Expropiación Petrolera Argentina; Calderón en apoyo al gobierno español. (Lilia Arellano)

 

Es claro que la postura de Calderón no podría ser distinta a la manifestada ya que sobresale que apenas hace unas cuantas semanas se dio el lujo de firmar un acuerdo de explotación petrolera transfronterizo

No pasó mucho tiempo antes de que Felipe Calderón diera a conocer su posición con respecto a la decisión adoptada por la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, para nacionalizar la petrolera YPF-Repsol. Calificó la decisión como “muy lamentable”, al tiempo de señalar que es muy poco responsable y muy poco racional, precipitada”. Llevó sus expresiones más allá de lo correcto marcado no sólo en la diplomacia sino en su papel de caballero al comentar que nadie en sus cinco sentidos sabe que hacen bien estas acciones. Lo que hizo Fernández, agregó, no lleva a nada y perjudica a su país “si queremos dar empleo no es con proteccionismo ni con expropiaciones, sino con comercio e inversiones recíprocas”.

Es claro que la postura de Calderón no podría ser distinta a la manifestada ya que sobresale que apenas hace unas cuantas semanas se dio el lujo de firmar un acuerdo de explotación petrolera transfronterizo, mismo que posteriormente le fue aprobado por los senadores y que de acuerdo a las determinaciones adoptadas por su gobierno ha sido un gran negocio ir entregando de una u otra forma el oro negro a cambio de mantener el nivel de gastos de su administración con todo lo que ello implica. Lo que resulta más que absurdo es la forma en la que expresa el renglón “ si queremos dar empleo”, cuando si ha tenido un sello este sexenio es el del desempleo y la pobreza.

Mañana cuando llega Mariano Rajoy, jefe del gobierno español a México, se sabrá de manera oficial la postura que adoptará Felipe Calderón con relación a la decisión del gobierno de Argentina de nacionalizar la petrolera YPF-Repsol, y vaya que la posición es en extremo delicada ya que por un lado está la conveniencia del área y la postura que adoptarán otros países como Venezuela, Ecuador, Brasil, Cuba, Nicaragua, entre otros y la que a todas luces es altamente conveniente para el gobierno de los Estados Unidos sin dejar de lado que fue precisamente la Cumbre de las Américas y lo que ahí se dijo y que no trascendió, lo que llevó a Cristina Krissner a dar el gran paso.

Según el canciller español José Manuel García Margallo, el gobierno de su país espera del mexicano un total apoyo ya que, sostuvo, ambos resultan afectados. Flaca memoria la del canciller y la del ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Manuel Soria. Habría que recordarles que no han transcurrido ni dos meses de que esa empresa pretendió eliminar a Petróleos Mexicanos de la lista de sus socios sin importar el descalabro que pudiera sufrirse en ese renglón. Para ellos, se ha roto un principio de seguridad jurídica que afecta a cualquier inversor internacional, sin embargo en contraparte aparecen las acciones que se han dictado tanto en Venezuela como en Brasil con sus respectivas petroleras y los beneficios que estas naciones han recibido están a la vista.

Ambos funcionarios fueron muy enfáticos cuando subrayaron que esta expropiación “rompe el clima de cordialidad y amistad que ha presidido las relaciones entre dos países”. E incluso hablaron de las diferencias que tiene el gobierno federal de nuestro país con el argentino “por medidas proteccionistas, en concreto por las medidas por la venta de autos mexicanos en Argentina”.

Patricia Espinosa, titular de Relaciones Exteriores, ya confirmó que han aceptado la petición de ayuda de España en su diferendo con Argentina, sin embargo, se espera que pueda haber algunos cambios debido a la brusquedad de las declaraciones de Calderón y a la postura que se verá en el terreno local frente a las decisiones argentinas y sobre lo que se ha venido presentando en torno a la exploración, explotación, distribución de los hidrocarburos y sobre todo la importación de combustible que ha llevado a un aumento cada vez más difícil de cubrir en el precio de todas las gasolinas, incluyendo el diesel y lo que esto significa para la industria y para el campo.

No suenan nada tranquilizantes las expresiones, el lenguaje utilizado por los ibéricos en este tema ya que advierten que adoptarán las medidas que consideren convenientes en defensa de los intereses legítimos de Repsol y todas las empresas en el exterior y porque perjudica a millones de pequeños accionistas de Repsol. “Cualquier gesto de hostilidad hacia una empresa española se interpreta como hostilidad contra España y contra el gobierno español y la decisión del gobierno argentino es decisión hostil contra Repsol, contra España y el gobierno”. Y eso, ¿es una declaratoria de guerra solamente comercial?

Porque según señalaron los funcionarios españoles están a la espera de que esta decisión de los argentinos no sea el principio de toda una escalada en contra de otras empresas españolas con inversiones en ese país en los sectores financiero, de telecomunicaciones y el energético. Aquí de nueva cuenta habría que recurrir a la memoria para poner en blanco y negro los sucesos en el renglón turístico y de inversiones de esa Península europea, ya que para el entonces presidente panista Vicente Fox fue más fácil despedir a su secretario de Medio Ambiente que obligar a los inversionistas a respetar la reglamentación urbana y la densidad en Cancún, Quintana Roo, y hasta perdón le pidió al rey que fue quien intercedió por los hoteleros.

Así, en tanto que en otros países se privilegia el interés del pueblo por encima de los que pueda tener cualquier otra Nación, en el nuestro los temores dizque a perder la confianza hacen que las autoridades a las que mantenemos con el pago de nuestros impuestos se muestren y demuestren su total debilidad ante cualquier queja proveniente del exterior y de los capitales. Bruno Ferrari, el titular de Economía, se mostró mas cauteloso en sus declaraciones y sostuvo que habrá que contar con toda la información, actuar con cautela.

Por su parte los de Repsol señalan que la decisión argentina de expropiar el 51 por ciento de YPF controlada en un 57.4 por ciento por la española es “manifiestamente ilícita y gravemente discriminatoria”. Es aquí donde nos preguntamos ¿las decisiones de las naciones no son total y absolutamente respetables? Dicen los empresarios que hasta ahora no se ha justificado la utilidad pública que se persigue con esta decisión que supone un “patente incumplimiento” de las obligaciones asumidas por el estado argentino. El valor patrimonial de las acciones de esta empresa alcanza los 4 mil 122 millones de euros, aunque mantienen un préstamo con el grupo Petersen valorado en mil 542 millones de euros. 

Aún con estos números proporcionados por la petrolera, doña Cristina Fernández ordenó la intervención inmediata de YPF-Repsol y envió al Congreso el proyecto de expropiación del 51 por ciento de las acciones de esa empresa. Obviamente la Bolsa de Valores en la capital argentina suspendió la cotización de estas acciones y funcionarios argentinos se presentaron en las instalaciones para expulsar a los ejecutivos. Para no agrandar el problema en esos momentos, le ordenaron a Antonio Gomis, director general de la petrolera en Argentina, que ordenara que todos tomaran sus pertenencias y abandonaran el edificio.

El proyecto de Ley de la presidenta de Argentina contempla 19 artículos y advierte que en esta expropiación el 51 por ciento de las acciones estarán en poder del estado y el 49 por ciento restante se distribuirán entre las provincias. La valoración de la compañía será efectuada por el tribunal de tasaciones; en el mismo texto se faculta al Ejecutivo y al interventor del Estado en la empresa a “adoptar todas las acciones y recaudos necesarios hasta que asuma el control de YPS, S.A. a efecto de garantizar el abastecimiento de hidrocarburos”.

Con todo y que el lunes a media tarde Calderón fijó una postura con relación a este tema habrá que esperar la reacción de todos los sectores con respecto a la decisión final, a la que ubicará a México dentro de un mapa que puede llevarnos a perder el poco respeto que aún se nos tiene como nación independiente.

Lilia Arellano