Featured Post

Luis Donaldo Colosio a 18 años: México continúa con sed de hambre y justicia

 
Luis Donaldo Colosio a 18 años: México  continúa con sed de hambre y justicia
Fotografía: especial




En 1987, es designado Oficial Mayor del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y al poco tiempo Coordinador de la Campaña Presidencial del Salinas de Gortari, en donde de manera por demás ejemplar coordina un importante grupo de priístas, mostrando gran capacidad para ello, lo que le valió la candidatura al Senado de la República por el Estado de Sonora en 1988.

En ese mismo año, asume la Presidencia del Comité Ejecutivo del PRI y para 1992 es nombrado Secretario de Desarrollo Urbano y Ecología, dependencia que pronto se transforma en Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

En 1993 fue designado como candidato a la Presidencia del país por su partido para las elecciones de 1994. Defensor en su programa de la separación de funciones entre partido y gobierno para profundizar en la democratización del sistema político mexicano.

Fue asesinado en plena campaña electoral, el 23 de marzo de 1994, en la ciudad de Tijuana, en el estado de Baja California.

21 días antes de su asesinato, el 2 de marzo de 1994, Luis Donaldo Colosio asistió a un mitin en Nayarit, a la localidad de la Concha Acústica del paseo de La Loma, el candidato presidencial priista dijo en su discurso que venía a tierras nayaritas con gran entusiasmo. “Vengo a hablarles de frente. Esta es una contienda democrática, esta es una contienda política en la que los priistas hablamos con la verdad, hablamos con franqueza, porque si algo no quieren los nayaritas son mentiras, lo que no quieren los nayaritas son ficciones, falsedades ni demagogia, lo que quiere Nayarit es la verdad”, dijo con fuerza.

“Quiero ser presidente de México para encabezar el cambio y la transformación de las condiciones sociales de nuestra patria, las condiciones sociales de Nayarit, que se reflejen en más oportunidades de educación para nuestros niños y nuestros jóvenes, una educación que nos prepare para la competencia que viene, una educación que nos transmita los valores que nos permitan seguir siendo orgullosamente mexicanos, una educación en la que participe la maestra y el maestro nayarita que reclaman legítimamente la dignificación de su salario; un gobierno que sepa responder a nuestros jubilados y a nuestros pensionados, porque ellos también tienen derecho a la certidumbre en el futuro, a la certidumbre del futuro de sus familias, de sus comunidades, de su estado y de su patria”.

• 1994: Un año turbulento en México

Aquel 1994 fue un año especialmente turbulento en México. Comenzó con el levantamiento armado del llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional y continuó con una aplastante devaluación de la moneda nacional –tras un berrinche de Jorge Carpizo, entonces secretario de Gobernación--, así como con el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y, más tarde, de José Francisco Ruiz Massieu quien se desempeñaba como secretario general del PRI.

Especialmente doloroso y traumático fue el asesinato de Colosio, del cual se cumplen hoy 18 años.

De su breve vida se han escrito y escuchado miles de palabras, pero ningunas tan sentidas como las que pronunció su viuda, Diana Laura Riojas, durante el sepelio de Luis Donaldo.

Dijo su esposa, quien fallecería de un cáncer pocos meses después, que “fueron las balas del odio, del rencor y de la cobardía, las que interrumpieron la vida de Colosio. Dieron fin abrupto a su existencia, pero no a las ideas por las que luchó.

“La Patria ganó con la entrega, dedicación y empeño de este gran mexicano. Tenía una profunda vocación humanista. Él decía que en el centro de todos nuestros afanes, de todos nuestros esfuerzos, están el hombre, su bienestar y sus libertades.

“Luis Donaldo se definió a sí mismo como un mexicano de raíces populares, un hombre de gran sensibilidad y de gran nobleza. Siempre sintió un gran orgullo de ser heredero de una cultura del esfuerzo y no del privilegio. Siempre le apasionó convivir con el pueblo. Así pudo mantenerse fiel a su origen y ser auténtico.

“Un hombre vertical, riguroso con sí mismo, exigente con sus amigos, pero siempre brindando una gran lealtad. Estaba convencido de que dice más el ejemplo que la palabra. Ese fue Luis Donaldo, el hombre.

Su vida (fue) generosa en propuestas, compromisos y en el ejemplo de congruencia que nos legó.

“Nación y libertad, fueron sus grandes pasiones. Luis Donaldo dijo: La Nación es el valor más elevado para la sociedad, y la libertad es el bien más preciado del hombre. Su gran aspiración fue contribuir a la fortaleza de la Nación, y siempre pensó que la democracia y la justicia eran los caminos para defender nuestra soberanía.

“Él quería que cada mexicano tuviera el disfrute de las más amplias libertades. Pensaba que no hay dignidad sin libertades, y que éstas sólo se expresan cabalmente cuando el hombre puede decidir entre opciones, puede elegir y escoger su propio camino.

“Él quería un México más justo. Le ofendía y le lastimaba la pobreza. Creía que los abismos de desigualdad dividen a la Nación. El creyó que tenía las respuestas para esta Nación con hambre y sed de justicia. Por eso él quería ser Presidente de México.

“Él quería un cambio para México, pero un cambio con responsabilidad y rumbo. Que no echáramos por la borda lo que con tanto sacrificio hemos logrado, y un futuro claro de menor desigualdad y de más oportunidades. Luis Donaldo quería un futuro de paz y concordia. Quería un solo México. Sin divisiones, sin violencia, sin rencores entre hermanos.

“Lo dijo muchas veces: Quería ser Presidente, pero quería serlo con el voto convencido de los mexicanos, con elecciones ejemplares de las que nuestros hijos pudieran estar orgullosos. Ese era su compromiso democrático y lo predicó con el ejemplo.

“Luis Donaldo amaba a todo México…”
Redacción Emet - agencias