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Casquillos Negros Revive Uno De Los Crímenes Más Sonados Del Salinato; Asesinato De Posadas Primer Signo De Descomposición: Petersen

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El día del homicidio del cardenal Posadas, donde se dijo que le dispararon por haberlo confundido con El Chapo Guzmán, ¿por qué el segundo nunca se encuentra cercano a la zona? se preguntó el periodista Diego Petersen Farah. ¿Por qué si lo confundieron al que agarran es al confundido? A quien persiguen no es a quienes dispararon sino persiguen inmediatamente a quien no se murió, señala.  
Eran las 15:45 de la tarde del 24 de mayo de 1993, cuando en el estacionamiento del aeropuerto de Guadalajara se perpetró una serie de disparos directos al cuerpo del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
La versión de la Procuraduría General de la República, hasta hoy, se ha mantenido señalando que el cardenal fue ejecutado por el cártel del narcotráfico de los hermanos Arellano Félix, quienes lo confundieron con el líder del cártel de Sinaloa, El Chapo Guzmán.
Sin embargo, en aquel sitio ese día había elementos del ejército y de otras dependencias de seguridad del gobierno, de acuerdo a versiones y elementos que lo respaldaron. Aun con esto, se mantuvo la explicación de la “confusión”. Pero un elemento, hasta hoy poco conocido, indicaba que los homicidas pudieron haber sido otros.
En el lugar se encontraron casquillos negros. Los cuales de acuerdo a los expertos en seguridad, son lo que usan los agentes de gobierno. “La certeza es que quien disparó contra el cardenal pertenecía a una fuerza del Estado y los narcos eran solo actores de reparto”, explica Tripa. Un ex agente del CISEN venido a menos, pero que no por ello deja de ser una pieza clave dentro del caso del cardenal. 
Eduardo, también conocido como Tripa, es uno de los personajes clave, en la exquisita obra del periodista Diego Petersen Farah: Casquillos Negros (TusQuets, 2017). Este ex agente será quien detone dentro de esta novela negra, una serie de historias que se verán entrelazadas por el hecho pero que a su vez saben desprenderse de éste, para dar paso a otros elementos que involucran a la iglesia, trasiego de droga, espionaje y persecución. 
A través de este thriller, Beto Zaragoza un periodista de nota roja que sobrevive de relatar la muerte, ve como su cotidianidad cambia radicalmente  cuando recibe unas reveladoras fotografías, ocultas hasta entonces, sobre los implicados en el asesinato del cardenal Posadas. 
Así es como poco a poco se va involucrando en una serie de intrigas y complicidades, que lo llevan a ir desenredado por medio de ciertas pistas, investigaciones propias y conversaciones con Tripa, que la muerte del cardenal Posadas no solamente tiene una versión y tampoco la más conocida es la verdadera.
A propósito de la presentación de Casquillos Negros en la Ciudad de México, el periodista y directivo de medios Diego Petersen Farah, conversó con Revolución TRESPUNTOCERO sobre la novela que revive uno de los crímenes más sonados del Salinato. Un caso que fue escogido como la nueva experiencia periodística que vivirá Beto Zaragoza. Personaje principal de la primera novela de Farah.
“Me parece que la muerte de Posadas es una novela negra sensacional en si misma, por otro lado de alguna manera permite hacer una revisión de qué nos ha pasado en términos del narcotráfico en México. Porque de alguna manera es un parteaguas en esta historia terrible que hemos vivido después, sin embargo ese momento nos podíamos verlo.
Pero analizado en retrospectiva nos podemos dar cuenta que es el primer signo de que algo no estaba funcionando. Fue el primer signo de descomposición que no supimos leer ya partir de ahí se desarrolla todo lo que hoy está sucediendo”, comenta Diego Petersen.
El gran reto para Diego fue que no le ganara el caso Posadas, que fuera una novela negra que tuvieran estructura de este género y que fluyera sin que el caso Posadas acaparará toda la trama. Por lo que la parte fundamental fue la creación de los personajes.
Tripa es el personaje que lleva junto con Beto la carga de la investigación pero también te permite ver esta transformación en los diferentes modelos de seguridad, vamos cambian instituciones pero las personas son las mismas. “Tripa atraviesa todas las instituciones de seguridad y va evolucionando. Liz es un personaje que ayuda mucho a hacer este contrapunto narrativo muy divertido”, señala Farah.
Una vez que se estructuran los personajes, comenta el autor, literalmente comienza a fluir solos. Sin embargo el final como lo observamos en e libro no estaba planteado desde el principio. “Los propios personajes fueron propiciando este final”, comenta. Lo cual se logró una vez que quedó en claro cual era la personalidad de cada uno.
De acuerdo al autor el propio tejido de la novela va generando el final. Todo con la gran intensión que el caso Posadas no se robara la novela. Y que la obra fuera una trama que se pueda leer en cualquier parte del mundo y perfectamente bien.
Diego Petersen Farah, al momento del asesinato de Posadas era subdirector de un periódico. “Y nos dedicamos hacer un gráfico el cual fue el que utilizó después Carpizo para su Nintendo. Fue un caso al que yo le he dedicado tanto tiempo como a ningún otro. Para lo cual el caso lo discutí con el investigador de la UNAM Fernando González, no menos de 50 horas los detalles del caso. Porque desde el principio nos parece que todo es absurdo. 
Es un caso plagado de contradicciones lo cual te permite al mismo tiempo darte cuenta de todas las contradicciones del sistema, de la iglesia, del Estado, del narcotráfico, porque ahí todos se juntaron. Es un caso que permite hacer una radiografía de la sociedad”, puntualiza el autor.
A raíz que una fuente de Farah le comenta sobre los casquillos negros encontrados en el lugar de los hechos, le parece que ese podría ser un buen detonante para su novela. Un hecho que es narrado desde la vivencia de el Tripa. “Lo cual fue lo más complicado. Salir de mí para poder narrarlo desde el punto de vista de este personaje”. 
A su vez, Farah reitera que la muerte violenta de Posadas fue el primer símbolo que algo no funcionaba bien en esta pretendida administración del narco. Pensamos que podíamos administrar el crimen organizado. Desde la cecina to de Camarena, comenta, el narcotráfico tenía vínculos con el Estado. 
Una parte con el ejército, otros con la dirección Federal de seguridad O como una parte de la policía judicial. Había siempre un cártel y una agencia. “aquel día posiblemente nos solo chocaron los carteles sino también algunas fuerzas del Estado.
Lo cual comienza a generar crisis y a la postre conlleva que el narcotráfico se imponga sobre las corporaciones del Estado, porque el narcotráfico es el que se queda con la mayoría de los recursos. Años después tenemos 250 grupos del crimen organizado. Que en teoría deberían ser controlados pero nadie lo hace”, afirma.
A su vez añade que el narcotráfico no es puro y tiene grandes relaciones con la sociedad y con las instituciones eclesiales pero también con los empresarios. “Lo que te permite una novela negra es que a partir de ver el lado oscuro de la luna, entender la redondez completa. Así es como el narco es parte de la sociedad, parte de la economía, parte del poder. 
Entonces a qué estamos jugando, persiguiendo al narco sin perseguir a los lavadores de dinero, sin perseguir al sistema de poder que lo sustenta, sin perseguir a los jueces, policías que los protegen. Estamos en absurdo”.
Farah asegura que el anterior y actual sexenio han fallado en el combate al narco porque no se han atrevido a tocar la estructura política, la cual si no se toca, ya que es la que sustenta al narco, no va a pasar ni mejorar en nada. Lo cual requiere una Fiscalía independiente que no tenemos.
Desde la primera página el lector sin duda alguna no solamente quedará atrapado con la trama, sino que pasará del asombro a la diversión, todo esto con una estructura muy fácil de fluir por medio de sus capítulos cortos.
A su vez la obra nos entrelaza en el análisis de la situación actual de México con respecto al narco, “lo cual nos puede ayudar a cambiar la visión de cómo son estas relaciones de caos entre el poder y el crimen organizado. Y es que cabe señalar que el operativo aquel día tiene absolutamente características militares incluso pudieron haber sido ex militares”, afirma. 

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