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La reforma energética, según la Arquidiócesis Primada de México “es sumamente cuestionada por su impacto social que desestabiliza el futuro de los sectores más vulnerables”.
En el semanario Desde la fe, estableció que esta reforma “enriquece a pocos y lamentablemente, comienza a crear nuevas generaciones de pobres”.
Para la Arquidiócesis, la promulgación de dicha reforma se hizo con “bombo y platillo” y se presentó como “una reforma esperanzadora con vocación social, que insistía en la propiedad del Estado sobre los hidrocarburos y reafirmaba su rectoría en áreas estratégicas para asegurar que la riqueza energética se tradujera en bienestar para todos”.
Explica que se hizo pensar a la población que la “magnífica reforma” sostendría su enfoque para ayudar a la sociedad y que las entidades como administración pública podrían tener más recursos para sus programas sociales, de educación y el desarrollo de los sectores vulnerables.
Aceptó que solamente la promesa de fortalecer las empresas más productivas del Estado se ha cumplido. Tal es el caso de la Comisión Federal de Electricidad, que tuvo utilidades de 85 mil 517 millones de pesos el año pasado.
“Lo anterior podría aplaudirse, pero queda lejos de la insistente vocación social que se pretendía”.
Aún con esto, recalcó que la población es la menos beneficios recibe y que el alza de los energéticos el año desató la presión social, cambiando la estrategia en la liberación de precios. Dentro de estas desventajas, se incluyen el incremento del precio de los energéticos ordinarios, luz y gas.
“El resultado es más que evidente. Aunque negado por las autoridades hacendarias, la inflación de más de 4% en el primer trimestre del año impactó la economía de las familias mexicanas”
Información incluida en el documento señala que “el tratamiento fue recetado a las industrias y hogares con el aumento de tarifas de entre 13% y 17.2%, alzas significativas que rebasaron las expectativa Dentro de estas desventajas, se incluyen el incremento del precio de los energéticos ordinarios, luz y gas.
La Arquidiócesis considera que la reforma energética “se desinfla por la insuficiencia argumentativa que la pretende defender”.
“No hubo sensibilidad social y mucha voracidad excusada en demagogia, que nos recetan todos los días con la pueril advertencia: ‘De no haberse liberado el precio de los energéticos, se hubieran recortado programas sociales”.
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