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Pepe
Mujica, presidente del Uruguay, sin dar tantas vueltas levanta la
alfombra e
indica que debajo de la alfombra se está arriesgando a lo tonto la vida
de los jóvenes. Hoy la delincuencia toma a su cargo, los métodos del
nuevo capitalismo, es decir se apropia de sus mecanismos de producción
de riquezas: el biopoder la vida de un humanoa es un objeto a descartar a
noombre de que todo se tranquilice. Quizás sea esa apropiación una de
las pistas que "explique" la indefenrencia social extendida respecto de
las personas asesinadas por narcos y fuerzas de seguridad en la guerra
del narco/naco tráfico.
En
el caso de México si se realiza la esperanza de que AMLO gane las
elecciones, él ejercerá el gobierno dentro de una sociedad capitalista,
en México, ese capitalismo tiene el poder. Ante ello, AMLO tendrá frente
así los desafios y los efectos del biopoder: uno de ellos, que los
jovénes de varios estados de la República se enganchan en la industria
capitalista de la droga. Eso lo hacen entre otras cosas no solo por la
economía sino que además cuenta con el aval de tradiciones familiares,
baste con recordar la gran presencia de madres en la organización y
distribución del narcomenudeo en el DF.
En Uruguay, en México, en Argentina, en Brasil, en Venezuela se está dando una “ola” de la llamada “violencia juvenil”. Esa violencia desata una respuesta de los medios: la mano dura.
En Uruguay, en México, en Argentina, en Brasil, en Venezuela se está dando una “ola” de la llamada “violencia juvenil”. Esa violencia desata una respuesta de los medios: la mano dura.
El presidente del Uruguay sin dar tantas vueltas, va derecho
la flecha: esas formas de vivir la juventud no son ni se dan al margen de la
participación, entre otros, de su entorno más cercano –los complejos
familiares- y la lógica íntima del sistema capitalista de libre competencia.
Una “competencia” que implica “imponer orden” para que las cosas funcionen.
Esta nota contiene las declaraciones de un joven que asesinó
a Gastón Hernández, de 34 años y padre de cinco hijos, asesinado mientras se
desempeñaba como mozo de un restaurante en Montevideo, Uruguay. El menor que lo
ejecutó confesó que mató a Gastón porque
“el mozo se movió” y “porque hay que disparar para que te respeten. Entramos y
tiramos para que nos respeten. Después, todo queda más tranquilo”.
Este joven
más allá y más acá de la barbarie civilizada que él ejecuto, o junto con eso muestra un hecho nuevo del lazo
social capitalista: la aparición de un real sin LEY, donde la mano dura tiene
versiones como las de este joven o como las que brindan los servicios de
seguridad del estado en México que llevan más de 60 mil víctimas que ni siquiera
reciben el homenaje elemental que antes recibió una muerte humana: tener nombre
y apellido. Ante un real sin LEY, el real impone la ley, misma que casualmente
sigue la lógica elemental del capitalismo: competir, destruir al competidor y
apropiase a como dé lugar de los objetos, y para eso es necesario disparar, así
“todo queda más tranquilo”.
Mújica es claro las familias y las tradiciones donde esos jóvenes
son parte de ese accionar, de ese dedo que luego apreta el gatillo fácil
¡A lo que te truje chencha!:
Mujica utilizó duros conceptos para dirigirse a los menores
que delinquen, a quienes dijo que acabarán “como una rata de cárcel, en el
mejor de los casos”, demostrando la preocupación de su gobierno por el
incremento de la inseguridad.
El presidente uruguayo hizo uso de su habitual lenguaje,
franco y campechano, al referirse a los últimos hechos de violencia callejera
en el Uruguay. José “Pepe” Mujica
utilizó duros conceptos para dirigirse a los menores que delinquen, a quienes
dijo que acabarán “como una rata de cárcel, en el mejor de los casos”,
demostrando la preocupación de su gobierno por el incremento de la inseguridad.
Durante una entrevista concedida al canal de televisión estatal VTV de
Venezuela, Mujica afirmó que debe hablárseles a los menores delincuentes “en un
lenguaje bien duro”, al tiempo que sostuvo que es necesario que sus familiares
los alerten, que no se hagan tontos los familiares. “No seas pendejo, nabo de
mierda. Vas a terminar como una rata de cárcel en el mejor de los casos”, fue
el áspero mensaje enviado por Mujica a los jóvenes que delinquen, breve
discurso emitido por el diario digital Ultimas Noticias y El País de
Montevideo.
“Hay que decirlo así, en un lenguaje bien duro. Sos un pendejo,
un tarado”, lanzó el presidente por televisión, vestido con una campera azul y
una chomba blanca, y gesticulando con las manos en clara señal de reprobación.
También señaló que “el trabajar para ir en cana, buscando un triunfo fácil, es
la mayor estupidez”, y agregó que “hay que cuidar la vida, no regalarla”.
El
mandatario enfatizó que “aun en la más cruel sociedad
capitalista [sociedad que impera en Uruguay, en Argentina, en México] no
podemos someter a la juventud a esos avatares que estamos viendo
en América latina. Los gurises (jóvenes) apresurados que quieren
resolver la
cosa con una 45 (una pistola escuadra) y entrar a robar algo”.
La sociedad uruguaya está "conmovida" por el asesinato de
Gastón Hernández, mozo de la tradicional pizzería La Pasiva, cuando
delincuentes dispararon a sangre fría al ingresar al local para robar en la
madrugada del último sábado. A raíz del asesinato de Hernández, de 34 años y
padre de cinco hijos, miles de ciudadanos de Montevideo se movilizaron el
último domingo a la sede del gobierno para reclamar políticas efectivas de
seguridad. Al día siguiente, la policía capturó a tres menores de 17 años y a
un adulto, de 19, todos sindicados como autores del crimen de Hernández.
Uno de los menores confesó ser quien mató a la víctima
porque “el mozo se movió” y “porque hay que disparar para que te respeten.
Entramos y tiramos para que nos respeten. Después, todo queda más tranquilo”,
dijo el joven delincuente.
La senadora Lucía Topolanski -esposa de Pepe Mujica- salió a fustigar esta
semana la criminalización de la juventud que, según su criterio, realiza la
oposición. En ese sentido, señaló que en Uruguay existen 300 menores
infractores de una población carcelaria de nueve mil presos. La primera dama de
Uruguay habló en esos términos el lunes después de que se instalara en la
agenda mediática del país vecino, durante el fin de semana, una cruzada contra
la inseguridad. El asesinato a sangre fría de un joven de 34 años, empleado en
un restaurante montevideano, en una escena que fue tomada por las cámaras de
seguridad del local y repetida hasta el cansancio por los canales de televisión
había encendido la bronca de la opinión pública uruguaya.
La legisladora uruguaya culpó a la pasta base de cocaína,
“que entró al Uruguay durante el gobierno de Jorge Batlle”, como uno de los
factores que determinaron el incremento del delito y la violencia en el país
vecino. De la manifestación convocada por las redes sociales participaron cerca
de mil personas en Montevideo, que se concentraron frente a la sede del
gobierno uruguayo para exigir medidas contra la inseguridad, tras el asesinato
del empleado del restaurante La Pasiva. Los auto convocados
expresaron su bronca e impotencia ante lo que consideran un avasallamiento por
parte de los delincuentes que operan en la ciudad. “¡Basta ya! Esto tiene que
cambiar”. Julio Bango, diputado del gobernante Frente Amplio (FA), participó en la manifestación. Dijo que miles
de uruguayos están estupefactos por los últimos hechos de violencia y que “está
bien que la gente reclame niveles de convivencia que ha perdido”.
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