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En cada uno de estos procesos, el papel de las juventudes mexicanas ha sido transcendental; hoy será definitorio.
(Discurso pronunciado el domingo 27 de mayo en Teloloapan, Gro)
Decían que éramos una generación perdida, que no nos importaban mas que las fiestas, la tecnología y la vagancia; decían que si ni estudiábamos, ni trabajábamos era porque no nos interesaba ni teníamos la intención; que la política era un tema ajeno a nosotras y nosotros; que era un desperdicio que siendo tantos millones no hiciéramos nada por nuestro país.
Nuestra respuesta hoy es contundente: hemos salido a las calles, más informadas e informados; más convencidas y convencidos; más esperanzadas y esperanzados que nuestras madres y nuestros padres y con la convicción de que quienes nos han señalado con tanto desprecio, son en realidad quienes nos han marginado y nos pretenden arrebatar no solo las oportunidades de desarrollo y vida digna sino la esperanza y los sueños; hemos salido a las calles para declarar tajantemente: aquí estamos, somos el presente, venimos a subvertir nuestra realidad y no nos moverán.
Hoy estas generaciones nacidas en el neoliberalismo; recordamos el fraude del 88 y con más rabia el del 2006; también las masacres en Acteal, Aguas Blancas, Atenco, el ABC; generaciones hijas del zapatismo que nos enseño que hay que mandar obedeciendo y del obradorismo que nos mostró que el verdadero camino para la transformación radica en la honestidad, la valentía y el amor; nos declaramos listas y listos para asumir las riendas del país.
Confiamos plenamente en Andrés Manuel López Obrador, como confiamos en cualquier compañera y compañero de nuestro Movimiento Regeneración Nacional, porque efectivamente a este lo conformamos miles de hombres y mujeres dispuestas y dispuestos a transformar las condiciones deprimentes y caóticas que nos quieren hacer creer son irreversibles, y creemos que el momento que vivimos es un momento histórico hermanado con los movimientos de Independencia, de Reforma y de la Revolución Mexicana; pero también con el movimiento Jaramillista; el del 68, del 71, del 88 (encabezado por el Ingeniero Cárdenas), del Consejo Estudiantil Universitario que detuvo la primera envestida neoliberal contra la UNAM en el 90 y del CGH que hizo lo propio en el 99.
En cada uno de estos procesos, el papel de las juventudes mexicanas ha sido transcendental; hoy será definitorio.
Como bien dijo el Compañero Andrés Manuel; somos la Generación del Cambio Verdadero, somos la Generación de la Revolución Pacifica y profunda que urge a la Nación; somos MORENAJE y nuestra primera tarea, luego de ganar la Presidencia de la República este 1 de julio; será pacificar México.
Ni su dinero, ni sus medios de comunicación, ni su tradición represora, podrán contra la esperanza de millones de jóvenes dispuestas y dispuestos a defender nuestras esperanzas de un México mejor.
Eder Guevara - Opinión EMET