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Cabo Pulmo es una pequeña comunidad ubicada al noreste de San José del Cabo, en las costas de Baja California Sur - fotografía especial
■ Ciudad de México.- La cancelación definitiva del megaproyecto turístico Cabo Cortés –que la empresa española Hansa Baja Investments pretendía realizar en Cabo Pulmo, importante arrecife coralino al norte de México– no significa que este paraíso haya dejado de estar en riesgo, coinciden ambientalistas y habitantes del pequeño poblado, ubicado en Baja California Sur.
En días pasados, el presidente Felipe Calderón Hinojosa escribió en su cuenta de Twitter: “Acabo de anunciar la cancelación del megaproyecto llamado Cabo Cortés, en Cabo Pulmo. Es uno de los arrecifes más importantes de México”.
Posteriormente, durante una conferencia que tuvo lugar en Los Pinos, declaró a medios de comunicación. “Ha quedado claro que el proyecto de Cabo Cortés es un proyecto que no ha demostrado aún clara e indubitablemente, como debe ser, su sustentabilidad, particularmente tratándose de un área tan importante para el Mar de Cortés y para el país”.
“Por su magnitud debe a todos quedarnos la absoluta certeza de que eso no generará un daño irreversible, y esa absoluta certeza simple y sencillamente no se ha generado”, afirmó.
El anuncio fue recibido con alegría por parte de activistas en pro del medio ambiente a nivel nacional e internacional. Los tweets al respecto no se hicieron esperar “Bravo, bravo, Bravísimo por la cancelación del proyecto de Cabo Pulmo. Excelente noticia”, “#NoLesPresumoPero se canceló el proyecto de Cabo Pulmo”, “Ya salvamos Cabo Pulmo”, “Cabo Pulmo se salvó”.
Cabo Pulmo es una pequeña comunidad ubicada al noreste de San José del Cabo, en las costas de Baja California Sur. Hace 17 años, al notar que los recursos marinos habían sido sobreexplotados durante años y las especies de pesca comenzaban a escasear, la comunidad decidió abandonar esta práctica que entonces era su único medio económico de subsistencia y optaron por otras opciones, como el turismo ecológico.
Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace México, asegura en entrevista que, sin duda, “el hecho de que se haya cancelado es loable. Es el trabajo de 220 mil personas, tanto de la comunidad como de activistas a nivel nacional e internacional, pues desde hace más de año y medio se estuvo haciendo campaña”.
Sin embargo, es importante que no se confundan los hechos. El proyecto cancelado fue el de Cabo Cortés, de la empresa española-estadunidense Hansa Baja Investments. Esto no quiere decir que se haya cerrado la puerta al turismo masivo en Cabo Pulmo, de hecho Calderón declaró que se trabajaría con inversionistas para desarrollar un proyecto sustentable.
Por ello, recalca Olivera “hasta que se presente un proyecto que sea sustentable, no de macroturismo, no vamos a quitar el dedo del renglón”. Cabo Pulmo es un parque marino conformado por 7 mil 200 hectáreas consideradas área natural protegida desde 1995. Es conocido como “la reserva marina más productiva y más saludable del mundo”. En sus aguas se encuentra el único arrecife de coral vivo de la parte más septentrional de América, en donde habitan peces, crustáceos, equinodermos, moluscos e invertebrados, así como cinco especies de tortuga que se encuentran actualmente en peligro de extinción.
¿Qué pasos se deben seguir? De acuerdo con Pepe Murrieta Murrieta, uno de los creadores e impulsores del Parque Nacional Cabo Pulmo, y su primer director, es de vital importancia seguir trabajando con los habitantes de la comunidad “ahora que los pescadores ya no pescan en el parque y han defendido el arrecife, necesitamos que los ayuden con proyectos sustentables como es el ecoturismo, capacitación de guías, infraestructura para dar los servicios que se necesiten sin hacer daño al lugar”.
Para Olivera el mejor modelo de turismo sería “el representado por la comunidad de Cabo Pulmo. Los habitantes viven del arrecife, de ecoturismo, de enseñar la riqueza natural de este sistema sin abusar de él”. Murrieta, quien también trabaja como instructor de buceo y es un impulsor del ecoturismo en la zona, opina: “la verdad me gustaría que mejor no se hiciera nada, que se quedara así en su estado natural, pero como son propiedades privadas alrededor, no se va a poder, hay que trabajar en algo sustentable”.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental ha hecho notar que Cabo Pulmo continúa en riesgo, pues se mantienen autorizaciones en la zona que todavía no han sido anuladas, a pesar del decreto presidencial; además, aún es posible solicitar la creación de desarrollos y proyectos como el de Cabo Cortés, que comprendía la construcción de 30 mil habitaciones de hotel, dos campos de golf y una marina con capacidad para 490 embarcaciones.
Calderón canceló el proyecto en un marco de presión internacional de diversos grupos activistas –entre ellos Greenpeace–, que llegó a su punto más álgido en el preámbulo de la realización de la cumbre de líderes G20, la cual atrajo la atención de medios de comunicación de todo el mundo.
El coordinador de Greenpeace indica: “Cabe señalar que el presidente cancela el proyecto porque es ilegal. No cancela el proyecto porque se le ocurre de la nada. Lo cancela porque desde el principio se estaba cometiendo una ilegalidad”. Cabo Pulmo es un área natural protegida, lo que implica que en esta zona está prohibida la pesca comercial, la construcción de cualquier tipo de obra pública o privada y la realización de actividades que puedan alterar las condiciones naturales del parque.
“Justicia tardía, realmente no es justicia. Los funcionarios que aprobaron este proyecto deben rendir cuentas a la función pública”, sostiene Olivera. Greenpeace ya ha denunciado a tres personas: Mauricio Limón Aguirre, subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT); Enrique González, ex director de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (Dgira) y Alfonso Flores, actual director de la misma.
A su vez, el Patronato Cabo del Este, en un comunicado de prensa, declaró: “Nuestra organización propone que se promueva el Centro Científico Marino para Cabo Pulmo (Cabo Pulmo Marine Science Center), de esta manera, tendremos un lugar donde invitar a todos aquellos interesados a la conservación del Parque Nacional Cabo Pulmo y su comunidad”.
Murrieta explica “hay necesidad de hacer estudios sobre las costas para poder sustentar a los desarrollos como son las dunas, arribo de las tortugas marinas, buceo, etcétera. Por ello se debe crear un Centro Científico Marino para estudios que sean necesarios para la conservación de esta región, que también ayudaría a la comunidad para su desarrollo sustentable y surgirían empleos para toda la comunidad por medio de los proyectos de conservación que se realicen.”
Dicho centro funcionaría “en coordinación con las universidades locales, se tendría que hacer un proyecto totalmente ecológico con energía solar a baja escala. Podríamos invitar a todos aquellos que quieran participar en construir y diseñar este tipo de proyectos a nivel internacional para que se continúe la difusión y el enfoque”.
Lo que ahora exigen los grupos de protección al medio ambiente, así como la comunidad de Cabo Pulmo, es que se respeten las leyes que ya existen para proteger el medio ambiente, así como implementar nuevas que hagan más robusta esta protección, para que proyectos como el de Cabo Cortés no vuelvan a ser considerados.
Redacción Emet - desinformémonos
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