Las esposas. (Claudia Rodríguez)

 

El violador y criminal advierte frente a la cámara que lo graba --para luego ser difundido su testimonio verbal en todo momento y a toda hora a través de distintos medios---, que aprovechó el que sus dos o tres guardias

No lo hubiera podido creer.  Pero ahora resulta que el asunto a resolver, enfrentar y atender, no es el asesinato de siete o quizá nueve mujeres, incluso violadas por César Armando Librado Legorreta, alias “El Coqueto”, ni siquiera la psicopatía de este criminal; sino la ineficacia de las esposas policiales que en principio permitieron –de acuerdo a las declaraciones de Librado Legorreta-- ,  su fuga de una oficina para arraigo en Tlalnepantla, Estado de México.

El violador y criminal advierte frente a la cámara que lo graba  --para luego ser difundido su testimonio verbal en todo momento y a toda hora a través de distintos medios---, que aprovechó el que sus dos o tres guardias, se quedaron dormidos, el que hubiera un cable ahí, y que con facilidad descomunal se liberara de las esposas y el grillete, en manos y pies, respectivamente.  Luego detalla que amarró esa especie de soga al cable de una computadora para escapar por la ventana de un tercer piso, dándonos a entender que esta funcionò como ancla.

Total, una fuga inverosímil no por un elemento, sino por varios.

Pero ahora resulta que el misterio está en los accesorios que lo maniataban y evitaban sus pasos naturales.

Las esposas pueden ser de metal, de polímero o de plástico.

De las de metal o acero inoxidable hay dos subtipos distintos: las esposas en las cuales los puños están unidos por una cadena corta (normalmente dos uniones), mientras que el otro, de origen más reciente, utiliza una bisagra para ese propósito.  Las esposas con bisagras son algo más pequeñas cuando están completamente extendidas y pueden parecer más seguras ya que los puños quedan más unidos que con el subtipo de cadena, además están más firmemente sujetas. Un tercer tipo, las esposas rígidas tienen un bloque de metal o barra entre los puños. 

Las esposas de plástico de peso ligero parecidas a cables eléctricos, son muy ineficientes pero sólo en relación al costo, pues son desechables.  Además las esposas de plástico son consideradas como mucho más probables de causar daños a los nervios o piel de los arrestados que las de metal.

¿De cuáles esposas tenía puestas "El Coqueto", al mismo tiempo que se quedaron dormidos sus custodios, encontró un cable que amarró a una computadora y decidió saltar de un tercer tipo?

Bueno, y si de investigaciones y disertaciones estériles se trata, podríamos abundar también en los grilletes que mantenían unidos sus pies.

Total, el caso está en las esposas.  Las vidas de las mujeres que fueron ultrajadas y cegadas, van quedando en la ignominia.

Seguro que los años de existencia de las víctimas de El Coqueto y del sistema judicial, nos aportarían más que las infamias que nos cuentan una y otra vez.

Por eso hoy es el "Día de las mujeres".  Porque la desigualdad y el maltrato hacia el género, no cesa.

Acta Divina…El procurador del Estado de México, Alfredro Castillo, afirmó que la familia de El Coqueto fue la que ayudó a refugiarse a éste criminal hasta que se le recapturó.

Claudia Rodríguez - Opinión EMET