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Las heces del cinismo de #ManuelEspino como ofrenda a Peña-PRI. (Álvaro Cepeda)

 
Las heces del cinismo de Manuel Espino como ofrenda  a Peña-PRI
Espino es un ave de mala suerte (¡oh Maquiavelo!) y los peñistas no lo previeron. Lo único que aporta son las sobras de su miseria y ahuyentará a ciudadanos que saben de su trayectoria
El candidato priista no aprende de sus errores que en política electoral, cuestan votos. Si ya restó no menos de 20 millones de éstos, de la población joven que se mantenía indecisa ahora, además de acelerar la cólera de Calderón que redoblará su embestida contra el PRI, por los 50 apoyos del grupo “Volver a empezar”, Peña verá reducida su aceptación. Y todo, por haber aceptado al ex panista de cínico historial Manuel de Jesús Espino Barrientos quien, itinerante por Durango, Chihuahua y Sonora, dejó mojones de su excremento politiquero pues nada sabe de política, convicción ni principios. Este excursionista a Santiago de Compostela, convenció a Peña Nieto para que se dejara dar el beso del diablo; después de que fue expulsado del PAN por traidor y despreciable, y rechazado por el PRD como escoria.
Otro error en la racha de malas decisiones de Peña. Su grupo cercano, que dirige Luis Videgaray y David López (con asesoría de Salinas, Montiel, Chuayffet, etc.), no ha sabido conducir, por tan estúpidas tácticas, la cada vez más errática estrategia electoral. No acaban de inventariar los daños por su tonta intervención en la Iberoamericana (no sopesaron la educación jesuita comprometida con valores de ética democrática, valor republicano y de una antiquísima tradición contra las injusticias), cuando sus asesores y Pedro Joaquín Coldwell se fueron encima de los estudiantes y estos les respondieron con manifestaciones de tsunami político; y, ahora se embarran con el excremento de la adhesión del Espino, convertido en “periodista”, enemigo del PRI, foxista a toda prueba (aunque en una de esas le da la espalda) y grillo oportunista, quien por darle la contra a Calderón ofreció a Peña sus heces que apestan a desfachatez.

Si Peña (obtuvo su licenciatura en derecho de una universidad patito, con una tesis sobre el presidencialismo de Álvaro obregón) iba bien… en la encuestas; desde su caída la merma de ciudadanos para su causa, va de mal en peor. Sumarse a Espino es “algo peor que un crimen… ha sido una estupidez política”. Agregó al priismo algo peor que haberse reconciliado con la perversa Elba Esther Gordillo, que le asegura, no por debajo del agua como lo hace a través de Quadri, sino abiertamente más de un millón de votos. Peña se ha equivocado totalmente, en su desesperación por resarcir los daños estudiantiles. Espino es un escalón más para que López Obrador suba y un factor de divisionismo en el PRI de graves consecuencias.

Espino es un ave de mala suerte (¡oh Maquiavelo!) y los peñistas no lo previeron. Lo único que aporta son las sobras de su miseria y ahuyentará a ciudadanos que saben de su trayectoria. En Durango le apodan “el alacrán” y ahora, sobre las espaldas de Peña quiere cruzar a la otra orilla, pagando con un zarpazo venenoso. El priismo recibirá más ataques desde Los Pinos y los bombardeos exhibirán su corrupción y que aceptó el excremento de Manuel Espino, ignorando que vendrán otros males que le tienen reservados los panistas, los calderonistas y los ciudadanos que se han ido desencantando del peñismo.
Álvaro Cepeda - Opinión EMET