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En Argentina, no hay marcha atrás. (Lilia Arellano)

En Argentina, no hay marcha  atrás
A pesar de que Argentina tiene cientos de millones de dólares pendientes de pago por fallos contrarios en tribunales arbitrales internacionales, su posición es firme frente a Repsol y el gobierno español que encabeza Mariano Rajoy


Al participar en la sesión del Foro Económico Mundial, en Puerto Vallarta, Jalisco, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, advirtió que trabajará para revertir la expropiación de la petrolera YPF, filial de la española Repsol. Mientras, en Madrid, Antonio Brufau, presidente de Repsol, anotó que se exigirán 18 mil 300 millones de dólares a Argentina por la expropiación de su filial, a través de un arbitraje internacional para lograr una compensación y que harán uso de todo un abanico de demandas constitucionales, administrativas, mercantiles, civiles y de valores por los “daños causados”. La respuesta del gobierno argentino que encabeza Cristina Fernández fue contundente: a través de Axel Kicillof, viceministro de Economía y nombrado como subinterventor en YPF, sostuvo que Argentina no pagará a la empresa española Repsol el monto que exige por la expropiación.
El fondo de la expropiación de YPF en Argentina la dejo entrever el propio presidente de Repsol, Antonio Brufau,  quien consideró en Madrid que el reciente descubrimiento de un campo petrolífero en ese país está detrás de la acción nacionalista emprendida por Cristina Fernández, a quien acusó de expropiar su filial para tapar su propia crisis económica. Por eso, no es de extrañar que durante un histórico discurso en el Senado argentino, Kicillof subrayara: “no les vamos a pagar lo que ellos dicen (…) La valuación de YPF será en base a datos objetivos no a especulaciones bursátiles”. Y agregó: “estamos en condiciones de decir que los números hablaban acerca del valor de la compañía, de manera imprudente, van a ser revisados a medida que vayamos conociendo vericuetos e información secreta que la empresa manejaba”. Además, argumentó, Repsol “tuvo una rentabilidad superior al promedio y no invirtió en consecuencia”. El viceministro de economía también sugirió que Repsol financió en los últimos años su expansión internacional “exprimiendo” a YPF debido a los dividendos que la compañía distribuyó.
Según información difundidas por las agencias internacionales de noticias, como Reuters, la capitalización del mercado de YPF es actualmente de unos 10 mil 400 millones de dólares, luego de que las acciones de la firma perdieron cerca de un tercio de su valor en lo que va del 2012 ante las constantes presiones de Argentina para que incremente las inversiones y el temor a una expropiación. Las acciones de Repsol y de su accionista Sacyr cayeron en un 6.06 por ciento y un 5.92 por ciento, respectivamente, en el mercado de valores de Madrid. En Buenos Aires, las acciones de YPF se hundían a un 5.17 por ciento a 110 pesos.
A pesar de que Argentina tiene cientos de millones de dólares pendientes de pago por fallos contrarios en tribunales arbitrales internacionales, su posición es firme frente a Repsol  y el gobierno español que encabeza Mariano Rajoy, quien en México expresó su malestar por la decisión del gobierno argentino y señaló que esa determinación “hace mal a todos” y advirtió que la expropiación de YPF afecta las inversiones en el conjunto de América Latina.
El Foro Económico Mundial en Vallarta se convirtió este martes en un evento de resonancia internacional en torno a la expropiación de la principal empresa petrolera que opera en Argentina de capital español: Felipe Calderón reiteró su rechazo a la expropiación y señaló que América Latina debe rechazar el proteccionismo e impulsar el comercio y la inversión; el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, reconoció estar preocupado por los efectos que pueda tener la expropiación de YPF por parte de Argentina, porque Pemex es propietaria de 10 por ciento de Repsol, a su vez dueña de YPF; Enrique Peña Nieto, el candidato presidencial priísta, manifestó que respeta la decisión del gobierno argentino, pero aclaró que no la comparte por restar confianza al sector privado para la inversión. Contrario a lo que sucede en el país del Río de la Plata, el mexiquense reiteró su posición política y económica en la materia al reiterar su propuesta para realizar una reforma energética que de apertura al sector privado en las áreas de exploración y refinación en la industria petrolera.
También la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, reiteró su posición privatizadora en torno a Petróleos Mexicanos. En el mismo foro, criticó la expropiación de Repsol y revivió la propuesta de los bonos ciudadanos, hasta 51 por ciento de las acciones, para capitalizar a Pemex. “Lo último que tendría en mi agenda sería la expropiación”, dijo la panista quien otra vez parece olvidar cuestiones fundamentales que deben ser tomadas en cuanta en sus participaciones en público, como el hecho de las diferentes circunstancias que se enfrentan en Argentina respecto a las que hay en México, en donde la principal empresa petrolera, Pemex, es paraestatal, por lo que no podría ser expropiada, todo lo contrario de YPF, que es una compañía privada de capital español.  Doña “chepina” sigue regando el tepache como dicen por aquellos lares y empujando obcecadamente la privatización de Pemex.
Por el contrario, Andrés Manuel López Obrador exigió que el gobierno federal explique los “privilegios” y contratos –como el de explotación de gas en la Cuenca de Burgos y el que se ejecutó para comprar gas del Perú por 20 mil millones de dólares- que se han dado a la española Repsol en el sector energético mexicano. El silencio en el sector oficial fue lo único que siguió a su exigencia. Pero en el Congreso, diputados y senadores del PRI, PRD y PVEM criticaron la postura de Felipe Calderón. El senador perredista Pablo Gómez amonestó: “Calderón se porta majadero, es una decisión soberana de un país como la que tomó el General Lázaro Cárdenas en su momento, que expropió los bienes de las compañías petroleras extranjeras”.
El coordinador de los diputados del PRI, Francisco Rojas, afirmó que la Presidenta Cristina Fernández  de Kirchner tomó una decisión soberana, en un país democrático y en uso de sus facultades  correspondientes. Por lo mismo, merece todo nuestro respeto”. Su compañero de partido, el senador Francisco Labastida, presidente de la Comisión de Energía de la Cámara alta, consideró desafortunado el pronunciamiento de Calderón y dijo que sólo daña las relaciones entre México y Argentina, y apuntó que el inquilino de Los Pinos se saltó la Constitución que establece cómo hay que conducirse en política exterior. También el coordinador de los senadores del PVEM, Arturo Escobar, señaló: “no me gustó el lenguaje que utilizó (Calderón), fue un lenguaje ofensivo hacia un hermano país latinoamericano que tomó un definición”.
Lilia Arellano - Opinión EMET