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En 2014, vecinos de edificio colapsado en 19-S pidieron revisión de PC; “las grietas revisadas eran muy superficiales”, les dijeron

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(27 de septiembre, 2017. Revolución TRESPUNTOCERO).- El 19 de septiembre pasado, las víctimas bajo los escombros fueron las que pusieron en la mira la ubicación de los edificios derrumbados durante el terremoto. Uno de los predios de los cuales se conoció en los medios de inmediato, fue el de la colonia del Valle, en la calle de Enrique Rébsamen 241, donde una joven pedía que rescataran a su madre, ya que mientras entre Marina y ejército se “suscitaba una lucha de egos”, su madre intentaba sobrevivir en la espera de ser salvada. Lamentablemente, varias horas después solamente se pudo recuperar su cuerpo.
Finalmente Laura, la madre de Renata falleció. Cuatro años antes de esta tragedia, los vecinos se percataron de las grietas que presentaba el edificio, además de una cierta inclinación que parecía tener su estructura. Pero fue después de un sismo en aquel año que optaron por buscar ayuda de las autoridades.
El primer paso fue hacer contacto con el delegado en ese momento, que era el panista Jorge Romero, hoy diputado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Después de cuatro tweets sin respuesta, donde solicitaron se inspeccionara el edificio y saber qué hacer, una de las vecinas optó por buscar a protección civil.
El proceso se retrasó, derivado de haber obtenido información errónea acerca de los números telefónicos a los cuales dirigirse. Fue en un cuarto intento cuando por fin contactó con la oficina. “Las grietas eran muy evidentes en las columnas internas de las escaleras; teníamos dos bardas en la parte trasera del estacionamiento que estaban tronadas una de ellas con una grieta muy pronunciada y profunda.
Y también habían grietas en algunos departamentos en su parte exterior, lo cual llamó mucho la atención. Y como ya se había escuchado que se podía buscar a Protección Civil nos dimos a la tarea de buscarlos. Pidieron datos y un horario en el que se nos pudiera localizar. Como yo debía estar presente, les indiqué en que momento llegaba del trabajo. Sin embargo, no respetaron la indicación y asistieron cuando yo no me encontraba, por lo que fue otra persona quien les dio el recorrido”, señala a Revolución TRESPUNTOCERO un habitante del edificio que prefiere no ser identificado.
De acuerdo con la persona quien atendió al personal de Protección Civil, la inspección fue “muy superficial, tardaron máximo cinco minutos y se retiraron sin haber dejado ningún tipo de documento o dictamen”. Les aseguraron que “no pasaba nada. Las grietas revisadas eran muy superficiales y que no había daños de consideración.
Yo pasé la información a los vecinos de manera verbal como Protección lo hizo con nosotros. Y les dije que estuviéramos tranquilos porque había llegado el personal y dado ese peritaje que había arrojado dicha conclusión. El edificio estaba bien, lo único que dijeron fue que la barda estaba dañada y sí tenía que derribarse porque ya no iba aguantar”, indica la fuente.
Aproximadamente un año y medio o dos, después de aquella inspección dieron paso a una renovación del techo, el arquitecto que acudió también les dijo que la barda ya no funcionaba y se tenía que derribar, pero para ello se necesitaba hacer una serie de movimientos que protegieran el edifico porque éste “tenía una inclinación”. Aunque no se tocó el tema de las grietas, puesto que ya Protección Civil les había indicado que había normalidad.
“Ahora Jorge Romero dice que sí se hizo la revisión, pero fue porque nosotros buscamos a protección civil, sin la respuesta del delegado y sabiendo que no nos habían dejado ningún dictamen. Aunque ahora digan que sí, mucho menos nos hablaron de daños estructurales. Por lógica si nos hubieran dicho que había un peligro inminente hubiéramos protegido nuestras vidas y echo los arreglos necesarios.
Incluso seguramente, Protección Civil nos hubiera hecho firmar una responsiva donde hiciera constar que nos habían advertido y ya nosotros debíamos ocuparnos de los daños del edificio. Pero no fue así. Y ya no hubo ningún otro tipo de contacto”, asevera.
El edificio tenía dos pequeñas torres, ambas perdieron la parte del estacionamiento porque las columnas no soportaron el movimiento y se vencieron. Es por ello que la parte que quedó en pie se encontraba recargada al edifico de a lado. “Fue la primera parte que se cayó y de ahí le siguió la segunda torre, la cual tronó de la parte media y de manera vertical, incluso la grieta cruzó parte de una recamara y las dos partes en las que se partió quedaron inclinadas hacia dentro”.
“Es así como se dio la perdida del patrimonio completo. Todos los departamentos desaparecieron, no hubo recuperación de ningún objeto material más que solamente la ropa, porque ésta fue saliendo mientras los rescatistas desarticulaban partes del edificio al estar buscando a la señora Laura.
Todavía no terminan de demoler el edificio, nos dijeron que posiblemente tarden siete días más. Debo señalar que he estado revisando información y me parece muy preocupante que la delegación esté diciendo que sí nos avisaron que el edificio tenía daño estructural, cuando la realidad es que no tuvimos ninguna información que pudiera permitirnos resolver salirnos o incluso llevar a alguien más que pudiera hacer otra revisión a conciencia, darnos opciones y tener la oportunidad de evitar esta tragedia”, indica la fuente.
En cuanto a la ayuda, la fuente afirma que hubo una movilización sumamente rápida de rescatistas que forman parte de la sociedad civil. “Ellos rescataron a dos personas de ese edificio, una estaba en el tercer piso y la hija de una vecina en un cuarto piso. Quienes no lograron salir de sus departamentos porque las puertas se sellaron. En esos momentos ellas oían como parecía se estaban cayendo cosas y el ruido era muy fuerte. Cuando por fin vino la calma y pudieron abrir las puertas, se dieron cuenta que no podían salir porque no había escaleras. Se habían derrumbado.
Afortunadamente llegaron vecinos, según me indican las vecinas. Más tarde era mucha la población que estaba haciendo labores de rescate, principalmente los Topos. Así fueron todos los días. Pero sí hubo momentos, como lo dice la hija de Laura que peleaban entre la Marina y el ejército. Que si sí tiraban el edificio, que si no lo iban a demoler, que si entraban o no.
Nosotros como habitantes del edificio para el segundo día fue muy difícil acercarnos al edificio. Trajeron a más de 50 policías, no miento, se formaron en vayas como suelen hacerlo, y a todos los vecinos quienes queríamos saber qué pasaría con nuestros espacios o qué información podíamos obtener, nos empezaron incluso a empujar y así nos llevaron casi hasta el final de la calle, sin importarles lo que habíamos padecido y además que éramos los interesados en conocer qué pasaba”, señala.
Es así como ellos fueron los últimos en enterarse cuáles eran las decisiones a las que se llegaban en cuestión de qué hacer o no con el edificio. “Debo reiterar que sí recibimos un gran trato y mucha ayuda… pero de la sociedad civil que se volcó en solidaridad y apoyo para todos nosotros, pero las autoridades estaban en una cerrazón total. Como sea los afectados debíamos estar mejor informados y no fue así”.
Hasta este momento, comenta la fuente, ninguna autoridad se había acercado para informar cuáles son las opciones en caso de no tener un sitio donde vivir por ahora. Al preguntarle sobre la opción que Mancera da de aportar 3 mil pesos mensuales, durante dos meses para una renta, señaló que a penas se ha enterado “por otra persona que le pasó el dato”.
“La única persona que se acercó fue alguien que se identificó como jefe de manzana o colonia, quien dijo a los dueños de los departamentos que era recomendable que hicieran una asociación civil, para que pudieran ellos de manera ‘legal’ poder comenzar a buscar los recursos del Fonden, esperando puedan ayudarlos y recuperar así su patrimonio o ver qué pasará con ese edifico porque eran 16 departamentos.
Pero de las autoridades nadie. En ningún momento llegó el delegado, diputados o alguien que pudiera brindarnos algún mensaje o información útil en momentos en los que no se sabe qué hacer. Por ahora los que habitaban el edificio, sobre todo los dueños, se organizarán para ir hacer levantamiento de lo que haya quedado ahí, con la esperanza de recuperar algún documento. Porque ya no queda más”, finaliza.

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