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Fuerza Tamaulipas le disparó a corta distancia en la cabeza; “le siembran arma en mano derecha pero era zurdo”: Madre

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(01 de agosto, 2017. Revolución TRESPUNTOCERO).- El dos de marzo pasado, Elsa Graciela Martínez Díaz, aproximadamente a las 10 de la noche, recibió una llamada telefónica de una sobrina informándole que su hijo Antonio había sufrido un accidente, pero no le proporcionó mayor información.
De inmediato la madre intentó comunicarse con su hijo, a su teléfono celular pero no le respondió. Al siguiente día, en cuanto amaneció pidió ayuda a sus familiares para pedir iniciar una búsqueda en hospitales, cárceles y dependencias de seguridad pública para conocer su estado de salud.
Ese día, uno de los familiares que realizaba la búsqueda le dijo que tenían que visitar una funeraria, puesto que Antonio había fallecido, pero necesitaban confirmarlo.
A su llegada al lugar, le mostraron una fotografía donde identificó plenamente a su hijo José Antonio. Elsa Graciela Martínez Díaz, dio a conocer al Centro de Derechos Humanos de Nuevo Laredo que la funeraria la envió a las oficinas de la Delegación Regional de la Procuraduría General de Justicia en el Estado, siendo atendida en una oficina del Ministerio Público para tomarle su declaración respecto al parentesco con la persona fallecida.
De acuerdo a información proporcionada a Revolución TRESPUNTOCERO, fue en ese lugar en donde le informaron que su hijo José Antonio estaba siendo acusado por agentes de la policía estatal acreditaba “Fuerza Tamaulipas” de haberles disparado durante un supuesto enfrentamiento y que por ese motivo “le habían dado muerte, siendo esto la noche del jueves sobre la carretera aeropuerto a la altura de la calle Tarahumaras”.
Por lo que la madre denunció a elementos de Fuerza Tamaulipas por la ejecución extrajudicial de Antonio, quien formaba parte del Heroico Cuerpo de Bomberos de Nuevo Laredo.
Ella afirmó que su hijo no portaba armas, no sabía disparar armas de fuego y que desde hace quince años trabajaba como radio operador del departamento de bomberos de esa ciudad, “en donde era conocido y muy apreciado”, afirmó en su declaración.
Elsa dio a conocer que la noche del jueves su hijo José Antonio se encontraba en su domicilio y fue alrededor de las siete de la tarde cuando “decidió irse a descansar ya que al día siguiente debería presentarse a trabajar en las oficinas centrales del Departamento de Bomberos para cubrir su turno de 24 horas de trabajo por 48 horas de descanso”.
“Al momento de abandonar el domicilio materno vestía un short a cuadros, playera y tenis deportivos, así como la cantidad de 5 mil pesos en efectivo, dinero que había obtenido por la venta de un carro” y otra cantidad mínima que ella le había proporcionado, pero que en ningún momento portaba arma de fuego alguna.
Agregó que por diferentes medios de comunicación y a través de las redes sociales se enteró al día siguiente de los hechos que su hijo había sido ejecutado por agentes de Fuerzas Tamaulipas, cuando iba a bordo de una camioneta que tenía en préstamo y que además de privarle de la vida los policías estatales “le sembraron una arma de fuego larga e incluso le dispararon a corta distancia en su cabeza a manera de ‘tiro de gracia’”, señaló.
En tanto, los abogados del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo presentaron formal querella en contra de elementos de la Policía Estatal Acreditable abriéndose la carpeta de investigación número 274/2017 por el delito de homicidio mientras que en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas se radicó con el número de expediente 087/2017.
De lo anteriormente documentado se ha informado oportunamente a la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos así como a Amnistía Internacional para el seguimiento de las investigaciones que realicen las instancias locales.
El lunes 22 de mayo pasado, la señora Elsa Graciela solicitó personalmente al procurador Irving Barrios Mojica que le ayudara a acelerar las investigaciones sobre la ejecución extrajudicial de su hijo por parte de policías estatales. En esa ocasión el procurador se mostró accesible y atento pero quince días después, cambió al Ministerio Público responsable de integrar la carpeta enviándolo al puerto de Matamoros.
A estos hechos, se suma que la madre habría declarado que después de dispararle en distintas ocasiones, y además del arma le pusieron un chaleco. A su vez, indicó que su hijo era zurdo y colocaron los artefactos en su mano derecha. Aunque se han manifestado constantemente, hasta ahora no ha habido justicia por parte de ninguna autoridad.
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