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El día de ayer el señor Felipe Calderón desde el Auditorio Nacional en el Distrito Federal, tomó el micrófono para decir lo que “su gobierno” ha realizado. Lo cual es más una acción autocrática que democrática.
Felipe Calderón divulga la premisa de que gracias a él, México está mejor de lo que hubiera cursado con otro gobernante y a la par, mandó un mensaje a los próximos electores del primero de julio en el sentido de que lo mejor es optar por la misma fórmula panista. Aunque habría que anotar, que el propio Calderón no está del todo convencido de entregarle la estafeta a la señora, la dama, la mujer: Josefina Vázquez Mota.
Calderón se auto asume como “Un gobierno democrático que rinde cuendas”. Pero la exposición de sus “logros” o simplemente de las acciones de gobierno y administración que se han ejecutado, son más por acuerdos cupulares que por decisiones donde se tome en cuenta, no la voz directa de los gobernados, sino al menos sus verdaderas necesidades.
El todavía inquilino de Los Pinos, señala que durante su administración la pobreza no creció como algunos de sus críticos señalan y que por el contrario, México tiene hoy en día una red de protección social efectiva para las familias más pobres.
Del ámbito salud, Felipe Calderòn afirmó que hoy todos los mexicanos tienen acceso a ésta --cuestión que no es del todo cierta—, y que en la educación, se inició una transformación profunda. Respecto a estos dos últimos rubros, y en el tenor de rendir cuentas, Calderón tendría que responder si el acceso a los servicios de salud es de la misma calidad para todos los mexicanos y de la educación, si esa transformación que se presume es positiva o negativa.
Pero sin lugar a dudas, la joya de la corona que presume Felipe Calderón, es su maniobra para combatir al crimen organizado.
Con manotazos y gritos, Calderón afirmó que su maniobra en contra del narco, permitirá al próximo presidente del país no encontrarse con un territorio tomado por el narco, lo que así hubiera sucedido de no realizar acciones para mermar al crimen como no lo hicieron otros gobiernos (léase los priístas).
Un gobierno democrático no se presume frente a un auditorio en donde los asistentes pertenecen a las Fuerzas Armadas, a las dependencias del sector federal, al Ejecutivo, al Legislativo y al Poder Judicial, y a alguno que otro representante de las organizaciones civiles. Un gobierno democrático se vive.
Acta Divina… En su mensaje del día de ayer en el Auditorio Nacional, el presidente Felipe Calderòn advirtió: “… si no hubiera intervenido, apenas a tiempo, quizá una parte del territorio nacional estaría dominada por capos…”.
Claudia Rodríguez - Opinión EMET