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Se dice que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe aún más, pues lo hace de manera absoluta a quien lo ejerce.
Camilo Ramírez Garza
“El poder es el poder señores”
Elba Ester Gordillo
Elba Ester Gordillo
Podríamos plantear que es parte de la condición humana ejercer un mínimo de poder, violencia y control sobre la naturaleza, el otro, el semejante y el propio cuerpo. (Cfr. Zizek, Slavoj Sobre violencia: reflexiones marginales, Ed. Paidós) No es casualidad que sean esas mismas tres vías (lo natural, el cuerpo y los lazos con los demás) las que Freud identificó como fuentes de sufrimiento para los humanos en “El malestar en la cultura”. Pero ese mismo poder mediante el cual se trastoca, moldea y explota lo natural, el otro, etc. puede ejercerse con una reducción del otro a simple objeto (Biopoder, nazismo, mercado, Estado, iglesia) en donde los humanos son tomados como “simple piezas” para lograr –en el caso de la clase política- servir, sino servirse de la ciudadanía, con la contraparte de que dicha ciudadanía ceda sus derechos al Estado, claro está. Desde esta óptica, no se diferenciaría estructuralmente el Estado del narco y el mercado, pues compartirían un mismo modus operandi: tomar el control del otro a toda costa para el propio beneficio, diferenciándose solo en las acciones y estrategias (contexto) empleadas para lograrlo y ejercerlo (la intimidación, la extorsión, el secuestro, el asesinato; la guerra sucia, el control de los medios, spots, clichés televisivos, mercadotecnia, etc.).
El ejercicio del poder, en ese sentido, puede también realizarse mediante el servicio de gestión de recursos para una comunidad y un país, en donde el Estado es garante de mejorar las condiciones de existencia de sus ciudadanos, a diferencia de poseer el control por el simple hecho de poseer el control para explotar, humillar y desaparecer al otro, es decir, para reducir al otro al silencio –con lo que la participación del otro implique. No por nada esas son dos facetas de las dictaduras: la desaparición forzada, cuando no el asesinato, así como el silenciar al resto mediante la intimidación y la reclusión en penales y manicomios. Sin embargo en muchos países no se requieren dichas medias extremas, pues éstas se realizan veladamente mediante estrategias publicitarias con la misma vía que cualquier comercial de un x producto.
En eso se puede conocer a alguien -además en cómo decía mi abuela verle tomar alcohol- en verle cómo ejerce el poder: sirve o se sirve, explota para sí y los suyos exclusivamente o es factor de gestión de recursos y medios para grupos cada vez más amplios de una comunidad y un país. De ahí que muchos lideres (políticos, religiosos, educativos, militares, científicos, etc.) solo ejerzan el control, explotación y reducción del otro a simple medio para poseer el poder, intentando diferenciarse del que suponen el explotado, el esclavo, evidenciando su verdadero objeto de fascinación: ellos mismos, su poder, su verdad. ¿Podría México, de cara a las elecciones 2012, diferenciar tales usos y abusos del poder en sus candidatos presidenciales?
http://columnacamilo.jimdo.com
Twittter: @CamiloRamirez_
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Camilo Ramírez Garza - Opinión EMET
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