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¿A quién representa Javier Sicilia?. (Lilia Arellano)

 
¿A quién representa Javier  Sicilia?
Fueron conocidas y muy comentadas las reuniones que organizó el grupo Tamaulipas. Ahí se hicieron claras referencias a que habían tenido que salir de Tamaulipas porque “todo está muy feo” y los señalamientos hacia sus personas
Hay momentos que aparecen en el presente que ya tenemos registrados en el pasado y en el reciente. Uno de ellos es o son las actitudes del poeta Javier Sicilia, quien ya tiene imagen televisiva bien acentuada y se desenvuelve con esquemas muy parecidos a los que utilizara el comandante “Marcos” en el 2006 buscando crear desestabilización, incertidumbre. Porque su movimiento no tiene ninguna repercusión, no ha traído ningún alivio y mucho menos solución a los familiares de miles de víctimas. Los secuestros, las desapariciones siguen sin que se tengan pistas, sin que se les ofrezca a los padres, a las familias, ningún dato, algún indicio de que por lo menos pudieran estar con vida.

Sicilia se auto nombró representante del dolor de las víctimas y esa es una gran mentira porque cada quien siente, manifiesta, le da cauce a este y a todo tipo de experiencias de manera muy particular. Me pregunto si el señor Gallo, el hombre que sí logró encontrar y encarcelar a secuestradores y asesinos de su hija y que fue ultimado meses después le hubiese dado un beso a Calderón o se mostraría sonriente en las escaleras o en el interior de Los Pinos o del Palacio Legislativo o en la Cámara de Senadores para ofrecerles paz y amor a quienes tienen la responsabilidad de mantener seguros a los ciudadanos, a sus familias a sus bienes.

Para repetir una y otra vez que estamos gobernados por corruptos e irresponsables no se requieren más Sicilias ni es con poesía como recuperaremos la seguridad. Tampoco respaldado en dizque representantes de dolores que solo les han servido para hacerse de publicidad en el peor de los casos porque en el mejor han sido candidateados para la presidencia y se les ha abanderado, incluso, para el gobierno de la ciudad más poblada del mundo, del DF. Sin que exista una sola excepción, Entidad por Entidad, Estado por Estado, en más del 90 por ciento de los municipios del país, hay familias llorando a un ser querido perdido o muerto y no parece que a ellos, que no han encontrado ni un ápice de justicia, el señor Sicilia los represente ¿o si?

Aunque habrá que ver que en este terreno, en el de la impartición de justicia las cosas andan por los suelos. Las investigaciones no llegan al fondo y se miente con gran tranquilidad. No hace muchos meses en estas mismas líneas señalamos la forma y las expresiones que acompañaban a un grupo que llegó a Quintana Roo junto con el ex gobernador tamaulipeco Eugenio Hernández alias “el geño”. Llegaron a refugiarse a Cancún y en las escuelas en donde inscribieron a sus hijos comenzaron las inconformidades ante la presencia de camionetas blindadas y guardias de seguridad. Fernando Cano Martínez y Eduardo Rodríguez Berlanga, compinches del ex mandatario tamaulipeco, viven en un conjunto residencial en Cancún, en uno de los más caros y ahí mismo adquirieron predios y otras propiedades.

Fueron conocidas y muy comentadas las reuniones que organizó el grupo Tamaulipas. Ahí se hicieron claras referencias a que habían tenido que salir de Tamaulipas porque “todo está muy feo” y los señalamientos hacia sus personas eran muy duros por cuestiones que tenían que ver con las fortunas personales, con la forma de gastar, con los viajes. Nada más para darnos una idea, uno de ellos, propietario de constructoras, logró adquirir miles de hectáreas tanto en ranchos como en zonas turísticas y urbanas. Para que no se pierda el hilo de toda esta gente habrá que referir que Fernando Cano es primo de doña Marcia Cano, la que fue esposa del Manuel Muñoz Rocha, aquel diputado priísta ligado al crimen de Ruiz Massieu y de quien se aseguró participó en el homicidio siguiendo las instrucciones de Raúl Salinas de Gortari. De ahí les venía la protección para todas sus actividades ilícitas, incluyendo aquellas que los relacionan con el lavado de dinero del narcotráfico por el que está acusado tanto Tomás Yarrington como en breve lo será de manera directa “el geño” y su pandilla.
Lilia Arellano