Condolencias Calderón. (Claudia Rodríguez)

 

Pero Calderón nunca podrá enviar condolencias, ni mucho menos enunciar el nombre de al menos 9 mil muertos que durante su administración perdieron la vida en el marco del combate al crimen organizado.

Este fin de semana, el twitter del señor Felipe Calderón tuvo un tópico común, y no fue otro que las condolencias a familiares por los decesos de Jorge Carpizo McGregor, Miguel de la Madrid Hurtado y Pablo Gómez del Campo.

Luego del deceso del jurista Carpizo el viernes pasado, Calderón publicó el siguiente tweet: “El doctor Carpizo era una gran mexicano, un auténtico hombre de Estado.  Le conocí cuando estaba al frente de  la CNDH”.

Vino después la muerte del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, de origen priísta –umbral que le produce urticaria verbal a Calderón— y el comentario en twitter fue el siguiente:  “Expreso mis más profundas condolencias a la familia De la Madrid, especialmente a Enrique, destacado excolaborador de esta Administración”.

El lunes por la mañana falleció Pablo Gómez del Campo y las indulgencias en el twitter no se hicieron esperar: “Le envío un abrazo a @marianagc por el fallecimiento de su hermano Pablo, durante muchos años colaborador de la CNBV, así como a su familia”.

Pero Calderón nunca podrá enviar condolencias, ni mucho menos enunciar el nombre de al menos 9 mil muertos que durante su administración perdieron la vida en el marco del combate al crimen organizado, encabezado por el Ejecutivo calderonista.

Ya desde hace un año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos

(CNDH), señalaba que el actual sexenio panista, cerraría con más de 5 mil personas reportadas como desaparecidas y alrededor de 9 mil cuerpos sin identificar.

Fueron las fosas clandestinas encontradas con decenas de cuerpos en diferentes puntos del país, lo que movió al gobierno federal ha ofrecer  poner en marcha, mecanismos que permitieran la identificación de los mismos por familiares. 

“Plataforma Mèxico” fue el programa que se brindó como de alta tecnología para lograr hacer cruces de información para que todos aquellos que buscaran a sus familiares desaparecidos, se sirvieran de ésta y encontrarlos vivos o muertos.

Pero son muchos los testimonios que dudan de tal premisa, tras vivir en carne propia los tropiezos con esta tecnología y no obtener los resultados ofrecidos.

No son pocos los cuerpos sin identificar que fueron cegados de la vida en circunstancias violentas y aunque Calderón afirma que las muertas provocadas en su lucha en contra del crimen organizado son en su gran mayoría –sino en su totalidad— por enfrentamientos entre bandas criminales, aún hay muchos familiares que buscan a los suyos con la esperanza de enunciar su nombre y con certeza darles el adiós.

Pero en el cajón de las condolencia s de Calderón, los sin nombre no tienen cabida.

Acta Divina… La CNDH, recibió hasta noviembre de 2011, los registros de 16 mil 800 personas desaparecidas durante el actual sexenio.

Claudia Rodríguez - Opinión EMET