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De acuerdo a las teorías de Sigmund Freud, el miedo es algo aprendido. Para otros teóricos, el miedo se provoca por la percepción de un peligro real o supuesto con eventos anteriores, presentes e incluso futuros.
Pero la concepción del miedo colectivo de acuerdo al momento cultural es un asunto para analizar en la actualidad de nuestro Mèxico bajo el pretexto de que el ruido de una motocicleta –o dos— con el escape abierto, provocó una estampida el sábado anterior en la Plaza de los Fundadores en San Luis Potosí, previo a la quema del “Judas”.
Los relatos del incidente apuntan a que al escuchar el ruido producido por el vehículo en cuestión, las personas ahí congregadas pensaron que se trataba de una balacera provocando pánico entre los asistentes, y la necesidad de huir de muchos ocasionándose heridas entre algunos de los presentes, otros con crisis nerviosas y extravíos momentáneos.
Luego del incidente, los dueños de los vehículos de motor a dos ruedas fueron detenidos y acusados de terrorismo. Pero más allá de que los empleados de una tienda Electra, tenedores de las motocicletas sean o no los causantes de la estampida, no lo pueden ser del origen del pánico.
La antropóloga estadounidense Catherine Lutz, ha estudiado la variabilidad cultural del miedo y determina que una sociedad siente miedo al magnificar la información que tiene.
La historiadora Joanna Bourke, en su estudio “El miedo una historia cultural” revela que éste, como sentimiento individual o colectivo, varía con la épocas y los contextos históricos.
Bourke ejemplifica como un hecho que sucede repetitivamente en una sociedad provoca temor en el mismo momento que en lo individual o en grupo se reconoce cualquier indicio real o supuesto del evento repetido.
La tesis final de Bourke es lo que nos debe llevar a una reflexión sobre quien o quienes son los verdaderos causantes del terror aprendido como sociedad mexicana.
Bourke concluye que el miedo es un arma de dominación política, de control social e incluso un arma de guerra.
Otros autores denuncian que el uso político del miedo o del terror como forma de control de los gobernados, crea escenarios falsos de inseguridad entre la misma población.
Así que más allá de culpar de terrorismo a los jóvenes tenedores de dos motocicletas en San Luis Potosí por provocar con el ruido del motor de una de estas, pánico, estampida y caos, habría que profundizar en las verdaderas causales de un México apanicado en donde todo se partidiza y politiza.
Acta Divina…En agosto del 2011, la Procuraduría General de Justicia del estado de Veracruz, detuvo a dos usuarios de twitter y los acusó de terrorismo por difundir mensajes de ataques terroristas a escuelas. Mensajes que provocaron psicosis entre la población.
Claudia Rodríguez - Opinión EMET