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El Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUR), Antonio Guterres, reporta por su parte que la disputa por el control de rutas entre los cárteles en México es la principal
El Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUR), Antonio Guterres, reporta por su parte que la disputa por el control de rutas entre los cárteles en México es la principal causa del desplazamiento de unas 160 mil personas, tan sólo el año pasado. Los estados que han registrado mayores desplazamientos son Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Durango, Sinaloa, Michoacán y Guerrero. En lo que va de este año se calcula que han dejados sus hogares unas 24 mil 500 personas tan sólo en la fronteriza Ciudad Juárez. Dicho desplazamiento es consecuencia natural de la disputa de territorios no sólo entre los cárteles de la droga sino de las fuerzas federales que presuntamente las combaten.
Según las últimas estimaciones de Stratfor sobre el estado actual de la guerra calderonista al narco, en los últimos meses el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) se convirtió en una fuerza real de poder por su alianza con Joaquín “El Chapo” Guzmán, que lo ha utilizado como brazo armado para enfrentar con mayor contundencia a “Los Zetas”. CJNG opera ya en siete estados del país, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Morelos, Guanajuato y Veracruz, expansión que lograron en tan sólo seis meses, tiempo en el cual se convirtieron uno de los grupos criminales con mayor capacidad operativa en el país. Por su lado, “Los Zetas” mantienen su predominio en las entidades pegadas al Golfo de México, y se han atrincherado en Nuevo Laredo, Tamaulipas, una de las plazas más redituables para el trasiego de drogas, toda vez que es el punto fronterizo por donde entran más camiones a Estados Unidos que cualquier otro.
Reportes de organizaciones no gubernamentales, defensores de derechos humanos e investigaciones periodísticas insisten, documentan y revelan que las víctimas de la guerra calderonista superan las 61 mil, mientras que los “desaparecidos” suman más de 10 mil. Datos oficiales no existen simple y sencillamente porque a la administración calderonista no le conviene sistematizarlos y difundirlos, por lo que dejaron de darlos a conocer a la opinión pública desde principios del 2011, cuando ya sumaban 47 mil las bajas de esta guerra declarada tan sólo para darle un poco de legitimidad al michoacano, lo cual tampoco ha alcanzado, y que ha servido perfectamente para consolidar el predominio militar de Estados Unidos sobre el continente.
El despilfarro de recursos en esta absurda conflagración militar es vergonzosa. La actual gestión destinó en cinco años -según datos oficiales del Quinto Informe de Ejecución del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, enviado a la Cámara de Diputados la semana pasada- 741 mil millones de pesos a seguridad, justicia y defensa nacional, que se fueron al bote de la basura en el mejor de los casos y en el peor a los bolsillos de los funcionarios calderonistas, entre los que se cuentan mandos militares y navales. Con la actual estrategia, las cárteles y otras organizaciones criminales ya remplazaron funciones del Estado en diversas regiones, como lo reconoció el propio Felipe Calderón en la Cumbre de las Américas de Cartagena, Colombia. Las organizaciones criminales se han fortalecido no sólo militarmente sino también económicamente. En el sector financiero nacional, la Secretaría de Hacienda detectó que el crimen organizado blanqueó 10 mil millones de dólares, tan sólo el año pasado.
El fracaso de la estrategia para presuntamente combatir organizaciones criminales impuesta desde Washington por el presidente Barack Obama a México y Colombia, principalmente pero también a la región centroamericana –y que se extenderá a toda Sudamérica y África-, es inocultable, por lo que un grupo de presidentes latinoamericanos, con el mandatario de Guatemala al frente, Otto Pérez, cuya nación ha sido devastada por los cárteles, demandaron cambiarla en la pasada Cumbre de las Américas, pero no lo lograron por la necedad de los estadounidenses que se empeñan en mantener abastecidos de drogas a sus más de 30 millones de adictos y a cuidar lo que se ha convertido en el principal pilar económico de sus sistema financiero, las ganancias derivadas de la venta de armas y del narcotráfico que “se lavan” sin problemas en bancos de ese país, y a las que se suman también las derivadas del tráfico de personas, que dejan , según la ONODC (Oficina de la ONU contra la droga y el delito), 6 mil millones de dólares anuales. A lo más que se llegó por las demandas de los mandatarios latinoamericanos fue a un acuerdo –no firmado- para revisar los resultados de la lucha antinarco en el continente y “explorar nuevos enfoques”, no más.
Por el contrario, la estrategia de Obama no sólo no va a cambiar sino que se va a agudizar y aplicar a nivel hemisférico. Fue precisamente Felipe Calderón, en el papel protagónico de testaferro de Obama, quien dio a conocer esa determinación del Pentágono estadounidense al anunciar la creación de un Sistema Interamericano contra el Crimen Organizado, como “un acuerdo” alcanzado en la VI Cumbre de las Américas, que presuntamente tuvo el “respaldo unánime” de los 33 países participantes. México ya realizó la programación de ejercicios conjuntos, del 2 al 9 de mayo próximos en la estación naval de Corpus Christi, Texas, con los ejércitos de Estados Unidos y Canadá para preparar combates contra los cárteles del narcotráfico. Desde el año pasado, militares mexicanos se integraron a los ejercicios del Grupo de Guerras Asimétricas, integrante de la élite del ejército de Estados Unidos, en los que se preparan para atacar cárteles del narcotráfico mexicanos, terroristas de diversos lugares y pandillas centroamericanas, por lo que la violencia en el país lejos de disminuir se va a ampliar y a acentuar.
La próxima semana, del 23 al 26 de abril, Felipe Calderón, en su calidad de “gerente” de México, realizará una visita de trabajo a Washington y Houston, en Estados Unidos. El inquilino de Los Pinos va a reportarse el martes 24 con los integrantes de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, quienes le entregarán un reconocimiento –seguramente como empleado del mes-; un día antes, presentará un informe sobre el estado que guarda México, la cátedra Henry Kissinger (intervenciones militares, negociaciones secretas, búsqueda de intereses específicos a toda costa), en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. También se reunirá con el presidente del Banco Mundial, con quien acordará las “prioridades” de la presidencia mexicana en el Grupo de los G20.
Y como Obama ya inició su campaña para atraer el voto latino, ahora si Calderón se reunirá con integrantes del Caucus Hispano de la Conferencia Hispana y del Grupo de Amistad México-Estados Unidos del Congreso de ese país. El miércoles en Houston también sostendrá encuentros con la comunidad mexicana asentada en esa ciudad, así como con directivos y líderes del sector privado. De acuerdo con el oficio que envió la Secretaría de Gobernación al Senado de la República, el martes por la noche, la fundación Caucus Conservacionista Internacional otorgará al michoacano el Premio Teddy Roosevelt a la conservación del medio ambiente, lo cual parece una broma de mal gusto, dados los resultados o la falta de resultados que se registran en esa materia en México.
Lilia Arellano - Opinión EMET
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