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Mario Vargas Llosa y la tecnócrata surgida de las filas conservadoras. (Guillermo Fabela)


Mario Vargas Llosa y la tecnócrata surgida de las filas  conservadoras
Tampoco podemos saber cuáles son sus fuentes para afirmar que Felipe Calderón ha dado una lucha firme contra la violencia y la corrupción, cuando es un hecho que ambos flagelos son actualmente los que más están socavando el futuro de México.



Según el premio Nobel de Literatura, la candidata del PAN es una “mujer inteligente, demócrata profunda, liberal, que ha luchado por la transparencia, la honestidad, ha contribuido de manera realmente admirable a la democratización de su país después de tantos años de dictadura perfecta, que felizmente no era tan perfecta”. No podemos imaginar en que se basa Vargas Llosa para hacer tal descripción de la tecnócrata surgida de las filas conservadoras que tuvieron en el dictador Augusto Pinochet a su paradigma de mandatario ideal.

Tampoco podemos saber cuáles son sus fuentes para afirmar que Felipe Calderón ha dado una lucha firme contra la violencia y la corrupción, cuando es un hecho que ambos flagelos son actualmente los que más están socavando el futuro de México. No se puede afirmar que la democracia comience y termine en la libertad de pensamiento, en el libre tránsito de personas, en poder hablar y escribir críticas bien fundadas contra el grupo en el poder, de acuerdo con el concepto que tienen Vargas Llosa y la señora Vázquez Mota de la democracia. Esta tiene sentido cuando crea las condiciones sociales, económicas y políticas para que las clases mayoritarias tengan posibilidades concretas de llevar una vida mejor.

En su intervención en el foro mencionado, la abanderada del partido blanquiazul dijo que “muchas cosas buenas han sucedido en México” en las últimas tres décadas. Sólo que no mencionó una sola, porque para la inmensa mayoría de mexicanos lo sucedidos de entonces a la fecha ha sido muy negativo: creciente pérdida del poder adquisitivo, como en ningún otro país de la región; abatimiento real de los niveles de vida de los trabajadores, fenómeno que influye en más desigualdad y mayor reducción del mercado interno; desempleo en ascenso, al grado de que 14 millones de personas s ubican en la economía informal para subsistir, cifra que va en aumento.

Según Vázquez Mota, “tenemos sectores de alta competencia y fuertes instituciones”, lo cual es cierto pero a medias, en cuanto que al paso de los años, y sobre todo en la última década, se han visto seriamente frenados por la incapacidad de los gobiernos panistas para impulsar políticas públicas que promuevan un desarrollo integral y favorezcan la vida institucional del país. Los hechos así lo patentizan, el más evidente de ellos la incesante violencia que tiene asolada a la nación, con más de 60 mil muertos como saldo trágico, que a su vez abrió la puerta para la instauración de un Estado policíaco, fuertemente pertrechado para reprimir al pueblo, en caso de que sea necesario.

Para hacer creer a sus oyentes, en el seminario que se realizó en la Universidad de Lima, que el PAN representa el futuro, dijo que “hay otros (sectores) atrapados en el pasado, con una mirada nostálgica que no permite sacar lo mejor de los mexicanos”. Si hay nostálgicos en este país, son los conservadores que quisieran que México regresara a los tiempos en los que la aristocracia era dueña y señora de vidas y haciendas. El neoliberalismo, precisamente, es el modelo económico que se estableció con la finalidad de garantizar el regreso a un pasado cargado de privilegios para la minoría que detenta el poder económico y por extensión el político.

En un falso silogismo, puesto que el binomio PAN-PRI es una misma entidad política conservadora sin ojos para mirar al futuro, la candidata del partido blanquiazul dijo que a partir de que se dio la alternancia en el Poder Ejecutivo, “la explosión de la libertad de expresión fue brutal e inmediata. Desde el intelectual más encumbrado hasta el ciudadano más modesto comprendió que el fin de la era del PRI implicaba una era de libertad personal”. Tal señalamiento es muy relativo, pues la realidad muestra que lo que actualmente ocurre es que al PAN le importa un bledo la crítica, no así al viejo PRI, que se preocupaba por evitarla, sobre todo en los medios de información, y tenía un diálogo permanente con los comunicadores.

Así que se equivoca rotundamente Vargas Llosa, al decir que con la señora Vázquez Mota en Los Pinos se fortalecería la democracia en México. En realidad se apuntalarían privilegios de una minoría aristocrática que añora los tiempos del Porfiriato. La democracia llegará a nuestro país cuando la sociedad nacional tenga iguales oportunidades de progreso que la minoría que detenta privilegios inmerecidos, cuando el Estado de derecho sea una realidad irreversible, cuando existan condiciones de seguridad que permitan una vida plena de libertades, mismas que ahora son inexistentes por miedo y porque no alcanza el salario más que para sobrevivir.
Guillermo Fabela - Opinión EMET