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EL SPOT POLÍTICO: la cápsula de sueños y el abandono de las ideas y la razón. (Rafael González)

EL SPOT  POLÍTICO: la cápsula de sueños y el abandono de las ideas y la  razón
Lo mas grave de este caso es que los inalcanzables políticos lo saben, entienden que el electorado promedio no es capaz de aventurarse al esfuerzo intelectual, al menos no mas allá del que está acostumbrado


La ley del menor esfuerzo es una de las mas notables características de las nuevas generaciones; de estos nuestros tiempos. Parece haberse metido en cada rincón, cual humedad proliferante.  Esta actitud de conseguir todo con el menor esfuerzo y de manera inmediata también encuentra sus mejores expresiones en terrenos sociopolíticos y en plena época de elecciones presidenciables se distingue de manera mas clara. Los candidatos políticos suelen desdeñar el debate, el análisis y la reflexión para privilegiar el spot político como la vía corta, la menos comprometida y la más efectiva para conseguir el voto, para “convencer”, para lograr el mejor posicionamiento entre el electorado. Y nosotros les compramos el juego porque es más fácil tener una opinión y una posterior decisión basada en lo que dice el spot, en como salen a cuadro, en si sonríe o no, en si sale rodeado de gente o no, si la música de fondo nos gusta o no y un sin fin de aspectos mas totalmente intranscendentes, irrelevantes y triviales. Pero que asumimos como contundentes y definitorios dejando a un lado, al igual que hacen los políticos, el análisis de sus proyectos y la reflexión en sus propuestas.

El éxito del spot en mucho se debe a esta apatía y desinterés de la gente por acercarse y conocer lo que su tan desprestigiada clase política le puede (dice) ofrecer. Ante el compromiso y el esfuerzo que esto significa, optamos por sentarnos cómodamente y dejarnos bombardear por promesas encapsuladas en 30 segundos lanzadas desde el televisor y la radio. Lo mas grave de este caso es que los inalcanzables políticos lo saben, entienden que el electorado promedio no es capaz de aventurarse al esfuerzo intelectual, al menos no mas allá del que está acostumbrado, y entonces de igual forma, ésta distinguida clase, asume la postura más cómoda, la de dirigirse a su gente a partir de las apariencias, de las superficialidades y de lo ficticio, es decir, a través del discurso hueco, vacío, del montaje hecho únicamente para televisión. Y así el spot termina siendo el vehículo mejor aceptado, por unos y por otros, para vender y comprar un producto, como si se tratara de un nuevo shampoo, del nuevo disco del grupo de moda o peor aún, de la nueva telenovela. El no pensar nuestras propias decisiones tiene consecuencias muy graves y como país no estamos pensando, ni unos ni otros. La única forma que podemos cambiar esto es precisamente pensando, nosotros los de abajo, los que tenemos la capacidad de decidir. Pensar significaría obligarlos a pensar a ellos también, a los inalcanzables y prestigiados políticos de México y entonces buscarían una mejor forma de dirigirse a nosotros, pero sólo entonces.
Rafael González - Contenidos EMET