suficiente fuerza. No veo que se logre canaliza la indignación, cuando tiene que haber el desconcierto, el desasosiego de la ciudadanía mexicana ante situaciones de absoluta impunidad.
Yo creería que el país presenta síntomas de descomposición preocupantes por lo que, creo, las instancias defensoras de derechos humanos deben de alzar con más fuerza la voz”, opina la socióloga. Quien señala que la situación que vive México es un escenario de una institucionalidad absolutamente deslegitimada ante los ojos de la ciudadanía. 
Ante una sociedad desencantada y hastiada de lo que sucede en el país. Consideró que va a ser difícil reconquistar esa legitimidad y esa confianza que para que funcione un estado de derecho debe de existir; “va hacer difícil porque los grados de deterioro son alarmantes por las problemáticas inconmensurables que se presentan”.
Es por ello que señala, que los padres de los 43 jóvenes, pero también la sociedad debe canalizar  la indignación y reorganizarse, porque, indica, no se puede seguir observando con dolor como se deterioran las condiciones políticas, sociales y económicas de la nación mexicana. 
Por tercer año consecutivo, la diputada junto a su grupo parlamentario y sociedad civil caminaron hacia la embajada mexicana. “Alzamos nuestra voz porque aquí también nos hacen falta 43. Cabe señalar que en estos años nunca ha salido algún funcionario, sin embargo también desde el plenario del Parlamento con otro tipo de autoridad, porque es el primer poder de la República, insistimos con los micrófonos puestos que es urgente que se esclarezca lo que sucedió hoy hace tres años, en Ayotzinapa”, puntualiza la Diputada de Costa Rica.
Para Barreyra, el estado fallido -pero fallido solo para la sociedad-, también está acompañado y detenido por “una sociedad fallida, que puso en el poder a todo un gabinete de un partido que se conoce como violento y en otras esferas de opinión hasta corruptos y con nexos con grupos delincuenciales. Se dejó comprar por éstos y Ayotzinapa es uno de los más violentos crímenes cosechados a causa de las malas decisiones donde eso se aprovecha para lucrar con la pobreza y necesidad del mexicano”. 
Los padres han indicado este martes, “llevamos 3 años removiendo los escombros que la PGR amontonó con cientos de expedientes para fabricar su ‘verdad histórica’. Ocultaron toda la trama de la desaparición de nuestros hijos. Desde Mezcala hasta Iguala, los policías municipales, así como los policías federales y el ejército se confabularon para atacar a los estudiantes. 
Creyeron que abriendo más la herida de nuestros corazones desfalleceríamos y nos dejaríamos convencer de sus mentiras. Ni el dolor ni el suplicio al que nos han sometido nos han doblegado. En estos tres años nos hemos afianzado como un colectivo que ha podido construir con la solidaridad de miles de mexicanos y mexicanas un movimiento que cimbra al país en pos de la justicia y la verdad”, indican.
Para Barreya, quienes se encuentran en la dirección del país mantienen en constante desprestigio al país, “el gobierno en su conjunto se ha colocado una dura coraza que impide que si quiera les interese lo que tengan que decir las organizaciones no gubernamentales internacionales. O que no tengan una mínima vergüenza para salir a negar las evidencias; es decir la tortura generalizada, las constantes desapariciones forzadas que ya son cotidianas en el país o las ejecuciones extrajudiciales por las que Marina y Ejército. Las masacres también son parte del día a día del mexicano -en el sexenio de Peña Nieto-.
Tenemos Tlatlaya, Nochixtlán, Michoacán, todas consecuencias que demuestran que los mexicanos viven no en una democracia, sino en un sicariato. Al país le hacen falta 43 de la normal Isidro Burgos, pero de Guerrero cuántos más son, y de otras entidades y de todo el país, son miles de miles de personas que hacen falta y si en su conjunto esa cifra no dobla a Peña Nieto, gravemente, la desaparición de 43 estudiantes mucho menos. Y a esta gente en el poder no se le puede esperar a que den justicia. Se necesitará un cambio de gobierno totalmente contrario en ideología, en seguridad uno pacifico y no que piense que la solución al ataque del narco es dejar salir al ejército a las calles a desaparecer civiles. Sólo así se podría conocer quién dio la orden para desaparecer a ese grupo de jóvenes y hará justicia. De lo contrario se continuará pidiendo justicia por los 43, atrás año con poca gente cada vez más, porque la mentalmente muchos tienen memora a corto plazo, puntualiza Barreya.

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