#CarlosFuentes En su partida, para Carlos Fuentes. (Rafael González)

Nada fue tan inoportuno el día de hoy, y en los tiempos que corren, como la muerte de Carlos Fuentes. Y es que, quien lo haya dicho lo dijo bien, mas que quedarnos en la orfandad intelectual.

Nada fue tan inoportuno el día de hoy, y en los tiempos que corren, como la muerte de Carlos Fuentes. Y es que, quien lo haya dicho lo dijo bien, mas que quedarnos en la orfandad intelectual, nos hemos quedado sin coordenadas con su partida. Hoy mas que nunca, voces como las de Monsivais, Granados Chapa, nos hacen falta, se hacen necesarias. Y ahora también se marchó la de Carlos. Siento en lo personal una enorme tristeza y una nostalgia caladora. No correspondo a su generación, pero su ausencia me alcanza de la misma forma que lo hace con todos aquellos que algunas vez nos acercamos a escucharlo, a leerlo. Debo decir que siento afortunado de haber podido coincidir en el tiempo con él. Yo también podré hablar en un futuro, a las generaciones que vienen, de Carlos Fuentes, de su agudeza crítica, de su narrativa cautivadora. Lo presencié. Por otra parte, me encuentro a estás horas de su fallecimiento, preocupado y entristecido porque en mi generación y en las que le siguen, ya no tenemos esas voces, esas personalidades de tal presencia, de tal autoridad. Ya no los hay. Y sin ellos nos quedamos sin guías en el camino, así es como hemos venido andando nosotros, “las nuevas generaciones”. El intelectual hace rato que pasó a ser cosa del rincón y los pocos que lograban todavía cimbrar la opinión pública ya no están mas. Nos quedan sus libros para siempre, pero quienes pudimos escucharlo en alguna ocasión sabemos que esa voz, su voz, será insustituible, añorada y eternamente necesaria. Nos deja un enorme legado, unas ganas tremendas de leerlo y releerlo. Una motivación para seguir en el bando de la crítica, del análisis, del pensar. Una inspiración incomparable a la hora de escribir, de leer y de cuestionar. Estas palabras, seguramente poco cuidadas, salen como salen las lagrimas. En tu ausencia Carlos no queda mas que recordarte y agradecerte todo lo que nos enseñaste.

Descanse en paz Carlos Fuentes.

Rafael González - Contenidos EMET